Tenía 6 años cuando pasó.
Recuerdo estar de pie en la puerta de su habitación, llorando, rogando y pidiéndole que no se vaya de mi lado.
Durante años esa escena se ha reproducido en mi cabeza, como el carrusel que nunca deja de girar.
Durante años viví con miedo a lo que pasaría si... Y, aún sigo con aquel miedo.
Tenía 13 años cuando la vi por primera vez después de tanto tiempo, era como volver a respirar.
Recuerdo haberla visto, correr a sus brazos y llorar hasta caer al piso mientras la abrazaba, le susurré un ligero "te amo".
Cuando cumplí 16, mi mundo se caía en pedazos y todo lo que necesitaba era a ella, estuvo ahí, no físicamente, pero me apoyo moral y emocionalmente.
Recuerdo haberla llamado, y decirle quien era mientras rompía en llanto, ella solo dijo "está bien, no hay de qué preocuparse, es muy normal que te guste alguien". Ese día, mi mundo cambió para siempre.
Ahora tengo 20, y sigo con miedo, sigo temiendo a lo que no ha pasado y tal vez, jamás pasará. Soy así, me preocupo de más por quienes me importan demasiado. Ya perdí a quien se suponía era el amor de mi vida, ya no quiero perder más.
Mi madre se tuvo que ir a otro país para darme una vida decente a mí y a mi hermano, mi padre jamás se presentó y su familia me trató como un bastardo. Me enamoré perdidamente de alguien que solo me mintió durante un año y medio, pero, aun así, todavía me dice que me ama y me extraña y que, con quien está ahora no es feliz de como lo era cuando estaba conmigo. Una de las personas más importantes de mi vida me dio la espalda cuando más la necesitaba y ahora se victimiza y dice que yo actúo de manera inmadura solo porque no le respondo el saludo. Siento que mi familia está en mí contra y no sé qué hacer al respecto.
A veces, quiero detenerme, pero no puedo, hay algo en mí que no me deja, me obliga y me controla, me contradice en cada movimiento que hago, abusa de mi voluntad y me dice "tienes que hacerlo" pero yo no quiero... Es como un carrusel, parece divertido, así que te subes, pero, una vez empieza a girar, te aterras e intentas aferrarte a algo o a alguien, pero, ¿sabes qué? No hay nadie a tú alrededor. Es ahí cuando te das cuenta que es tu culpa que de vueltas, que a pesar de haberse visto tan divertido y llamativo, la experiencia es aterradora, pero sabes muy bien que no puedes bajarte ya, que los gritos no te ayudarán en nada, así que agárrate de lo que puedas y gira con él, da todas las vueltas que quieras, hasta que te acostumbres a tantos giros inexplicables e impredecibles y se vuelvan todo lo contrario. Sé el carrusel y gira junto a él, el carrusel nunca se detiene, así que, nunca te detengas tú también.

ESTÁS LEYENDO
Cómo superar un corazón roto.
KurzgeschichtenEl dolor te hace mejor persona. El dolor te daña pero también te sana. Así que me adapté, acepté y ahora aprendo a vivir sin él.