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Nada que decir. Esa era más o menos su situación si se la planteaba. Eso le preocupaba en parte, porque era extraño; no por el hecho de que literalmente no tenía nada que decir, sino porque realmente le importo menos de lo que imagino, como si una especie de carga hubiese sido levantada de su espalda en tantos años. Sus años de servicio a ellas... Desprenderse de la vieja rutina no era malo si eres lo suficientemente creativo para aplicar tu libertad en otras cosas. A Lincoln le gustaba eso. Era joven y fresco a sus 18 años recién cumplidos, y ahora que las mayores empezaban a volar del nido él podía darse el lugar que se merecía, ¿o no? Claro, todavía no estaba absuelto de cumplir su rol de hermano mayor, pero... Las menores también han comenzado a tener un poco de control sobre su vida, Es decir; los años hicieron un arreglo bastante decente en su toma de decisiones, arreglo el cual ya no lo involucraba tanto en sus vidas cotidianas. ¿Eso era malo? En lo absoluto, ¿Sentir algo de nostalgia y rara impotencia hacia ello? He ahí el dilema.

-Lincoln...

Pero si lo miraba fuera de contexto, resultaba muy irónico el cómo alguien que fue un semi-esclavo le acompleje tanto que tan lejos podía llegar ahora. Que hacer realmente ahora que lo haga crecer como persona...

-¡Lincoln...!

Más que eso, en verdad... ¿Estaba dispuesto a convertir esta nueva soledad en su paraíso, invertirlo en cosas nuevas, productivas y disfrutarse a sí mismo?

-¡LINCOLN LOUD!- Exclama por 3ra y última vez la profesora de física avanzada, una joven mujer pelirroja rondando los 30. El joven albino hace su reingreso a la realidad con una cara perpleja, estuvo divagando tanto que literalmente se durmió con los ojos abiertos, acolchado en su mente. Algunos compañeros cuchicheaban risas debido al acto de desentendido.- Señorito loud, ¿yo y mi clase te parecemos muy aburrida y extenuante? Si es así, no tengo inconveniente con que te retires a dormir afuera.

-N-no... Lo siento profesora Miller. No volverá a pasar.- Se disculpó el joven con suma vehemencia, no por que en verdad lo sintiera, sino para hacerlo más creíble y no manchar su reputación de chico bueno. Lincoln emula una sonrisilla para que termine de convencerse, la profesora le lanzo una mirada entre cerrada, cedió al final exhalando.

-Muy bien, no espero menos de ti, loud. Yo sé que tú eres uno de mis pocos alumnos que si presta atención por que en verdad se interesa. No por conveniencia de salir del momento.- Le aclaro ella como si fuese una especie de elogio, fuese o no lo tomaría de la mejor manera.- Últimamente haz "divagado" más de la cuenta estas semanas, ¿todo anda bien contigo?

"Depende; ¿Familiar o educativamente?" pensó él sarcástico. Para bien o para mal, Lincoln era bueno creando vínculos estrechos con los docentes de la universidad de Royal Woods, más o menos el 90% de ellos tomaban en cuenta lo buen muchacho que era; justo, servicial y honesto, casi como algún geek. Sin embargo, de vez en cuando solitario, sin darse mucha vida como cualquier joven sano que alardea sobre chicas y se divierte con su manada de amigos. Esas cualidades lo hicieron diferente en un bonito sentido y... Limitado a su pensar. Se tardó unos segundos en responderle, sus compañeros esperaban también por su respuesta cual ancianita atenta a algún chisme comunal.

-Em, si... Todo está bien. Nada que reportarle, jeje... ¿Usted me llamaba para alguna pregunta de la clase o algo...?- Respondió Lincoln sobándose la nuca. Ignoraría ese evidente nerviosismo con una leve ceja alzada en lo que cabe y no cercenaría más la clase.

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Hola gente bonita. ¿Cómo están? Esta es la obra que les había comentado desde hace unos días. Quería aclararles que la cantidad de palabras por capítulo será muy dispareja, es decir; algunos caps tendrán 500 y otros 1000 o 2000. Lo hago así para administrar el tiempo de la mejor manera posible y poder actualizar mi otra historia. Bueno, sin mas me despido :)


After the LoudsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora