(OMNISCIENTE)
Ya pasó un mes desde su castigo, no se habían visto, ni hablado, pues todos los profesores estaban al tanto de su castigo. Los padres de Draco fueron al castillo para hablar con los profesores sobre lo que había pasado, obviamente, no se lo tomaron bien.
- ¡¿Cómo se te ocurre salir con una... una sangre sucia?!- gritó su padre. Su madre estaba detrás con la respiración agitada. Draco lo miraba serio. -¡¿Sabes la desonrra que le haz hecho a tu familia?! ¡¿Un record perfecto de sangre pura?!
- ¡Quizá si fueses menos clasista...
- ¡No le contestes a tu padre!- intervino Narcissa - ¡Haz desobedecido la única regla que te impusimos!
- ¡Si vuelvo a escuchar algo de esa familia te desheredo!
-¡Hazlo! ¡No me interesa..- sus palabras se vieron interrumpidas por una cachetada que le pegó su padre, luego lo amenazó con su varita.
- ¿Enserio quieres ensuciar así tu nombre? ¿Estás dispuesto a seguir con esa... relación?- le susurró - esperaba más de tí Draco... si no sacas notas limpias y perfectas te irá muy mal... y más te vale que no te vuelvan a castigar- lo amenazó.
Draco asintió tembloroso. Su frente sudaba y temblaba del miedo que sentía, su padre nunca bromeaba cuando decía: "te irá muy mal", la última vez que le dijo eso terminó encerrado en el sótano de su casa por dos días, sin comida, sólo un pedazo de diario.
Su padre se enderezó, sonrió vilmente y dijo:
- Te esperamos en el verano, Draco - su madre asintió, sonrió falsamente y se despidieron.
Draco se quedó quieto un momento, mirando la puerta de la oficina de Snape, temblaba, sudaba y casi no aguantaba las lágrimas.
"No, no les hagas caso" pero el pensamiento desapareció cuando pensó en su padre y en sus palabras, ya no le tenía respeto, no, le tenía miedo.
Hermione recivió una carta de sus padres diciendo que no le importaba que le gustara un Malfoy, pero le habían dicho que estuvo mal escabullirse de noche y que lo que había hecho era muy peligroso, y que al llegar a casa estaría castigada sin ver a sus amigos por dos días.
No le importó, Harry y Ron ni siquiera eran amigos suyos, no más.
Arrugó la carta y la tiró a la basura, acarició a la lechuza que luego se fue por la ventana y se perdió en el cielo.
Sabía que lo que había hecho era muy peligroso, pero extrañaba a Draco, sus brazos y sus labios, quería besarlos, quería besarlos de nuevo, quería acariciar su cabellera rubia platina y decirle que jamás lo soltaría. Y se preguntaba si Draco estaría igual que ella.
Quería que la extrañara, quería que la necesitara cerca, anhelaba que le mandara una carta diciéndole que no le importaban las reglas y que se escaparían de nuevo, pero eso era imposible.
Ni esa ni la siguiente noche recivió una carta, estaba muy triste. Ya no le ponía demasiadas ganas a sus exámenes ni apuntes, total siempre le iba bien sin importar si estudiaba o no. Pero necesitaba abrazarlo de nuevo.
Incluso le cambiaron el horario para que no tuviesen las mismas clases, y la profesora McGonagall le confiscó el giratiempos, para prever que lo usara para juntarse con Draco.
Esas semanas fueron realmente duras para ellos.

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𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑵𝒐 𝑪𝒐𝒓𝒓𝒆𝒔𝒑𝒐𝒏𝒅𝒊𝒅𝒐| 𝑫𝒓𝒂𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆
FanficNo puedes amar a alguien sin primero odiarlo, ¿no es cierto? Una bruja y un mago en su temprana adolescencia comienzan a sentir cosas por el otro ¿era odio? ¿frustración? ¿amistad?... Tantos dramas tienen que pasar y tantas confusiones y distraccion...