Vayne abre los ojos en el cuarto oscuro, encadenada, igual que cada noche, sintiendo la presencia de Kayn que llega a escoltarla. Recorre el mismo camino de siempre y entra a la capilla donde Vladimir la espera.
- Buenos días, querida. ¿Ansiosa por esta noche?
Vayne solo sonríe en respuesta, dedicándole su mejor mirada de odio puro al Conde.
- Bien, entonces, iniciemos los preparativos.
Toma una copa que descansaba sobre la mesa y se hace un corte en el brazo, dejando que su sangre caiga dentro del objeto.
- Debes beber esto, querida. - señala acercándose con la copa en mano.
Vayne nota que las esposas ya habían desaparecido de sus muñecas, y levanta su brazo apuntando al Conde con su ballesta; el disparo atraviesa su hombro antes de que pueda reaccionar, lo que lo enfurece.
- ¿Qué crees que haces? No puedes pelear conmigo en mi reino... querida.
Extiende sus manos y golpea a Vayne en las costillas, haciendo que esta caiga de rodillas escupiendo sangre. La toma del pelo para levantar su rostro y acerca la copa a sus labios.
- Ahora, ¡bebe!
El líquido amargo se desliza por su garganta mientras busca la fuerza para moverse. En su cabeza comienzan a aparecer visiones... visiones del futuro que planea el Conde: en un lugar en las afueras de la ciudad, ve abrirse un portal entre aquel mundo y el suyo, y a Vladimir, Kayn y ella misma atravesarlo con naturalidad... su piel es pálida como la de los espíritus, y sus manos brillan con un verde sobrenatural. Intenta moverse sin éxito; aún no se ha bebido toda la copa. Otra escena aparece en su mente: un nuevo portal, abierto por ellos mismos, invoca a un antiguo demonio del terror de nombre Fiddlesticks, y lo ve caminando hacia la ciudad mientras escucha los gritos desesperados de la gente.
- Bebe, querida. Una vez que termines llevaremos el terror sobre los débiles mortales... y podrás vengarte del demonio de la obsesión... Thresh...
El oír aquel nombre la enfureció aún más, asqueada por la situación en la que se encontraba. Sentía los destellos del arclight por su cuerpo sin llegar a activarse, pero logró juntar la fuerza para tomar la ballesta de su espalda y dispararle a Vladimir en el estómago, cosa que lo envió volando y lo clavó contra lo primero que encontró. Vio su mirada de odio, y se disponía a ponerse de pie para continuar la pelea cuando despertó. Eran cerca de las 11 de la noche... recordó las visiones que había tenido, y sin perder más tiempo tomó su casco y salió a buscar su moto.
Corrió por la ciudad a todo lo que su máquina le permitía; el lugar donde había visto aparecer al conde y su siervo estaba bastante lejos, y debía llegar a tiempo. Pronto avistó el lugar, envuelto en una espesa niebla negra. Detuvo la moto y tiró el casco, corriendo hacia el lugar con su ballesta de espalda en sus manos y observando con sumo cuidado todo alrededor. Un brillo verdoso a su izquierda llamó su atención y al acercarse los vio: Vladimir y Kayn atravesaban el portal, tal como había visto en sus visiones. Había dos diferencias: ella no estaba de su lado, y Vladimir estaba herido.
- Puedo sentirte, Vayne. - le dijo este último, volteando hacia donde estaba.
Respiró profundo y salió a su encuentro, portando su ballesta.
- ¡Bienvenido a mi territorio, "Conde"! - dijo antes de disparar.
La flecha pasó silbando y fue bloqueada por la guadaña de Kayn, al tiempo que este se abalanzaba sobre ella. Giró y le disparó con su ballesta de mano, hiriendo uno de sus brazos y recibiendo un corte en la pierna a cambio; tuvo que patear al chico para ganar espacio y volver a disparar, girando en el aire. La mayoría de las flechas fueron bloqueadas por la guadaña, y una quedó incrustada en el hombro de Kayn, quien en respuesta golpeó su guadaña en el suelo e hizo que de este salieran pequeños filos, forzando a Vayne a apoyarse sobre una de sus manos para evitar lastimar sus piernas; en consecuencia, su brazo izquierdo recibió varios cortes y tuvo que volver a saltar para evitar el golpe de la guadaña. En aquel momento, el ruido de cascabeles y un aroma dulce los detuvieron a ambos.
- Vaya, vaya. Estoy impresionada de verte de nuevo, Vladimir. ¿Qué negocios tienes en este mundo?
El aludido no respondió, preparándose para pelear cuando fue detenido por un gancho.
- ¿Vas a algún lado, viejo amigo?
La voz de Thresh parecía de ultratumba; su piel era toda morada y portaba una máscara dorada, lo que lo hacía ver como una figura más imponente que de costumbre. Vladimir rió con locura.
- ¡Amigos míos! - gritó - ¡Ya es medianoche!
En el suelo apareció un gran círculo verdoso, lo que forzó a Thresh y Ahri a retroceder. El grito de Vayne llamó su atención: su cuerpo se había llenado de venas negras y estaba en el suelo, cubierta por llamas verdes mientras gritaba. Cuando las llamas se extinguieron, la cazadora se levantó. Su piel era pálida y verdosa, y sus ojos y manos emitían un brillo del mismo color... el calor de la venganza y violencia le recorría la sangre, convirtiéndola en una criatura salvaje e inestable.
- Ven, hija mía. - le llamó el conde, mientras observaba como el monstruo de Fiddlesticks emergía poco a poco del portal recién abierto.
Vladimir esperaba que Vayne estuviera bajo su control, pues había bebido su sangre, y grande fue su sorpresa cuando la cazadora se abalanzó sobre el y le clavó numerosas flechas en el cuerpo... no había bebido la copa completa, y su voluntad era lo bastante fuerte para mantener su objetivo claro.
- Lo siento, Vladimir. Ya te lo había dicho: yo trabajo sola. - acotó antes de patearlo y enviarlo volando unos metros fuera del círculo.
Kayn iba a defender a su señor, pero fue detenido por Ahri y un recién llegado: una niña-oveja enmascarada portando un arco y acompañada por un lobo hambriento. Los espíritus se apresuraron a combatir contra Fiddlesticks y Kayn, siendo heridos durante la batalla. Mientras, Vayne seguía a Vladimir por el bosque por donde había intentado huir; sus fuerza y velocidad habían aumentado incluso más que con el arclight, y no tardó en estar sobre su víctima... pero lo dejó seguir corriendo por el placer de ver cómo intentaba huir de ella en vano. La magia negra del vampiro hería su cuerpo cuando la alcanzaba, quitando parte de su sangre y esencia con cada sifón, pero ella estaba muy excitada y el dolor que le producía no la detenía, sino que la entretenía aún más. En respuesta a sus ataques, ella lo pateaba con fuerza y le disparaba cada vez que se acercaba lo suficiente o lo veía a su alcance, sin detenerse hasta que este solo pudo arrastrarse por el suelo, cubierto por su propia sangre.
- ¿Qué sucede, Conde? - preguntó mientras le apuntaba con su ballesta. Este no le respondió. - Al final solo eres una rata más que hay que eliminar.
Vayne disparó sus flechas una tras otra, quebrando el cráneo de Vladimir y cubriendo el suelo con trozos que salían de su interior y se esparcían por el suelo, salpicandole la ropa con una sustancia negra. Siguió disparando hasta que el cuerpo inerte del vampiro quedó hecho jirones sobre el terreno. Satisfecha y bañada en la sangre de su enemigo, sonrió, disfrutando de la sensación placentera que le recorría el cuerpo y saciaba su sed de sangre.
- ¡Vaya! Bastante impresionante para una pequeña cazadora, te has ganado mis respetos, Vayne. - Thresh había presenciado toda la escena y aplaudía desde lo alto de un árbol cercano.
- Tu serás el siguiente. - dijo con una calma oscura, sin voltearse a verlo mientras recargaba su ballesta, ya preparándose para pelear nuevamente.
Un grito llamó su atención y le recordó a la abominación que habían invocado; la adrenalina fluyó nuevamente por su cuerpo pidiéndole más. Corrió hacia donde estaba Ahri, cuyo cuerpo estaba completamente blanco con tonos azules mientras peleaba acaloradamente con la criatura. Esta de pronto lanzó un horrible grito y comenzó a absorber magia oscura a su alrededor para luego saltar hasta donde estaban Ahri y Vayne, cubriendo todo el ambiente con un torbellino de magia oscura. Antes de que aquella ráfaga pudiera dañarlas, apareció la niña dando un salto y bendijo el suelo, volviéndolas momentáneamente intocables.
- ¿Estás bien, Ahri?
- Si, gracias, pequeña oveja. - respondió.
- Debemos atraparlo pronto, mientras más tiempo pase en este mundo, más fuerza tendrá.
- Lo sé...
Cuando cesó el torbellino de magia oscura, Ahri y la niña saltaron sin dudar hacia la criatura, siendo apoyadas por Thresh. Vayne en tanto había visto a Kayn intentando escabullirse hacia sus espaldas, y se lanzó a perseguirlo por el bosque. No tardó en alcanzarlo y cubrirlo con una lluvia de flechas, que el chico supo esquivar atravesando una roca antes de volver a atacar. Pateó una de las piernas de Vayne y le hizo un nuevo corte en el brazo, recibiendo algunas flechas en su pierna a cambio antes de volver a desvanecerse en el terreno. El cuerpo de Vayne seguía brillando de manera sobrenatural, y sentía todos sus instintos agudizados, por lo que el solo crujido de un rama le indicó la dirección por la que había huido Kayne, y sin perder tiempo corrió tras el, saltando sobre rocas y esquivando árboles y ramas.
- ¡No puedes huir de mi!
Volvió a verlo y cargó su ballesta de espalda, apuntando a una de las piernas de su víctima. La flecha se disparó con fuerza y precisión, atravesando la pierna de su objetivo sin ningún problema y haciéndolo caer al suelo de bruces entre gritos de dolor.
- Es inútil - le dijo con una sonrisa sádica antes de agregar - Tranquilo, te liberaré de tu dolor.
Kayn abrió la boca como si fuera a decir algo, pero fue detenido por la flecha que entró por su boca y clavó su cabeza al suelo. Vayne disparó tres veces más antes de propinarle una patada a aquel cuerpo.
- Maldito hijo de perra. - lo pateó repetidas veces con todas sus fuerzas antes deaplastar su cabeza con su pie. - Te veré en el infierno.
Se puso de pie y empezó a caminar hacia donde estaban Ahri y los demás, cuando nota que su visión se vuelve borrosa y que el suelo parece moverse. Revisó su cuerpo en busca de heridas... y ahí está; un gran corte en el abdomen que no deja de sangrar. "Demonios". Buscó con la mirada un lugar donde descansar para detener el sangrado, recordando que cerca había un puente desierto bajo el cual corría un río cristalino. Se encaminó hacia allá sujetando la herida con su mano, y no se detuvo hasta que estuvo sentada bajo uno de los arcos de la estructura. Revisó su herida e intentó cortar un pedazo de tela de su traje, solo para notar que vestía similar a Vladimir, y que no era tela, sino algo que parecían sombras fijadas a su cuerpo, y que de este último aún emanaba aquel brillo verdoso propio de los habitantes malditos del inframundo. Hizo una mueca de desagrado, sabiendo que no sería capaz de detener el sangrado en tales condiciones y que, probablemente, aquella noche sería su final.
- Quizá sea mejor morir aquí antes que vivir como un maldito y asqueroso espíritu. - susurró para si misma con calma, aceptando la inminencia y proximidad de su muerte.
Cerró los ojos, sintiéndose muy cansada de repente y atribuyendo la sensación a la pérdida de sangre que le había ocasionado Vladimir. Aquel era un final doloroso, pero tolerable para una cazadora experimentada como ella.
Mientras descansaba, sintió otra presencia en el lugar y abrió los ojos, viendo la figura de Thresh caminando hacia ella sin apuro. Venía cubierto de sangre oscura, probablemente del terror invocado, y su piel era completamente morada. En circunstancias normales se habría puesto de pie para plantarle cara con su ballesta, pero ahora había perdido demasiada sangre y ya no tenía fuerzas siquiera para hablar, por lo que no se movió mientras lo veía inclinarse junto a ella para hablarle con voz grave.
- Mírate nada más, Vayne... Tu espíritu sin duda será una adición invaluable a mi colección. - pasó una mano por su rostro pálido, como si la estuviera acariciando - No tienes de qué preocuparte, pequeña cazadora, me ocuparé bien de ti en el otro mundo.
La sonrisa en su rostro denotaba que aquello no era nada bueno para ella, pero ya no era capaz de responder o de mirarlo por más tiempo. Sus ojos se cerraron y se sintió caer de costado sobre el frío suelo, maldiciendo que su vida fuera a terminar en las garras de un sucio demonio como aquel al que se había jurado destruir.
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La Noche Más Oscura [ Thresh X Vayne ]
FantasyLet us hunt those who have fallen to darkness... Vayne es una joven cazadora nocturna que encuentra un demoníaco enemigo: Thresh, el espíritu de la obsesión. Ahora debe enfrentar nuevos enemigos mientras evita convertirse en un demonio ella misma, c...