Our First Ride

Capítulo 21: dieciocho horas

CAMERON

Terminé de ayudar a mi padre a subir las maletas al coche. Aunque habíamos decidido llevarnos lo justo y necesario, había más equipaje del que esperé en un principio.

—¡Qué ganas de ir a Japón, nunca he estado! —exclamó mi madre presa de la felicidad a las cinco de la mañana.

—¿Sabes cómo van tus amigos hijo? —se interesó mi padre, que se estaba colocando tras el volante.

Claro que lo sabía, el móvil no dejaba de vibrar con los mensajes que llegaban del grupo que teníamos. A este paso se me iba a fundir la batería antes de abandonar el país. Mi madre y mi hermano ocuparon sus respectivos asientos de modo que hice lo mismo.

—Sí, todos están listos para salir —le respondí abrochándome el cinturón.

Empezamos a recorrer las calles del vecindario y nos encontramos con el coche de Oliver en el que iban él y Maddy, Evans y Hannah. La última bajó por completo la ventanilla y empezó a hacerme señas para que la imitara.

—¡Va a ser un viaje inolvidable! —chilló.

—¿A qué sí? —respondió mi madre que también había bajado el cristal para hablar con ella.

Mi padre negó divertido con la cabeza. Yo desbloqueé el móvil para leer los últimos mensajes que me habían llegado. Uno de Riley, diciendo que sus padres y ella acababan de llegar al aeropuerto y que nos esperaban en la puerta 32. Tecleé un rápido "ok" y pasé al siguiente chat. El otro era de Leah.

Leah:
No sabes el esfuerzo que me ha supuesto evitar que mi abuela lleve galletas en un taper. Por favor, dile a tu familia que no las mencione o querrá volver y hacerlas.
Pd: ¿estás nervioso?

Me mordí el labio para no reírme en voz alta. Kim no cambiaría nunca pero a todos nos gustaba así. Informé a mi familia de que no fueran a preguntar por ellas y Jacob casi entra en depresión.

Yo:
Todo listo, por nuestra parte no habrá problemas ;)
Pd: Si me lo recuerdas entonces sí lo estoy.

Su respuesta llegó de inmediato.

Leah:
Mierda, perdona. No lo estés, lo harás genial y todos estaremos allí apoyándote. Confiamos en ti <3

—Llegamos —avisó mi padre.

Joder, ¿tan rápido? Cogimos las maletas y caminamos con los chicos que llegaron poco después hasta la puerta donde nos esperaban. Riley al verme se acercó y después de abrazarme me dio un corto beso.

—¿Estamos todos? —preguntó mi suegra más que lista para irse.

—No, faltan Leah y Kim —respondió Maddy sin levantar la mirada del móvil donde estaba tecleando—. Les quedaban cinco minutos.

—Oh, no sabía que venían también —dijo.

Evans se inclinó para mostrarme un juego que se había descargado y al que se podía jugar sin conexión. Según él, era la moda y todo el mundo estaba enganchado. Oliver hablaba con Hannah de cosas raras que solo ellos entendían y Maddy continuaba absorta con la pantallita digital.