Hay muchas cosas que odió. Odió a los patanes que se aprovechan de los pequeños, odió a los violadores, odió a la gente que mata sin razón, odió a los manipuladores del gobierno, odió a los que siempre se salen con la suya y no reciben su castigo.
P...
Un día anormal, en una vida anormal, para un chico no tan normal de nombre Midoriya Izuku. Los días anormales son esos en los que la humanidad se permiten a ellos mismo ser, amables, empáticos, bueno, ser buenas personas. Esos días en los que Izuku no hacia ninguna masacre. Habían pasado al menos 3 meses desde que su vida normal había cambiado radicalmente, normalmente "castigaba", como le gustaba decirlo, a 3 personas al día en lo mínimo. Pero hoy por ser un día anormal simplemente se dedicaba a observar a las personas desde un alto edificio.
Se levantó de la orilla de la azotea con fastidio, la gente comenzaba a reunirse en el edificio creyendo que este se iba a tirar. Limpio la suciedad de su pantalón y acomodó su chaleco. Izuku llevaba puesto algo así como un traje pero sin el saco. Una camisa blanca, un chaleco, corbata y pantalones negros al igual que sus zapatos, junto con unos guantes de cuero verde oscuro, y para tapar su identidad usaba una máscara de gato que le cubría la mitad de la cara hacia arriba, está era verde oscuro con negro y algunos detalles de un verde más vivo.
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( A un dibujo, lo hice yo, luego les explico por qué está en dibujo).
Fue saltando de edificio en edificio mirando para abajo, asegurándose de que todo estuviera en orden. ¿Qué si cómo salta de techo en techo?, Izuku había estado haciendo ejercicio, básicamente durante toda su vida entreno su cuerpo para hacerlo más flexible, era bastante rápido, fuerte, tenía mucha más resistencia de lo que aparentaba hasta llegó a entrenar tan duro que su cuerpo ahora incluso es más ligero que antes.
Finalmente se paró en un edificio que daba la vista a un callejón. Mucha gente estaba reunida en la entrada de este así que se acercó por los techos de los otros edificios para ver. Había héroes y civiles por todos lados, sin embargo todos se limitaban a ver. Un monstruo de...¿Lodo?, Algo viscoso, tenía a alguien atrapado, de vez en cuando se veía una tenue luz dentro de aquel villano, incluso llegó a ver chispas.
Izuku se acomodó a la orilla de la azotea atento a cualquier cosa.
-Un villano tiene a un rehén, y yo estoy en primera fila-. Se quitó la máscara y recargo su cabeza en sus dos manos. Espero...y espero, pero todos seguían sin hacer nada. Se puso su máscara de nuevo y ágilmente bajo del edificio y se paro junto a los héroes.-¿No van a hacer nada?,¡Está por morir!-.
-No podemos, ninguno de nuestros quirks sirven para esta ocasión. Lo mejor es esperar a que alguien más llegué a salvarlo-.
-No puede ser que tenga que hacerlo todo yo-. A una velocidad impresionante, Izuku corrió hasta el villano y se metió en el, unos segundos después el villano se quedó quieto, todo quedó en silencio hasta que un estruendo resonó por todo el lugar. Izuku había salido de un salto del interior del villano y llevaba de la mano al chico que antes estaba siendo atacado por este.
Izuku aterrizó suavemente como una hoja callendo de un árbol, mientras que el chico rubio cenizo callo de cara al suelo.
-Te va a dejar marca...lo siento-. Dijo el peliverde, se acercó al rubio y cuando esté levantó su rostro, el de máscara retrocedió.- Te me haces familiar...-. El rubio se paró del suelo y vió los ojos verdes de Izuku.