VIII

4.3K 361 52
                                    


Todo el personal de la empresa se encontraba en una reunión de emergencia, era para anunciar que el señor Naruto Uchiha se incorporaba a la empresa, pero ahora sería el subpresidente de la misma, después de su esposo, la idea de Naruto era velar por el bienestar de la parte que le correspondía a la empresa de su padre.

- Naruto ¿A qué se debe este cambio repentino? –

- Hidan, pensé en lo que me dijo Konan, sobre la empresa de Itachi, desde ahora debo velar por los intereses de mi familia, no quiero sorpresitas, además el hermano de mi esposo ya entrará a trabajar, debía dejar una vacante y que mejor que contigo –

- No me jodas, ese niño mimado es insoportable – el peliplata frunció el ceño – y... ¿Cómo van las cosas con Itachi? ¿Ya hablaron? –

- Tsk no vengas con eso por favor, mal muy mal y no tengo intención de ceder, ya me canse de escuchar sus justificaciones, si él me hubiera dicho la verdad desde un principio supongo que estaríamos bien, ya no importa – Naruto levanto un poco sus hombros – Lo que quiero es estar tranquilo por mi bebé –

- Naruto sabes que yo te apoyo en todo momento, pero yo... - el peliplata se acercó a Naruto y lo beso – lo siento no debí... perdóname Naruto, no quiero que pienses que me estoy aprovechando –

- No lo pienso, pero tampoco quiero que te hagas ideas que no...-

- No me hago ideas, es sólo que no quería dejar pasar la oportunidad –

- Idiota, siempre me he preguntado por qué no me enamoré de ti, pero eso no lo puedo cambiar, y tampoco quiero jugar contigo, ni siquiera puedo pensar en enamorarme en estos momentos, ¡mírame! Embarazado y engañado – el rubio comenzó a llorar, se coraje, impotencia, desilusión.

Afuera de la oficina, todo lo había escuchado el pelinegro, pero no tuvo el valor de entrar a la oficina y hacer algún reclamo, se retiró a su oficina, encontrándose a Konan en la misma.

- ¿Qué demonios haces aquí Konan? –

- Vine a que me felicites, por fin nos quitamos de encima al rubio ¿no estás contento? –

- No, nadie te pidió tu ayuda y la última vez te lo dejé muy claro ¡No te quiero! ¿Por qué le dijiste eso a Naruto? –

- Porque me estorba, nos estorba, ya podemos ser felices –

- Maldita loca, sal de mi oficina y déjame en paz – el rubio estallaba de la ira, si no fuera caballeroso, ya habría golpeado a aquella mujer.

- No, no dejaré que seas feliz con nadie, si no es conmigo – dicho esto salió de la oficina, más que furiosa.

El pelinegro se dirigió a la nueva oficina de su esposo – ¿Naruto, puedo pasar? – preguntó solo asomando su cabeza.

- Pasa por favor, precisamente estaba por ir a buscarte a tu oficina. Vamos a dejar en claro algunas cosas, primera acabo de solicitar una auditoria para la empresa, espero no te moleste, he revisado algunos libros de ingresos con ayuda de Hidan y vimos algunas irregularidades. Segunda: nuestra relación es totalmente profesional, no comemos juntos, no me llamas amor, aquí no soy tu esposo, y te voy a pedir de favor que no lo vuelvas a mencionar delante de nadie en este lugar. Y por último, hablemos solo lo necesario ¿Te parece? –

- No, no me parece, pero no voy a presionar las cosas y lo último que quiero es dejar de hablarnos definitivamente. En cuanto a la auditoria me parece bien, ya llevaba tiempo pensando en el por qué la empresa se estaba desplomando –

- Bueno, también necesito a tu pequeña zorra como mi secretaria, ¿Qué cargo tiene? –

- Ella es la contadora de la empresa –

Sólo dame una oportunidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora