Draco Malfoy caminaba por un callejón a las 2 de la madrugada ¿porque? simple, le acababan de dar la marca tenebrosa.
Estaba frustrado, no pudo hacer nada y todo para complacer a su padre, esa persona que no lo volteaba ni a ver ¿y su madre? Igual...
Nos aparecimos en un callejón, después de recuperarnos del viaje salimos de ahí y nos encaminamos al centro comercial.
-bueno -dije cuando llegamos- primero iremos al área de bebés, luego de comprar las cosas de Baham iremos por la ropa de ustedes y por ultimo iremos por la comida, ¿está bien? –dije viéndolos, los tres asintieron y empezamos a caminar.
Cuando llegamos empecé a buscar ropa, encontré varios conjuntos muy lindos así que me los iba a llevar, estaba tan concentrado en buscar ropa que no me fije cuando el trio de oro también empezó a buscar ropa para Baham.
- ¡mira Draco! –grito Potter corriendo hacia mí –mira, esta ropa le quedaría precioso a Baham.
- ¡Malfoy! –grito Granger también corriendo hacia mí –mira que linda ropita, esta le quedaría precioso a Baham, se miraría hermoso.
- ¡Huron desteñido! – grito el idiota Weasley –mira esta ropa, con esta ropa Baham se miraría precioso, sería la envidia de los bebes.
Me mostraron la ropa al mismo tiempo y me miraron esperando que les dijera cual era la ropa más linda.
Me recordaron a mí la primera vez que le compre ropa a Baham, casi me lleve la tienda entera, y ni siquiera pude ponerle toda la ropa porque Baham crecía muy rápido y al mes la ropa ya no le quedaba.
La verdad es que todos los conjuntos eran muy lindos, no les podía decir cuál era el mejor así que les propuse algo.
- ¿qué les parece si se las probamos a Baham? La ropa que le quede mejor compramos-dije viéndolos a los tres, estos asintieron no sin antes lanzarse una mirada competitiva.
Fuimos a un vestidor que estaba cerca y empecé a cambiar a Baham, primero con el conjunto de Potter.
Cuando salí del vestidor, los tres quedaron viendo a Baham como si fuera lo más bello del mundo.
La verdad, no los culpo, no por nada es mi hijo, este niño cuando fuera grande seria la envidia de muchos chicos y el sueño de muchas chicas.
Lo observe yo también y tenía que admitir que la ropa de Potter le quedaba espectacular a Baham, especialmente porque quien la estaba usando era mi niño.
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Después lo cambie con la ropa de Granger, cuando termine de vestirlo, salí del pequeño cuarto y tuvieron la misma reacción que con el conjunto de Potter, solo que se les escapo un pequeño “awww”
Mi bebe se veía precioso.
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