Sincerely, yours » h.s

Capítulo 16, pt 3

N/a: ya, última parte y la más corta para compensar todo lo que leyeron D: (y lo que van a leer, porque el capítulo 17 se viene largo UPS) espero que les haya gustado esta maratón, ya volveré pronto con más actualizaciones! Gracias por leer, votar y comentar, las leoooo <3

Mierda, ¿por qué tenía que llamarme justo ahora? Pasaron días sin tener ningún tipo de contacto con él y había decidido llamarme justo cuando tenía al rizado frente mío. Justo cuando estábamos terminando un día que a mi parecer fue perfecto. Justo cuando se iba a poner mejor luego de la invitación que Harry me había hecho.

Agh, Sam, terrible momento.

Miré a al rizado, nerviosa y sin saber qué hacer. Una expresión de confusión cruzó sus facciones y me observó algo divertido.

—¿Qué ocurre?

Tragué saliva. ¿Qué me ocurría? ¿Por qué me puse tan nerviosa? Sam era mi colega, llevaba trabajando con el un año más o menos, me acosté con él en una noche de borrachera... No debería sentirme así, ¿por qué me sentía así?

—Espera —reí ligeramente y contesté—. ¿Hola?

—Hola Lena, ¿cómo estás? —habló y su naturalidad me dejó aún más confundida.

—B-bien —balbuceé y me giré ligeramente para que el rizado no se percatara de mi nerviosismo—. ¿Pasó algo? ¿Necesitas que vaya al hospital?

—Oh, no, para nada —tragó saliva y suspiró—. Uhm, creo que tenemos que hablar, ¿no te parece?

Los recuerdos del viernes invadieron cada rincón de mi mente y no pude evitar en sonrojarme, el calor subiendo por mi cuello y haciendo que me abanicara con la mano. Harry obviamente lo notó ya que arqueó una ceja a mi dirección.

—¿Ahora? —volví a preguntar. Sam rio.

—Por supuesto que ahora no. Yo no converso cosas importantes por teléfono —me aseguró—. Quiero invitarte a cenar el sábado, ¿qué dices?

—Uhm... —miré a Styles, quien seguía esperándome pacientemente a que terminara la llamada—. Creo que no podré el sábado... t-tengo otros... planes.

Lo miré de reojo, tratando de comunicar con la mirada de que esos "otros planes" eran con él. Al parecer logró entenderme ya que sus ojos brillaron y una sonrisa se dibujó en sus labios, el hoyuelo marcando presencia en su mejilla izquierda.  Sonreía tan ampliamente que sus cortes lograban desaparecer de su rostro. Una sonrisa que logró contagiarme, ya que además de deleitarme con lo guapo que se veía haciendo esa acción, también sonreí porque me había comprendido.

—Oh, no hay problema —Sam se detuvo para pensar—. ¿Puede ser el domingo? No estaré de guardia y me encantaría llevarte a este lugar que abrieron hace poco para almorzar.

—¿No me dejarás plantada como la otra vez? —inquirí divertida, tratando de aplacar la tensión que aun sentía y escuché una risilla al otro lado de la línea.

—¿Él...? —Harry formuló con sus labios de forma silenciosa, mirándome con sorpresa. Le siseé para que mantuviera silencio.

—Por eso te digo que no estaré de guardia —me aseguró y pude verlo guiñando uno de sus celestes ojos—. ¿Qué dices?

—Está bien, estamos al habla —sonreí y nos despedimos.

Miré por unos segundos la pantalla mientras se iba a negro, una sensación extraña en mi pecho.

—¿Todo bien? Parecías nerviosa —Harry inquirió preocupado.

Negué inmediatamente con la cabeza.