Pensamientos divergentes

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Aquello que lo jalaba sólo podía ser Johan, en ese momento Judai se dio la vuelta hacía Johan y observó una escena que no esperaba, era la cara de Johan tapada en lágrimas, las cuales eran bastante particulares, dado que el pareciere no darse cuenta de que lloraba. Esto desconcertó a Judai, el cual no sabía como reaccionar, mas esto solo le causó cierta molestia.

- ¿Qué es lo que quieres Johan? – Dijo Judai molesto.

- Ah, esto, no es nada, es sólo que ... - Johan trató de calmarse, pero solo se mantuvo en silencio, mas no le soltaba su brazo.

- Suéltame de una vez, estás comenzando a molestarme, si continuas no te perdonare, y te haré sufrir por mandato de un rey – Dijo Judai con un enojo exponencial.

El silencio de Johan continuó, sólo podía sostener el brazo de Judai, su mente era un revoltijo de ideas bastante obtusas entre sí, aquel que estaba allí era genuinamente Judai, no podía dudar de que esto fuera así, pero la forma que poseía era algo que su mente no podía soportar, era como si hubiese mirado directamente al abismo, y este lo hubiera visto de vuelta. Cuando por otro lado se sentía culpable de que la última vez que se encontró con Judai, no pudo despedirse, quizá sólo el Dragon arcoíris estuvo allí, mas algo ocurrió para que todo terminara lejos de lo que podía recordar. Johan solía ser una persona bastante alegre y efusiva, lo cual cambió bastante con el cambio a esta nueva realidad, se volvió una persona más nerviosa y retraída hacía sus pensamientos.

En ese momento Judai lo empujó al suelo con fuerza, y comenzó a hablar.

- Ya tuve suficiente de ti Andersen, vamos a tener un duelo y si yo gano, vas a dejar de ser un fastidio – Dijo Judai con un enojo evidente.

Johan sólo asintió y comenzaron un duelo, el cual Johan ni siquiera sabía porque jugaba, aunque en realidad si sabía el porqué, el no podía soportar ver a Judai de esa manera, verlo como rey supremo otra vez le causaba angustia, pero no tenía otra opción más que luchar contra aquello que se opusiera a quien era realmente Judai.

- Comenzaré entonces Jugando al Héroe elemental Sparkman, colocaré dos cartas boca abajo y terminaré, ahora déjame hacerte daño, duelista de tercera – Dijo Judai con cierta molestia.

Johan comenzó su turno jugando lazo de cristal para jugar a su Zafiro y tener más bestias de cristal en su campo, activando seguidamente Valor raro para robar dos cartas, procedió a invocar a rubí, cuando Judai habló.

- Veo que te gusta bastante ese ratón con deformidad, pero sólo será por este momento, porque ahora activaré la magia de juego rápido super polimerización, y descartando una carta de mi mano, fusionaré a tu querida rata con Sparkman, para traer al omnipotente, ¡Héroe El Brillante! – Dijo Judai mientras miraba con desprecio a al Rubí, quien con dolor en sus ojos fue obligado a fusionarse en ese héroe elemental.

- Eres repulsivo Judai, ¿cómo se supone que te diviertas obligando a fusionar a los monstruos de los demás?, ¡¿Es que no ves cómo sufren?! - Dijo Johan con molestia al ver sufrir a sus cartas.

- No juego para divertirme, pero quizá lo haga cuando te derrote - Respondió Judai molesto.

Tendiendo a ese héroe en el campo todo se complicó para Johan, pero vio la oportunidad de sacar un segundo valor raro y cuando la activó, robó al Dragón arcoíris, no podía creerlo, desde que llegó a este mundo, no había podido robarla en ninguno de sus duelos, esto era una señal de que su camino no estaba equivocado.

Una de las mayores dudas en el corazón de Johan, era si negar al Judai que estaba viendo era algo malo, o si las decisiones que lo trajeron hacia donde esta resultaron correctas, lo que al ver al dragón arcoíris, disipó todas sus dudas.

Un futuro que nunca ocurrióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora