Me tocó. No quiero pensar en el porqué, solo afrontar que me tocó, que tengo cáncer y ya está. Dentro de un rato nos reuniremos todos en casa y les daré la noticia. Ahora solo puedo aterrorizarme, y no por el cáncer cerebral que el doctor me acaba de diagnosticar, sino por un secreto que el miedo siempre me ha ayudado a cargar. Sí, el miedo me ayudó, pero solo hasta hoy.
Y aquí estoy, de cobarde una vez más. Grabando este video porque los ovarios no me dan; creo que nunca me han dado para nada. Me siento como una de esas mujeres del siglo XXI que solo usan los ovarios para menstruar, y no para tener valor. Lo siento de verdad, pero no, no puedo contarles todo esto a la cara. No quiero ver su desilusión en la mirada. Lo siento, para eso no estoy preparada.
Cometí un error. Y fue el de nunca revelar la verdad; dejé que la vergüenza me consumiera. No me justificaré con lo de que "eran otros tiempos", yo nunca me atreví y nunca me hubiera atrevido, da igual el tiempo que fuera. Y cuando vine a ver, había crecido, había madurado, me había enamorado del hombre perfecto, y ya tenía una hermosa familia. Ojalá poder haber sido esa valiente y no la mentirosa que hoy me siento.
Discúlpenme la voz entrecortada; el nerviosismo no pega mucho con la buena dicción. Discúlpenme la mala resolución de la cámara; no quise que vieran mis lágrimas. Disculpen la poca iluminación de la habitación; tiene una sola ventana. Pero ya, iré al grano, a lo que he vendido, a lo que llevo varios años cargando conmigo.
Mamá, no es tu culpa; yo quise callar. Papá, te perdono; sé que te querrás disculpar. Amor, te quiero; no lo dudes jamás. Hija, cuando te digo "mi modelo", es porque eres mi verbo amar. Gracias a todos, ustedes son mi felicidad. Por eso quiero confesarles que: desde que tenía, más o menos, 12 años de edad me empezaron a gustar las mujeres, y nunca me he atrevido a decir que soy homosexual.
Lástima que tampoco tenga valor para darle a este video "guardar". Pensé que podría, que por la fuerte noticia del cáncer les contaría la verdad. Pero no puedo, soy patética, y voy a pulsar el botón de borrar.
ESTÁS LEYENDO
17 Habitaciones
RandomYa este es mi intento número 3 para escribir el prólogo. Y mira que cosas de la vida; me cuesta más hacer el demo que el juego en sí. No sé porque será, pero de que me cuesta, me cuesta. Tal vez es por eso que la mayoría de los escritores le confían...