[NAOYASU ONE-SHOTS]

[ISEKAI QUARTET]

Pequeño refresh para los que no han visto Isekai Quartet.

Aparecen personajes de:

Overlord [Modo: Fácil]

Konosuba [Modo: Normal]

Tate no yuusha [Modo: Intermedio]

Youjo Senki [Modo: Difícil]

Re:Zero [Modo: DIOS SE APIADE DE TU PERRA ALMA]

Isekai Quartet.

Naofumi por un segundo creyó que tendría paz en esa nueva dimensión.

Lo creyó.

— ¡Un monstruo! – Gritó horrorizado Motoyasu a los otros héroes cardinales, mientras desenfundaba su lanza.

El héroe del escudo veía desde el último piso de la escuela, como los demás héroes cardinales se preparaban para una pelea a muerte con Ainz en el patio.

Quería que la tierra se lo tragara si ese trío de idiotas se atrevía a decir que venían del mismo mundo que él y sus compañeras.

Debía interferir aún si no quería.

Con eso en mente, saltó desde la azotea y aterrizó usando Shield Prison para amortiguar su caída, con la esperanza de llegar a tiempo donde el trio de heroes se hallaba.

Pero luego, Kazuma intervino.

— ¿Qué sucede Ainz?, ¿Te están molestando estos tipos?

— No. Debo suponer que están confundidos por haber llegado aquí, iba a explicarles que es este lugar. – La voz de ultratumba de Ainz mostraba neutralidad, pero en el fondo, tenía miedo y no sabía cómo hablar con los extraños que lo amenazaban.

— ¿Encima habla?, ¡Este huesudo ha de valer muchos puntos de experiencia! – Contestó con descaro Motoyasu listo para atacar.

— Esperen, ¿Ese no es Naofumi? – Se percató Ren, señalando a la distancia al pelinegro.

— ¿Lo conocen? – Preguntó Kazuma.

— ¡Claro que conocemos a ese demonio! Es un tramposo con su escudo de lavado de cerebro. Sin contar su horrible historial, ¡Ahora quítate, mocoso! – Exclamó Motoyasu a punto de atacar a Ainz.

"¿Así que estos son los cabeza hueca de los que Naofumi nos contó? Son molestos". Pensó Kazuma, volteando a ver hacia el pelinegro. Su cara estaba llena de ira.

Satou sabía lo que se sentía tener una horrible reputación, ¡Y qué decir de arreglar los problemas que otros causaron! Eso solo lo hacía sentir más empatía con el héroe del escudo.