Capítulo 1

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Me levanto de la cama como un día normal, pero en mi cabeza se que hoy no es un día cualquiera. Hoy es la cosecha para elegir los tributos que representaran a mi distrito, el 1 en los 74º Juegos del Hambre.

Llevo desde los 12 años preparándome para los juegos. Aunque este prohibido todos los jóvenes de aquí vamos 3 días a la semana a un edificio donde nos preparamos para presentarnos voluntarios y así, tener posibilidades de ganar.  

Al principio me asustaba la idea de presentarme, pero con los años, tras ver proclamarse vencedores a gente de mis distrito, empecé a tener interés. Si ganará estos juegos sería famosa. Sería conocida por todo Panem. A los 14 años ya quise presentarme voluntaria pero los entrenadores aconsejan presentarse voluntario a los 17-18 años. Los menores de esa edad no tienen ninguna posibilidad de "ganar" el sorteo ya que siempre hay gente voluntaria. Al menos 5 voluntarios femeninos y más de 7 masculinos. Es un gran honor ser tributo en este distrito.

Me voy al baño y me tomo un largo baño caliente. Vivo en una casa con mi madre y mi hermano. Mi padre murió hace 8 años por un ataque al corazón. Al principio tenía muchas pesadillas y estaba muy insegura conmigo misma. Lloraba a todas horas y en cualquier sitio. Pero desde que empecé los entrenamientos me he convertido en una chica segura de mi misma, orgullosa y sin piedad. No me importa nadie, solo mi madre. Mi hermano y yo nunca hemos tenido buena relación. Se llama Thomas y es 3 años mayor que yo. Nunca se ha presentado voluntario a pesar de que si iba a los entrenamientos. Nunca hablamos, ni siquiera nos saludamos. Desde que mi padre murió se ha vuelto un joven frío y calculador. Ni mi madre ha conseguido que vuelva a ser el mismo de antes. 

Cuando salgo de la bañera veo que mi madre me ha dejado preparado mi vestido blanco favorito. Llega poco menos de las rodillas, tiene un poco de pedrería en el escote y una falda de vuelo. Ese vestido me lo pongo solo en ocasiones especiales.

Soy una chica muy creída. Me encanta vestir bien y comprarme joyas. Soy bastante popular en el instituto, todos los chicos van detrás de mi y eso me hace sentir aún más superior. La verdad es que soy bastante guapa. Tengo los ojos verdes esmeralda y la piel blanca. Mi cabello me llega hasta un poco más de los hombros y es rubio y ondulado. Soy alta y tengo curvas. Me puedo considerar la chica perfecta... y lo hago.

Una vez vestida me peinó el pelo en dos coletas. "Perfecta" pienso mirándome al espejo.

Me siento una chica muy afortunada. Soy rica, ya que  mi madre es dueña de las tienda de joyas más famosa de mi distrito. Mi hermano trabaja con ella pero yo prefiero entrenarme para los juegos. Vivimos en una casa al lado de la tienda. Es una casa enorme a pesar que solo somos 3. 

Bajo las escaleras y me encuentro a mi madre y a mi hermano listos. También se han vestido para la ocasión. Mi madre y yo nos parecemos muchísimo. Tiene los mismos ojos que yo y el mismo tono de piel. También es rubia pero en un tono más claro que el mio. Tomas es más parecido a mi padre. También tiene los ojos verdes pero su cabello es castaño y es más moreno que mi madre y yo.

Salimos de casa y nos dirigimos a la puerta principal. Ni mi madre ni mi hermano saben que me voy a presentar como tributo femenino. Ella odia los juegos, si fuera por ella no los vería nungún año pero es obligatorio verlos. Al contrario que mi madre, yo amo verlos. Me encanta fijarme en las estrategias de los tributos. Me parece un gran honor representar a nuestro distrito.

Cuando llegamos a la plaza veo la fila de chicos para apuntarse. Mi madre y mi hermano ya no pueden presentarse ya que solo comprenden jóvenes de entre 12 a 18 años.

La gente esta animada, pero yo cada vez estoy más nerviosa. ¿De verdad quiero presentarme a estos juegos? Podría morir... Intento alejarme esos pensamientos de mi cabeza.

Una vez registrada me voy hacía el montón de chicas. Todas me miran, algunas con envidia y otras con admiración. ¿Sabrán que me voy a presentar a los juegos?

Nunca he pensado en las consecuencias de ser tributo pero no quiero hacerlo. No voy a pensar en eso ahora. Tengo que representar a mi distrito y ganar estos juegos y lo voy a hacer.

De repente suena el himno de Panem. Empieza la cosecha.

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