VII

39 8 0
                                    

Los grisáceos ojos casi negros observaron con detalle y precisión a las cuatro personas que se encontraban charlando. Eran nuevos, de eso no había duda, al menos tres de ellos.

Levi vio como la chica los miraba sin esconder la curiosidad que sentía, los estaba evaluando, sus ojos no dejaban lugar a dudas que hiciera lo que hicieran ella no vacilaría en atacar si fuera necesario.

-¿Necesita algo?-pregunto Phil, temblando.

-Semillas.

-Las tengo.

El cantinero con manos temblorosas, rebusco entre toda su mercancía, dos bolsas de aproximadamente dos kilos, para entregárselas a cambio de tres monedas de plata.

La mujer observo nuevamente a los tres desconocidos para terminar dándose la vuelta y dirigirse hacia la salida.

-¡Eh!-grito un cliente que con anterioridad se encontraba bebiendo en el bar. Iba acompañado de otros cuatro hombres corpulentos que cargaban un gesto de pocos amigos.-¿A dónde crees que vas?

Se limito en responder con solo verlos de pies a cabeza e ignorarlo para continuar con su camino.

-¡Dije que esperes, maldita zorra!-volvió a gritar el mismo con más ira.

-¿Necesitas algo?-pregunto la muchacha, finalmente. Su voz carecía de interés demostrando lo poco que le importara lo que querían.

-¿Eres la perra de Jaeger, cierto? Si te tomo él vendrá por mi.

A Levi se le apretó el pecho, ¿era conocida de Eren? ¿Por qué con tan solo pensar en eso sintió una incomodidad nada agradable que invadía su mente?

-No soy la perra de Eren-contradijo la mujer con suma tranquilidad.

-Aún así lo sigues como una perra en celo.

-¡Hey!-intervino Hange, siendo mujer sintió lo fuerte del comentario.

-Ni siquiera lo puedes negar-continuo el hombre.-Si quieres yo puede ocupar su lugar.

Para sorpresa de todos, la chica estallo en carcajadas dejando las dos bolsas sobre una mesa para cubrir su estomago debido al dolor que producía su incontrolable risa.

-¿En serio crees que puedes ocupar su lugar?-dijo una vez dejara de reír-¿En serio, te comparas con él? Estas muy lejos de llegar a sus talones. Eren es mucho más de lo que tu simple mente puede creer.

-¡Maldita zorra...!

Levi quiso intervenir, pero su cuerpo se negó a moverse, de hecho, estaba completamente seguro de que ella tenía todo bajo control, su presencia causaba una incomodidad en su interior.

El hombre, rojo de furia, corrió para golpear a la mujer, pero con un simple y ágil movimiento esquivo el ataque en lo que termino cayendo en seco sobre la madera del piso, levantando el polvo de esta. Sus amigos, que se quedaron plantados sobre sus pies dudaron exactamente cinco segundos en atacar a la chica, pero como era de esperarse, no tuvo problemas en contener a los hombres.

-Oye, Mikasa, ¿por qué tardas tanto?

Justo detrás de ella aparece un chico de su misma estatura de cabello rubio largo y de unos profundos ojos azules.

-Ah, comprendo-susurro viendo a los hombres desmayados.-A Eren no le gustara esto.

-No tiene porqué saber, Armin.

Él sonrió.

-No quieres preocuparlo-confirmo el rubio con una leve sonrisa.-¿Las semillas?

Mikasa volvió a tomar las dos bolsas para seguir a su amigo y continuar con su rumbo, pero un leve movimiento de parte de Jean los detuvo, a solo unos pasos de ellos con un gesto serio e intimidante sin dejarse impresionar por las acciones de la bella mujer indiferente.

NÓMADA - SNKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora