Love Will Remember ~ JJK - BTS

Capítulo 8

Hyojin se encontraba nerviosa mientras tocaba el timbre de la casa de Jungkook. Después de la noche de graduación decidieron reunirse para hablar y dejar todo en claro, de más está decir que la chica se sentía ansiosa y nerviosa, pero no solo ella. Jungkook, por su lado, estaba más que nervioso, porque no puede negar que ama a Hyojin pero tenía miedo y se sentía insuficiente en su relación.

Luego de algunos segundos, el pelinegro se encontraba abriendo la puerta de su casa para dejar pasar a la chica de sus sueños, a la que siempre quería en su vida, porque si de algo estaba completamente seguro, es que quería pasar el resto de su vida con ella, pero tenía que ser sincero puesto que su relación por lo que tiene entendido siempre se basó en eso, confianza y sinceridad, factores que hacían de su noviazgo, envidiable para muchos.

- Hola Hyojin- dijo el pelinegro mientras dejaba pasar a la chica.

- Hola Jungkook, ¿Cómo estás? - la chica lo notó muy pálido por lo que no dudó en preguntar - ¿Te sientes bien?

El chico sintió la mano de la mujer a la que consideraba la más hermosa, situarse en su frente y nervioso, asintió.

- Si, me siento bien, tranquila - sonrió para transmitirle confianza y al parecer funcionó ya que la chica alejó su mano mientras sonreía. - ¿Quieres algo de tomar?

- No, así estoy bien - Jungkook la vió juguetear con sus manos y pensó que mientras más rápido hablaran, más rápido se solucionaría todo, por lo que tomó el atrevimiento de tomar la mano de Hyojin y guiarla a su habitación con la intención de abrirle completamente su corazón.

El chico cerró la puerta de su habitación y guió a Hyojin hacia su cama, donde pidió que tomara asiento para comenzar a decir todo lo que pensaba y le atormentaba. Ya que desde que decidió alejarse, se siente vació y comprendió que no podía estar sin ella, entendió que fue tonto alejarse sin explicar las cosas pero también entendió que fue un idiota al pensar que su chica no lo entendería, y es que, por su puesto que lo haría, ha estado con él casi ocho años, si alguien lo conoce bien, es ella.

- Creo que te debo una explicación - la chica entrecerró sus ojos y asintió con la intención de que siguiera hablando.

- Te escucho, Jungkook - ella sonrió y tomó su mano, porque si bien estaba un poco enojada por no haberle dicho la verdad al momento en que le pidió un tiempo, no podía reclamarle justo ahora porque el chico se notaba arrepentido, Jungkook siempre fue alguien transparente para sus ojos, y Hyojin en todos estos años había aprendido a leerle con facilidad y en esta ocasión, en sus ojos pudo ver el arrepentimiento y nerviosismo que cargaba.

- Se que fui un idiota al pedirte un tiempo sin ninguna explicación, se que debí hablar contigo desde un principio, pero tenía miedo y estaba enojado conmigo mismo - el pelinegro comenzó a hablar con la mirada en sus manos entrelazadas y la chica no pudo evitar estremecerse en cuánto su hombre comenzó a acariciarla - Quiero pedirte disculpas por haberte lastimado, por haberte alejado todos estos días y por haber actuado como si no me importaras, pero te juro que no fue eso - Jungkook subió la mirada y la conectó con la de Hyojin, teniendo así toda su atención y confianza para seguir con su discurso.

- Yo solo quiero saber el porqué, ¿Por qué me alejaste? - él pudo ver cómo los ojos de su chica se habían cristalizado debido a las lágrimas.

- Yo tenía miedo, y sigo teniéndolo. Me siento insuficiente y me siento egoísta de alguna forma - Jungkook pasó su mano por la mejilla de su chica secando una lágrima que había bajado por ésta - Yo no quería estar contigo sabiendo que no puedo recordar nuestra relación, y me siento insuficiente por no poder recordar todos nuestros momentos, por eso creí que era buena idea alejarme, creí que así podrías buscar un chico que pudiera darte una relación donde no tuvieses que sufrir porque tu novio no recuerda nada de lo que fue su relación e incluso no recuerda cosas sobre ti - el pelinegro dejó caer algunas lágrimas por sus mejillas y no se preocupó en secarlas, la chica por su parte, tomó sus mejillas y quitó aquellas gotas espesas que caían por estas, reacia a ver cómo su hombre seguía derramando estas.