Diez Rosas Negras

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Universo Alterno donde el Imperio nunca desapareció.
Disfrútenlo. Muchas gracias.

* * * * * * * *

Se contemplaba en el espejo. Sentía que ese vestido le quedaba perfecto, era recatado pero sensual a la vez. Tan negro como su esencia misma. Comenzó a peinar su cabello... se acercaba la hora y estaba nerviosa. Entonces sintió a la Fuerza abrir el vínculo, por enésima vez. Suspiró fastidiada, hoy no tenía tiempo para sus sermones moralistas así que prefirió ignorarlo.

Al parecer él también lo hizo. Ella le daba la espalda. Siguió jugando con su cabello. No sabía qué peinado usar para la ocasión. Sintió que algo caía al suelo, parecía el sonido de agua. Se volteó buscando el origen del ruido molesto y vió un charco de un líquido color café ensuciando su radiante suelo. 

- Qué haces?!!- 

Había entrenado un largo rato con su mejor amigo, se duchó y con el frío que hacía se había preparado un café. Se puso a revisar unos archivos que su madre le había dejado, olvidando el líquido caliente. Cuando se acordó, estaba tibio, pero decidió tomárselo igual. Fue entonces que la vió aparecer, tan cerca de él, viendo su espalda desnuda en ese vestido que solo cubría los hombros. El vestido tenía una caída donde volvía a mostrar tela a la altura de la cadera. 
No se movió, se quedó quieto observándola, sin decir nada. Rogó para que no se diera cuenta de su presencia. Sabía que debía retroceder y apartarse pero no lo hizo. No pudo evitar recorrer con sus ojos cada detalle de la mujer que tenía en frente. Era enviciante... y tentador. El grito de ella lo devolvió a la realidad. 

- Yo?! Nada!!- le respondió

- Estás ensuciando mi habitación con tu estúpido café!-

Él se miró la mano. Tenía todo el café chorreando por su brazo, con la taza ladeada. Ni se acordó que la tenía en la mano cuando ella apareció. Pero miró al suelo y el piso de su habitación estaba seco.

- Fue un accidente-

- Apártate, estoy ocupada- le dijo, terminando su peinado. Se hizo 2 moños arriba dejando el resto del pelo suelto

- Y a dónde vas tan arreglada?- le preguntó, mientras se alejaba un poco de ella. No era la primera vez que le hacía preguntas inoportunas que ella no quería responder.

- No tengo porqué contarte mis asuntos, Skywalker. A diferencia de ti, que cada vez que puedes me hablas de lo maravillosa que es tu vida- le contestó sarcásticamente, aun dándole la espalda

- Sí, lo es. Hoy me entregaron el reporte de los planetas que están de nuestro lado. Cada vez son más. Confían en mí. Ser el Comandante Militar de la Resistencia es algo que yo quise lograr y no los voy a defraudar. Mi madre está orgullosa. Mi padre sigue siendo mi mano derecha, aunque primero ayuda a mi madre con sus deberes políticos. Luke aún no acepta que preferí esto a ser un Jedi. Estar en su academia fue bueno pero sus reglas no me gustan. Soy un alma libre-

- Ya terminaste?-

- No, de hecho, te vuelvo a ofrecer que te rindas. Luke ya mató a tu abuelo, y sigue ahora tras de ti. Es irónico que yo pueda verte y él te siga buscando allá afuera. Lástima que no sé dónde estas.-

- Lástima? Por qué? Si me encuentras vas a acusarme con tu tío?- le preguntó burlándose, mirándolo a la cara

Recién en ese momento pudo conocer el resto del vestido. La tela se veía tan suave, con una leve caída en su escote, el resto ceñido al cuerpo, era bastante largo...

- No, apenas lo sepa, toda mi flota ira a atacarte. Sabes que somos tantos como ustedes. No subestime mis estrategias, "Emperatriz"- le dijo como advertencia, burlándose de su título

Ten Black Roses (Reylo UA Canon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora