"Ahora que solo tengo a mis hermanos, toca sobrevivir. Norman, te prometí cuidarlos y eso haré"
Escuché unos pasos acercarse a mi, no confiaba mucho en esta gente, así que preparé el cuchillo que escondía bajo mi manga.
-O-o-oli... ¡¿Oliver?!
⋇⋆✦⋆⋇...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⁘ɴᴏ sᴏᴍᴏs ᴄᴏᴍɪᴅᴀ⁘
━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━
—UHUWAAA!!
Todos dieron media vuelta y empezaron a correr rápidamente, la peli naranja era la última que venía corriendo de todo el grupo, el ezabache era el penúltimo. El demonio logró alcanzar a los dos últimos y se lanzó a ellos, pero estos lo esquivaron
¿¡Por qué hablan mientras corremos!? ¡Se van a cansar más, estúpidos!
La de cabellos plateados volteó su cabeza casualmente para echar un ojo al azabache, pero se encontró con Emma casi en la boca del demonio.
¡Eso si que no! ¡No en mi guardia!
Se rebajó hasta llegar con ellos, los tomó del brazo y con una fuerza considerable se adelantaron bastante, logrando salvar tanto a la peli naranja como al azabache de un ataque del demonio.
—¡Gracias!
—No hay de que.
—Emm... Así que... ¡¿El demonio vino de la granja para atraparnos?! –preguntó un menor.
—¡NO! ¡No es de la granja! ¡¡Nos quiere comer a todos ahora mismo!! –contestó el de nariz larga, que se encontraba a su lado corriendo desesperado al igual que todos.
—¡Exacto!, ¡no son ellos aún! Si lo fuera, nos trataría como mercancía ¡no nos atacaría de esa manera! ¡Nunca lo harían! –habló desde atrás la peli naranja, teniendo a sus lados al azabache y a la peli plata.
¿Hice... Algo bueno? Pensó la de ojos rojizos teniendo su mirada fija en el camino. No... Ray igual la iba a salvar, yo no... Hice nada, como siempre.
—Es un tipo de demonio diferente, sin relación con la plantación Grace Field. —dijo el de ojos ónix.
—.... Tsk. —no, ¡no somos comida! El moreno alzó su brazo izquierdo, haciendo una señal que desde adelante que los menores entendieron.
Se separaron en dos grupos, fue a donde estaba el moreno. Este cargó a un pequeño del grupo porque ya estaba sin fuerzas.
—¡Esta aquí! ¡¿Listos?! ¡Todos corran! No miren hacia atrás, ¡solo corran!
Con el azabache, tenía al demonio atrás suyo. Se metió entre unos árboles que estaban medio pegados, pasando por el medio tomando un atajo, quedando atrás de Don y Thomas.
