𝗦𝗘𝗚𝗨𝗡𝗗𝗔 𝗧𝗘𝗠𝗣𝗢𝗥𝗔𝗗𝗔 𝗗𝗘 𝗦𝗛𝗜𝗡𝗢𝗕𝗜.
La aldea oculta de la hoja ha continuado su modernización, pero siempre manteniendo la paz. Carros eléctricos recorren toda la ciudad conectada por distritos llenos de rascacielos con enormes mo...
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====== :Cumpleaños: ======
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―Mamá... despierta...―murmura Kiochi, picando con su dedo índice la mejilla de Sasuke.
Esta frunció el ceño enojada. Hoy era sábado, uno de los pocos dias que tenía libre, y desde hace dos horas su hijo no dejaba de llamarla cada cinco minutos.
―Debemos ir a comprarle un regalo al idiota de Boruto...―vuelve a hablar, pero antes de que su dedo tocara la mejilla de la mujer, esta lo tomo bruscamente para detenerlo―. Buenos dias.―sonríe inocentemente, haciéndola bufar.
―Ve a comprarlo tú, ya es mucho con que yo te de el dinero.―masculla, dándose vuelta sobre la cama para volver a dormir.
No recibió respuesta por parte del menor, pero aún así podía sentir su presencia a sus espaldas. Kiochi no estaba levantándola para que lo acompañara, quería pedirle otra cosa, pero la vergüenza le estaba ganando y no le permitía hablar.
―Mami...―vuelve a decir luego de unos minutos, haciendo que ella se sentara en la cama con fastidio para observarlo― necesito que hagas otra cosa...
Ella frunció los labios irritada, pero no dijo nada. Solo esperó a que el muchacho prosiguiera:―¿Podrías ir a la oficina del séptimo y pedirle que... asista al cumpleaños de Boruto?
El semblante de la mujer se relajó al instante, para luego observar a su hijo con burla. Por más que el niño fingiera odiar a Boruto, cosas como esta solían delatarlo constantemente.
―¿Por qué quieres que haga eso?―pregunta, fingiendo curiosidad. El Uchiha hizo una mueca incomodo, desviando la mirada.
―Es que... la fiesta de Boruto será super aburrida, pero si el tío Naruto va seguro será más divertido, si.―balbucea torpemente, riendo un poco. Sasuke rodó los ojos, acercándose a la orillade la cama para levantarse.
Esa era un excusa bastante patética. Para ella Naruto jamás fue divertido, y mucho menos ahora que era un adulto obsesionado con su trabajo.
―Bien, pero tendrás que darle un abrazo a Boruto cuando lo felicites.―dice, dejándolo desconcertado. La mujer empezó a caminar fuera de la habitación, siendo seguida de lejos por su hijo.
