Habitación 12

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Me tocó. No quiero pensar en el porqué, solo afrontar que me tocó, que tengo cáncer y ya está. Dentro de un rato nos reuniremos todos en casa y les daré la noticia. Ahora solo puedo aterrorizarme, y no por el cáncer cerebral que el doctor me acaba de diagnosticar, sino por un secreto que el miedo siempre me ha ayudado a cargar. Sí, el miedo me ayudó, pero solo hasta hoy.

Y aquí estoy, de cobarde una vez más. Grabando este video porque los ovarios no me dan; creo que nunca me han dado para nada. Me siento como una de esas mujeres del siglo XXI que solo usan los ovarios para menstruar, y no para tener valor. Lo siento de verdad, pero no, no puedo contarles todo esto a la cara. No quiero ver su desilusión en la mirada. Lo siento, para eso no estoy preparada.

Cometí un error. Y fue el de nunca revelar la verdad; dejé que la vergüenza me consumiera. No me justificaré con lo de que "eran otros tiempos", yo nunca me atreví y nunca me hubiera atrevido, da igual el tiempo que fuera. Y cuando vine a ver, había crecido, había madurado, me había enamorado del hombre perfecto, y ya tenía una hermosa familia. Ojalá poder haber sido esa valiente y no la mentirosa que hoy me siento.

Discúlpenme la voz entrecortada; el nerviosismo no pega mucho con la buena dicción. Discúlpenme la mala resolución de la cámara; no quise que vieran mis lágrimas. Disculpen la poca iluminación de la habitación; tiene una sola ventana. Pero ya, iré al grano, a lo que he vendido, a lo que llevo varios años cargando conmigo.

Mamá, no es tu culpa; yo quise callar. Papá, te perdono; sé que te querrás disculpar. Amor, te quiero; no lo dudes jamás. Hija, cuando te digo "mi modelo", es porque eres mi verbo amar. Gracias a todos, ustedes son mi felicidad. Por eso quiero confesarles que: desde que tenía, más o menos, 12 años de edad me empezaron a gustar las mujeres, y nunca me he atrevido a decir que soy homosexual.

Lástima que tampoco  tenga valor para darle a este video "guardar". Pensé que podría, que por la fuerte noticia del cáncer les contaría la verdad. Pero no puedo, soy patética, y voy a pulsar el botón de borrar.

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