Mi Sexy profesor

Capítulo 27: La vida sigue

El siguiente día después de mi cumpleaños desperté y ya me habían preparado el desayuno, así que desayuné con ellos y me llevaron a mi casa como a las 11:00 am quería ayudarles a limpiar todo el desastre que hicimos la noche anterior, pero no me dejaron. Chris y Sebastián fueron a dejarme a mi casa. Cuando llegué decidí darme un refrescante baño pues mi ropa se había empapado de alcohol y ensuciado de tantas golosinas. Metí mi ropa a la lavadora y cuando salí me vestí muy simple, con un pantalón de mezclilla no tan pegado y una blusa negra de tirantes con una chamarra negra ligera. En esos momentos llegó mi mamá y me llevó a comer, al cine y pasamos muy buenos momentos, todo fue perfecto en ese día a pesar de ser un día después de mi cumpleaños. 

Después de ese día que me hicieron esa fiesta tan genial me uní mucho más a mis dos amigos Christian y Sebastián, sin embargo, un día desperté y no recibí como de costumbre los besos de mi perrito. Él estaba agonizando, yo lo podía entender, ya era un perrito grande pero aún así no dejó de dolerme, mis dos amigos estaban muy preocupados por como me veían, así que dijeron que los acompañara el sábado para llevarme a conocer algunas eminencias de la filosofía, así que acepté porque en serio me importaba mucho mi carrera, además necesitaba distraerme.

En efecto el día sábado me llevaron a conocer a muchas personas, era la fiesta de apertura de un nuevo seminario de filosofía y ellos me llevaron como un prospecto para formar parte de ese seminario, hablé con ellos y les dije que aún me faltaba mucho por saber, ellos me respondieron que tan sólo fuera como oyente, si no quería que no participara pero que querían meterme en ese circulo tan selecto. Así que acepté, si ellos habían hecho esto por mi yo debía corresponder, además era una cosa bastante buena para mi desarrollo académico. 

Cuando salimos de aquel lugar les dije que iría a mi casa, pero ellos me convencieron a ir a otro lugar, Sebastián iba manejando y Christian se sentó en la parte de atrás conmigo, íbamos platicando de muchas cosas del seminario así que no noté a dónde nos dirigíamos. Llegamos a un parque de diversiones y le dije que no me sentía muy bien para andar por allí, sin embargo, me pidieron por favor que no los rechazara como tantas veces lo hice después de la muerte de mi perrito. Así que acepté.

Grecia: Está bien, pero sólo un rato, me trajeron a un parque de diversiones a las diez de la mañana y no sé qué tanto podríamos hacer para gastar tanto tiempo

Chris: Linda tu no sabes, pero primero vamos a la tienda, yo quiero comprar algunas cosas y más tarde hay mucha gente (tomé la mano de Grecia)

Sebastián: Sí, vamos a comprar (ofrecí una sonrisa a Grecia y la tomé de la otra mano)

Grecia: (me quedé un poco confundida porque Sebastián no solía cumplir los caprichos de Chris) Vale... (llegamos a la tienda y Chris compró dos playeras de Batman, una blusa de la mujer maravilla, dos pants de hombre color gris y uno de mujer color negro) 

Chris: lo siento, alguien me encargó playeras jeje... Sebastián voy a dejar esto al auto, no lo quiero cargar, ¿puedes darme las llaves? si quieren ustedes vayan a la montaña rusa, sabes que a mi no me gustan mucho las alturas

Sebastián: claro...(le dí las llaves) vamos a la montaña rusa guapa, nos alcanzas Chris (le guiñé un ojo y me llevé de la mano a Grecia)

Grecia: ¿debería preocuparme? ¿es que acaso mis amigos decidieron volverse gays y no decírmelo?

Sebastián: (solté una carcajada muy fuerte) de ninguna manera, a mi me encantan las mujeres (la abracé y besé su sien) 

Grecia: bueno, te creo

Estuvimos subiendo a tantos juegos y después me llevaron a comer, me compraron tantas cosas que yo no podía llevarlas sola y ellos me ayudaban con lo que llevaba. En cierto momento le pregunté a Sebastián por la hora, ya que yo no llevaba mi celular porque subiríamos a juegos de agua. Él dijo que ya eran las 6:00 pm y me sorprendí porque el tiempo se me había pasado volando. 

Chris: Creo que ya deberíamos irnos, pronto hará frío y estamos todos empapados además de que vamos muy cargados por consentir tanto a nuestro ángel

Grecia: (sonreí cada vez que Chris me decía ángel, aunque lo hacía muy seguido pues desde la fiesta me decía así) claro, cuando ustedes quieran

Sebastián: Tienes razón, ya es tarde y no podemos llevar a nuestra pequeña tan tarde a su casa, vamos al auto y llevemos todos los regalos en la cajuela

Chris: (me adelanté al auto, saqué la ropa que había comprado y los alcancé mientras compraban un chocolate caliente y churros) vamos a cambiarnos de ropa, no es buena idea irnos así de mojados a nuestra casa

Grecia: ¿pero no te habían encargado esa ropa? (lo miré confundida)

Sebastián: no linda, la compramos a propósito porque sabíamos que habría gente en la tarde y además tu no ibas a aceptar lo que compramos

Chris: dime que no me vas a rechazar...

Grecia: (Chris me miraba con ojos de perrito regañado y me dio tanta ternura que simplemente acepté sin pensarlo mucho) Está bien, pero para la otra no me oculten cosas o me voy a enojar

Sebastián y Chris: prometido (mientras levantaban su palma derecha)

Grecia: (Me metí a un baño para cambiarme y cuando salí ya estaban los dos cambiados pero estaban hablando con unas chicas, supuse que estaban ligando con mis compañeros de viaje, así que decidí quedarme un rato al lado de la puerta del baño para no molestar, vi que estaban platicando muy alegremente y me dio tanta nostalgia que solté unas cuantas lagrimas, creo que era la carga de emociones por lo sucedido en mi vida últimamente, cuando las chicas se fueron mis amigos voltearon y decidí ir hacia ellos)

Sebastián: te tardaste mucho linda, unas chicas nos estaban acosando

Chris: sí, hasta nos pidieron nuestros números y todo

Grecia: (casi no tenía ganas de hablar porque aún había un nudo en mi garganta) lo siento (dije con un tono muy seco y tenue)