Segunda temporada de Déjenme Ir, ver la primera para entender.
Porque hay cosas que son imposibles de olvidar...
Advertencia: Esta historia contiene lenguaje, salud, sexo y violencia no apto para todo público, se recomienda discreción. Repito, si n...
Un sol ardiente y escandaloso, un clima y aroma tropical que daba a la zona del lugar un aspecto caliente y festivo.
Cielo completamente azul. Había escasas nubes en la superficie, dandole al lugar un color brillante y dorado, un aspecto colorido que iluminaba cada rincón del lugar.
I like It, i like It.
Había gente en cada esquina, personas yendo y viniendo de un lugar a otro, caminando y charlando con un acento boricuo que los caracterizaba en sí. Festejando y riendo con un alegre comportamiento que los representaba, el sonido de la música de una rapera americana los hacía bailar, ambientaba la zona. El lugar se veía caluroso, colorido, un calor y sabor de los mil demonios y pequeñas y pintorescas casas habitaban en el barrio, por el camino.
Una hermosa y joven chica caminaba lentamente, al son de la música por el medio de este, con una vestimenta tan característica del lugar, una falda y una camisa completamente floral, viéndose tan atractiva, sensual, y elegante mientras caminaba con total confianza y seguridad, ganándose varias miradas y saludos de gente conocía.
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Sus pasos parecían ir en cámara lenta, hasta que el sol irradio en su juvenil y hermoso rostro, haciéndola brillar y apreciar mejor su gigante y encantadora sonrisa que regalaba en forma de saludo y por lo bien que se sentía el momento.
Hola... Me llamo __, tengo 20 años de edad, mi padre es el segundo al mando de una empresa, así que por lo tanto se podría decir que el dinero nunca fue problema para mí.
-¡Epa, preciosa! -grito un chico moreno desde un puesto de frutas, lanzándome una manzana la cual atrape en el aire sin problema alguno sin parar mi caminar.
Sin embargo, mi familia siempre fue bien humilde, enseñándome lo fantástica y colorida que podía ser la vida rodeada de mi gente, de mi familia...
La personas y el ambiente parecían como en una película, iban al son de la música mientras que en ésta rapeaba un cantante puertorriqueño una canción muy movida y pegajosa, latino gan ey!.
Salude a algunas primas mientras que el sol me encandilaba un poco, volví mi vista al frente con una apacible sonrisa mientras le daba un enorme mordisco a la jugosa y roja manzana en mis manos, Dios... Cuanto las amaba.
Apreté la pequeña pelota de goma en mis manos mientras me acercaba cada vez más a mi destino, devorando aquella deliciosa manzana. La gente estaba yendo y viniendo pendientes de lo suyo, charlando o jugando juegos de mesa por el rincón.
¿Por dónde me quede? ¡ah, sí! A pesar de estar muy cómodos y siempre tener dinero mis padres nunca dejaron su viejo hogar en el barrio, el cual era éste. Creo que nos la pasábamos más aquí que en casas lujosas o edificios, porque aquí estaba toda la familia, porque nada era como estar en casa.
Después de graduarme hace algún tiempo finalmente ya había acabado el barchillerato; Ahora tenía la mayoría de edad y me siento un poco más grande, más madura, adulta ahora... Y supongo que eso era bueno, aunque claro, no dejaba de ser algo torpe y testaruda en algunas ocasiones.
