CAPITULO 4

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Despierto en la habitación del hospital, mi papá esta dormido en el sillón que esta junto a la ventana. Mi hermano entra a la habitación y se dirige a mi.

-Daila, hermanita, ¿Estas bien? -me dice

-si, un poco adolorida-le digo, haciendo una mueca de dolor cuando me toco el cuello.

-me alegro de que no te haya pasado nada pulga-exclama- no toleraría sufrir otra perdida.

- tranquilo hermanito, aquí estoy para molestar un poco más- digo medio riéndome

Mi papa se despierta y se acerca a preguntar como estoy.

- Estoy bien papi.....¿cuándo puedo ir a ver a Henry?

Mi papa y mi hermano intercambian miradas extrañas y entonces mi hermano se dirige a mi.

-pulga- me dice y se aclara la garganta- lo siento mucho........, pero no sobrevivió al accidente.

De repente siento una punzada de dolor en el pecho gigante y se me empieza a formar un nudo en la garganta.Es mentira, de seguro que me están jugando una broma.

-que...- digo tartamudeando- no es cierto......!Dime que no es verdad!- exclamo.

No puede ser cierto, eso no es cierto, mi Henry no esta muerto, no puedo perderle.

-tengo que que ver si esta bien- digo mientras me quito las agujas que tengo en el brazo, mi hermano y mi padre me detienen.

-tranquila Daila, tienes que relajarte- me dice mi padre

- estoy harta de que todos me digan que me calme- grito- que no entienden que tengo que verlo, por favor déjenme ver que esta bien- digo llorando

-hermanita, se ha ido, lo siento mucho, pero ya no puedes hacer nada

- no te creo-digo empujándolo- estas mintiendo, por favor tengo que estar con el.

De repente entran unas enfermeras a la habitación y me inyectan un sedante, que hace que me sienta cansada y de repente no veo nada.


Una segunda oportunidad/ PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora