[BEST OF BOTH WORLDS]

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Tate no Yuusha x Yari no Yuusha.

— ¿Qué se supone que haga en cuatro horas de espera?– Se quejó amargamente Motoyasu viendo la interfaz de su lanza

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— ¿Qué se supone que haga en cuatro horas de espera?– Se quejó amargamente Motoyasu viendo la interfaz de su lanza.

"Se requiere una actualización de la interfaz para seguir con el salto de tiempo. Intente más tarde.
Tiempo se espera: 3:58:40."

Leía por quinta vez el rubio recostando su cuerpo en un árbol cercano.

Había quedado varado en un prado (probablemente cerca de Melromarc) después de que accidentalmente asesinara a Itsuki por decir cosas horribles de Naofumi. Fue culpa suya está vez por no tener autocontrol.

Golpeó su cabeza con el tronco del árbol queriendo que todo fuera un sueño; ya había perdido la cuenta de cuántas veces ha tenido que viajar en el tiempo para cambiar sus errores de la línea original. Quizás era la... ¿Sexta? ¿Octava vez?

— Perdí la cuenta después de nueve. – Se quejó en voz baja dando un suspiro al aire. Por fortuna, había terminado en un lugar pacifico para poder procesar todo lo que le ocurría.

Aún conservaba su armadura y el dinero de sus últimas misiones. Pensó en aprovechar para comprar al menos un huevo de Filolial mientras el tiempo pasaba, pero descartó la idea de inmediato, lo más seguro fuera que el huevo desapareciera apenas volviera a la siguiente línea de tiempo.

Además, los huevos Filolial tardaban en eclosionar dos días. Ni siquiera le daría tiempo de apreciar el cariño y esfuerzo de su trabajo realizado.

Filolial... Filo. Lo que daría por escuchar la voz de su pequeño ángel por última vez.

— ¡Amo!, ¡Encontré al señor de la lanza! ¿Puedo patearlo?

Todo pensamiento de Motoyasu se detuvo al escuchar esa pequeña e infantil voz.

Volteó a su izquierda de dónde había escuchado el grito y los vió. Eran su pequeño ángel, Raphtalia y Naofumi.

— ¿Tu otra vez?, ¿Cómo diablos llegaste aquí si te vimos en el pueblo hace unas horas? – Hablaba con amargura el original héroe del escudo.

Si era su Naofumi.

Sin saber que contestar, se acercó a paso lento hacia Filo, se puso a su altura y la abrazó sin ser brusco. Tenía muchas emociones pasando por su cabeza en ese instante y no quería asustarla.

— ¡Oye, suelta a...! – Naofumi estaba por separarlos, pero escuchó los sollozos de Motoyasu. Y no eran los exagerados o falsos que solía hacer, está vez estaba llorando auténticamente.

— Señor de la lanza, ¿Estás bien? – Filo con inocencia acarició la cabeza de Motoyasu sin entender que pasaba.

— Lo siento, lo siento tanto, te estuve buscando por mucho tiempo... Perdón, tardé demasiado en encontrarte. – Levantó la mirada Motoyasu mostrando sus ojos rojos de tanto llorar y labios temblando.

[NAOYASU ONE-SHOTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora