Capítulo 10

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Dos meses después, las cosas habían mejorado. Al menos para ellas.

Ambas se habían mudado a una pequeña ciudad en Atlanta, habían conseguido un pequeño departamento en el centro de la ciudad, y no estaba nada mal. Lejos de tantos problemas, se asentaba bien estando ahí.

Billie frunció el ceño. Joder, _______ ya le había enseñado muchas veces como encender el fuego en la cocina. ¿Era posible que su propia novia supiera más de cosas domésticas que ella? Se quedó observando las cuatro hornillas tratando de recordar cómo. Y es que la verdad, nunca antes había cocinado sin ayuda de alguien.

- Buenos días, bonita. - le saludó _______ desde atrás. Billie dio un salto pequeño en su sitio. Abrió un poco más los ojos y volteó a su encuentro.

- Hola. - le dijo sin poder articular otra palabra. ¿Es que acaso _______ no sabía todo lo que producía en ella? Estaba guapísima. Como siempre, cada mañana. - has tomado un baño sin mí. - dijo entristecida y encorvó el labio superior.

- No te encontré en la cama... - dio pequeños pasos hacia ella y olfateó lo que Billie había intentado preparar. - ¿Ravioles? - le preguntó y sonrío al mismo tiempo. Conocía lo suficiente a su novia como para saber que aquellos Ravioles probablemente la matarían. - ¿y moriré si los pruebo?

- Tonta. - puso los ojos en blanco y desvió la mirada, aunque con mucho esfuerzo, pues no podía dejar de mirar a esa _______ recién duchada y con una toalla enredada en el cuerpo.

Esta se acercó a observar la creación de Billie puesta en una olla.

- Huele bien. - le dijo ya estando a su lado.

- Lo sé. - presumió Billie, y volteó instintivamente para fijarse en los Ravioles que había preparado. - me ha costado mu... - se quedó callada al sentir el cuerpo de _______ detrás de ella. Muy pegadas. Esta le dio un pequeño beso en el cuello.

- Mañana no te salvas de ducharte conmigo. - le dijo susurrando en su oreja. Billie sonrío y volteó lentamente hacia _______. Colocó ambas manos en el pecho de ella, acariciando su torso suavemente, haciendo que poco a poco sus brazos encajaran en los hombros de _______.

Y _______... observó detenidamente los ojos de Billie. Le gustaban mucho. Sus manos tocaron la espalda de ella, abrazándosela, pero uno de sus dedos en especial acarició el lunar que últimamente había descubierto en la espalda de ella mientras hacían el amor. Billie la acercó a un poco más, aunque pareciera imposible. Y sus labios se tocaron por la poca distancia. Ella soltó una risita, pero _______ la detuvo al estampar sus labios esta vez más intensamente. Ambos labios se acomodaron en el espacio de la otra. Y más y más. Hasta hacer que ambas lenguas se tocaran. Con el mismo sabor. Con las mismas ganas de siempre. Esta vez las manos de _______ bajaron de la espalda de Billie hasta llegar a sus caderas, al filo de ellas y después a su trasero envuelto en unos shorts de pijama. Y Billie hizo lo mismo. Bajó sus brazos de entre los hombros de _______, esa manera a la toalla que estaba alrededor del cuerpo de _______. Tocó un poco más, y palpó los bordes de la toalla. Sus manos trataron de meterse bajo de ellas. Arriba, _______ le mordió un labio suavemente.

- ¿Qué haces? - le preguntó ella al sentir las traviesas manos de Billie. Pero había sido tarde, esta había retirado rápidamente la toalla de entre el cuerpo de _______.

Esta abrió los ojos un poco más.

- Que buena estás _______. - le sonrío Billie, escondiendo la toalla detrás de ella.

- ¿Te gusta verme así? - _______ enarcó una ceja, cayendo en el juego.

- No sabes cuánto. - Billie bajó la mirada, se fijó en el gran amigo de _______, y ella no pudo evitar estremecerse.

- Pues a partir de ahora no voy a usar ropa estando aquí. - sin previo aviso, cogió a Billie de la cintura y la cargó con un solo brazo, sentándola sobre la encimera de la cocina, ubicada tras ella. La toalla cayó al suelo. Pero ya no tenía importancia para ninguna de las dos, que en ese momento, se encontraban en otro mundo. Besándose. Tocándose. Abrazándose. Cada mañana, era diferente. Cada día, era un nuevo momento. Habían pasado dos meses viviendo juntas, acostumbrándose la una a la otra y cada día que pasaba, sentían que valía más la pena haberse ido de Tentation y haber empezado una nueva vida lejos de todo eso.

- _______... - le llamó Billie.

- ¿Gatita? - le contestó ella, mientras seguía dándole pequeños besos en el pecho. Billie soltó un gemido al notar que los labios de _______ bajaban poco a poco.

- Son las siete de la mañana. - le dijo ella.

- Joder... - se quejó _______.

Ambas debían irse. Billie por un lado, había conseguido un puesto alto en una de las tiendas más grandes de Atlanta como administradora. Mientras _______, había conseguido de la misma manera un trabajo cómodo en una tienda de autos que le pagaba lo suficientemente bien. Pero no solo eso, sino que también, de un día para otro Billie la había convencido de audicionar a un club de Jazz en el centro de Atlanta, donde ahora, cantaba todos los fines de semana. Quién hubiera pensado que tuviera tan buena voz.

- ¿Y si nos quedamos todo el día juntas? - le preguntó _______, bajando la cabeza.

- Sabes que no podemos...

- Es que no quiero que te vayas. - le confesó ella. Y Billie sabía perfectamente a que se refería, aunque le parecía totalmente ilógico.

- Ya te he dicho que no...

- Sí, ya sé. Que no tienes nada con tu jefe. Pero me pone muy celosa ver cómo te tiene todo el día para él.

- Es que tú eres demasiado mal pensada.

- Eso dicen. - le sonrió de una manera perversa. - pero casualmente nunca me equivoco.

- Lo que digas. - sonrió y separó a _______ de su cuerpo para bajar de un salto de donde se encontraba. - ¿pasas por mí a las siete? - le preguntó caminando hacia la habitación que compartía con ella. Esta se quedó mirándola, le gustaba mucho la manera en la que movía las caderas al caminar. Lo hacía de un modo sensual y poco visto en otras mujeres. Cuando pudo darse cuenta, su novia la había dejado desnuda en medio de la cocina. Negó con la cabeza y se agachó para recoger la toalla. - ¿_______? - volvió a preguntarle Billie, esta vez desde la habitación. Pero esta se quedó callada una vez más. En esta ocasión, analizando todo lo que estaba pasando de una manera más intensa. Las cosas no habían sido nada fácil, sin embargo, ahí estaban, cumpliendo hoy dos meses desde que se habían mudado. Desde que una promesa en un cuarto rentado en Paris, se había hecho escuchar. Habían hecho el amor tantas veces, habían peleado otras tantas, habían gritado el doble, habían reído el triple... y cada día valía más la pena. Por primera vez experimentaba lo que era pasar tiempo con una mujer. Vivir por ella. Coño, que enamorada la tenía. Muchas veces se cuestionaba a ella misma si estaría haciendo lo correcto. ¿Enamorarse estaba bien? ¿dejarlo todo por alguien estaba bien? Pero casi siempre, las respuestas llegaban de otro modo.

- ¿Mi amor? - sin darse cuenta, tenía a Billie otra vez frente a ella, con unos jeans que había escogido para ponerse ese día.

- ¿Sí? - dijo ella, reaccionando.

- ¿Estás bien? - Billie no puedo evitar reírse mientras preguntaba.

La miró una vez más. La respuesta a todas sus preguntas la tenía ahí. Frente a ella. Era pequeña. Tenía bonitos ojos azules. Unos labios preciosos. Una voz dulce. Una mirada que ponía a cualquiera.

- Sí gatita... - le dijo, suspirando por dentro. No había mucho que preguntarse, o tanta vuelta que darle. Estaba claro, nunca antes había estado tan enamorada.

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Tentation 2 (Billie Eilish y Tu) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora