Epílogo

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Años después...

Taichi, date prisa tenemos que irnos cariño -escuche aún con los ojos cerrados todo el ajetreo que estaba ocurriendo afuera de la habitación.

Mamá, ¿puedo jugar con papá? -Saori, siempre tan linda e inocente. Si pudiera levantarme ahora mismo te daría un gran abrazo pequeña.

Por el momento no Saori, papá esta enfermo y aun tiene que permanecer en cama unos días más -una gran sonrisa se formo en mi rostro.

Sakura no solo eres una gran y hermosa mujer si no también una maravillosa madre.

Aún me sentía bastante débil, definitivamente necesitaba descansar. entre abri mis ojos, pero lo unico que estos pudieron divisar fue el techo de la habitación. todo estaba tan callado... Poco después me di cuenta del silencio en el que me encontraba. Todos ya se habían ido... Sakura, Saori, Taichi.

¿Hace cuanto no sentía esta soledad?. Cerré mis ojos buscando conciliar nuevamente el sueño, eso me ayudaría a que el tiempo pase más rápido.

Odio que me hagan esperar y hacer esperar a las personas...

Pero odio aún más a la soledad.

Después de reencontrarme con Sakura, jamás volví a estar solo, a donde quiera que iba ella siempre me seguía, en un principio me llego a parecer un poco molesta su compañía, pero con el tiempo me volví dependiente de su presencia.

La empecé a ver de otra manera, su persona ya no me desagradaba, su voz era música para mi corazón, las miradas que me daba, hubo momentos en los que llegué a pensar que estas no venían solas si no cargadas de pudo sentimiento... empecé a apreciarla más, luego a querer y sin darme cuenta me enamore de ella... de mi pequeño botón de cerezo.

Sakura -susurre su nombre- te necesito mi amor. Por favor regresa pronto a casa, necesito sentir tu piel, escuchar tu voz... quiero verte.

No se si fue por la vergüenza o se trataba de la fiebre pero sentí como mis mejillas se calentaban más después de decir aquellas palabras.

Dios... esa mujer me tenía loco sin duda alguna. Senti como el sueño venía a mi, no puse resistencia alguna. Al contrario lo estaba esperando con ansias.
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¡Miren la frente de esa niña es enorme! -escuche el bullicio de los niños a lo lejos, me sorprendía lo realmente crueles que ellos podían llegar a ser a esta edad- ¡y no solo eso miren su cabello, las personas pelirosas son muy raras!.

Eso definitivamente llamo mi atención puesto que no conocía muchas personas con un color de cabello tan extravagante como lo era el rosa, para ser exactos solo llegue a conocer a una, la que fue la responsable de mi muerte o mejor dijo mi salvación.

Camine hasta donde se originaban las voces y ahí estaba esa pequeña niña, estaba siendo rodeada por un grupo de niños y niñas, estos cada tanto le decían algo ofensivo.

En cuanto la vi supe que se trataba de ella, tenía la cabeza gacha y se abrazaba a sí misma, uno de esos niños jalo de su cabello lo que hizo que ella elevara su mirada. Cuando vi como aquellos ojos jade se llenaban de lágrimas, algo dentro de mi se quebró.

Me abalance contra aquel grupo.

Me daba igual el ser regañado más tarde, ahora solo tenía en mente una cosa "proteger a Sakura".

Se que no es correcto lo que hice pero ellos tampoco habían sido unos Santos, después de darles la golpiza de su vida ellos huyeron llorando y prometiendo al aire el vengarse de mi.

Un Viaje ÚnicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora