III

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MinSeok despertó y lo primero que vio fue a Lu Han durmiendo a su lado. No, él no lo había olvidado. De hecho, había despertado en mitad de la noche y se había hundido en la desgracia porque se había dormido y no había tenido su polvo con este hombre que su radar le decía que valía la pena. Había rodado sobre su cama, sacándose la ropa y levantándose para buscar su pijama. Al volver, vio algo sobre la mesita. Era una billetera abierta. MinSeok se acercó y la quijada se le abrió. Era de Lu Han, pero no era por eso su shock, era por la edad.

Name: Lu Han

Age: 39 años.

¡39 años!

MinSeok levantó su mano y empezó a contar con sus dedos.

—14... —Susurró. Él tenía 14 años menos que el hombre acostado en su cama. Acercó su rostro para observarlo.

¿Cómo era posible? Lu Han no tenía ni una arruga alrededor de sus ojos ni al lado de su boca. Tampoco parecía tener alguna cirugía.

Cerrando la quijada, MinSeok decidió que la edad no importaba y se volvió para tomar su teléfono. Muchas llamadas, todas de diferentes números pero uno se repetían. De seguro era Kim YoHan, llamándole para amenazarle, bla bla bla, como todos. Lo dejó allí, tirado otra vez y se volvió a acostar, colgándose del pedazo de hombre a su lado. Se durmió de inmediato, hasta que volvió a abrir los ojos. Cansado, se levantó. Era exactamente la nueve de la mañana. No debía ir hasta la oficina, esto era estrategia clásica. Allí iría el abogado, representantes, o el mismo Kim YoHan a amenazarlo en persona, a exigir que bajara el artículo. En cambio, eso se lo dejaba a su jefe, JongIn. Sí, todo estaba bajo control.

MinSeok hizo lo siempre y algo que no hacía desde hacía años, una hermosa combinación. Se lavó los dientes, miró al guapo que tenía en la cama, se limpió el cutis, miró al guapo de la cama, se puso crema y miró al guapo de la cama y finalmente se dispuso a ir a la cocina donde la pequeña burbuja de belleza se rompió ¿Por qué? Porque el calendario electrónico le decía la fecha que era ¿Y qué fecha era hoy? Bueno, si hace tres años un idiota no lo hubiera dejado plantado en el altar, hoy sería su tercer aniversario de bodas.

La bilis rozó la garganta de MinSeok. Odiaba esta fecha. No porque lo recordara, no, de hecho el primer año lo había pasado por alto, pero entonces, había caído su madre, llorando por lo que le habían hecho, llorando porque él estaba solo, llorando porque no había conseguido un novio, llorando porque él no puede ser como JunMyeon, su hermano mayor, felizmente casado con una hija. Y su madre cayó al siguiente año como caería este también. MinSeok no se había atrevido a decirle nunca nada, primero porque era su madre, y a ella no podría tratarla como a los demás, y segundo, porque la mujer estaba muy enferma de un cáncer avanzado en el estómago del cual le costó salir, pero su salud era inestable. Sí, MinSeok era un bastardo, pero no tanto. No con su madre.

Y así fue, Lu Han no despertó, MinSeok estaba sirviéndose el café que acababa de preparar en la cafetera de George Clooney, cuando alguien no llamó a su puerta, sino que abrió y entró como si fuera su casa y llegó a la cocina, mirando todo como si fuera encontrarla llena de botellas de alcohol o algo así.

—Bienvenido, hermano. Estás en tu casa, no te preocupes, entra sin llamar. —Recibió con sarcasmo a su hermano mayor, JunMyeon. JunMyeon hizo una mueca que MinSeok ignoró. Su hermano debía sentirse ofendido, era la idea de su comentario, y no pensaba pedirle perdón. Cuando se fuera, de todas maneras, cambiaría la clave de su cerradura— ¿Qué te trae por aquí? Esperaba ver a mamá en realidad. —Agregó, porque era cierto. Luego miró alrededor— ¿Dónde está Wendy? —Wendy era su sobrina de tres años a quien no veía desde que tenía dos.

JunMyeon hizo otra mueca.

— ¿En serio crees que la traería después de la última navidad?

— ¿La última navidad?—Preguntó MinSeok, intentando recordar pero sin hacerlo ¿Qué podría haberle hecho él a la pequeña Wendy? JunMyeon suspiró—. Lo siento, no lo recuerdo.

—Estaba yo vestido de papá Noel, dándole su regalo cantando ho ho cuando tú llegaste gritando que era un imbécil y a ella diciéndole que era un ingenua si creía en papá Noel y me sacaste el disfraz frente a ella.

MinSeok frunció el ceño. Sí, recordaba eso, pero no lo consideraba tan grave.

—Ah —Dijo, intentando sonar sorprendido, pero no pudo—, pero ¿Qué tiene eso de malo? Tú no debes criar a tu hija para creer en mentiras. La haces ignorante, débil. Algún día lo que hice surgirá efecto y me lo agradecerás, ya verás.

JunMyeon no estaba de acuerdo con él porque se puso colorado, parecía a punto de estallar y de empezar a discutir cuando cerró los ojos y empezó a contar hasta diez en voz baja. MinSeok sólo sacudió la cabeza y bebió un sorbo de café, preguntándose cuando su hermano traería a colación al infeliz que lo dejó plantado en el altar.

—Bien —Dijo JunMyeon al fin, con sus ojos abiertos y ya no rojo—, vine solo porque mamá me lo pidió, ella decía que de seguro estabas solo, lo que es cierto, en medio de un número infinito de alcohol llorando tu desgracia, ya sabes, como hace tres años te dejaron plantado en el altar, lo que no es cierto, que estés tomando digo, lo otro sí, pero le diré que sí, que estabas tirado de ebrio para que se sienta mejor y pueda distraerse ya que ella está hoy de quimio y no va a sentirse bien el resto del día. Y yo, bueno, veo que estás bien, sólo tomando café.

MinSeok suspiró. Su hermano acababa de tocar su talón de Alquiles. Y lo había hecho a propósito, porque la forma en la que se alejaba era muy lenta. MinSeok se rindió. Iría a ver a su madre y dejaría que esta le recordaba lo malo que era, la mala suerte que tenía, y le suplicara que buscara un hombre porque quería verlo en pareja y feliz antes de morir.

— ¿A qué hora estará en casa? —Preguntó. No hizo falta ver la cara de JunMyeon, sabía estaría sonriendo. Lo confirmó cuando dio la vuelta y...

Y no dijo nada. MinSeok frunció el ceño. JunMyeon de pronto era como una estatua.

— ¿Qué? ¿Quieres que te de una monea y entonces empiezas a moverte? —Pero JunMyeon no reaccionó a su sarcasmo. De hecho, JunMyeon no estaba mirándolo en lo absoluto. MinSeok se dio cuenta de esto y vio lo que su hermano estaba viendo.

MinSeok también quedó de piedra. En la puerta de la cocina, por el acceso desde la habitación, estaba Lu Han, sin remera, de pie, mirándolos. MinSeok recordó haberse dormido sin lograr un buen polvo con ese hombre. Pero entonces, la luz arriba de su cabeza se prendió. Miró a JunMyeon y miró a Lu Han. Un segundo después estaba colgado del brazo de Lu Han,y JunMyeon entrando en otro estado de shock.

—Ya despertaste —Dijo MinSeok. Lu Han lo miró y asintió, mirando después a JunMyeon—. Dejé tu remera doblada sobre la silla, por si no la encontraste. Pero ven, Lu Han, déjame presentarte a mi hermano mayor, JunMyeon. JunMyeon, Lu Han, mi novio.

Si Lu Han estuvo sorprendido, no lo demostró (MinSeok no lo sabe, pero Lu Han había escuchado las palabras de JunMyeon y había visto una lágrima asomar en MinSeok y había entendido todo).

Ahora JunMyeon era otra historia. A él MinSeok iba a tener que llevarlo al medico porque definitivamente se le había dislocado la mandíbula por el shock. 

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Nota: Estoy tapadisima por la uni y escribiendo una nueva historia. Es una historia ubicada en el mundo de Percy Jackon mezclando personajes de la historia con el XiuHan, loco no? Pero me la estoy pasando bomba escribiéndola jajaja

¡Soy un Bastardo! [XiuHan / LuMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora