¡Ah! ¿Cuántas veces más tengo que seguir llorando?
¿Cuántas noches más tengo que pasar sin dormir?
¿Cuántos golpes más tengo que aguantar?
¡Estoy harto!
¡Ya no puedo más!
Me quiero rendir pero mis piernas no se dejan caer, mi cuerpo no quiere perder su balance y mi corazón no deja de palpitar.
¿Por qué?
¡No ves que estoy sufriendo demasiado!
¡Llévame por favor!
¡Llévame!
Ya no tengo nada más que hacer en este lugar, intenté de todo por conservar mi calma y mi cordura, para que lo nuestro funcione pero a él no le importó cuánto intentará, ni siquiera entendía cuánto me costaba asimilar tanto pero él aun así quería que deje todo eso atrás y que sigamos como si nada hubiera pasado.¡Qué estúpido fui!
Creí que yo era aquel que estaba errando por aún arrastrar el "pasado", solo habían pasado dos meses desde que me enteré de todo eso pero lo que nunca me di cuenta era que lo que él me pedía era injusto, porque si se tratara de quién no sabe abandonar y dejar el pasado atrás es él, jamás lo hizo y lo trajo a mí, me destruyó, me manipuló, me engañó y sobre todo me mintió.
Supongo que... Jamás me amó.Ahora solo queda mirar a través de la ventana divagando en mi cabeza mientras intento responder a todas mis dudas...
La peor parte de terminar una relación, no es perder a la persona que amas sino perderte a ti mismo.
El miedo invade tu mente, tu corazón y tu cuerpo.
Ese sentimiento tan vacío, te envuelve y te hace sentir nada, te confunde, te duele, te quema y te sana.
Nos preguntamos porque tenemos que sufrir tanto para terminar con nuestras heridas cicatrizadas, pero la única respuesta lógica que encontramos es que el precio que se paga por amar tanto, es dolor o es mucho más amor. Algunos corren con suerte, otros no tanto, me pregunto cuándo será mi turno.Ojalá pudiera desear no volver a pasar por esa situación otra vez, pero en este mundo nadie está exento de nada...

ESTÁS LEYENDO
Cómo superar un corazón roto.
ContoEl dolor te hace mejor persona. El dolor te daña pero también te sana. Así que me adapté, acepté y ahora aprendo a vivir sin él.