5.

250 20 2
                                    

Lincoln nunca se puso a pensar si, ¿el figuraba entre esos chicos...? No eran tan desconocidos por tener contacto en el pesado, pero... ¿Ahora? A lo mucho se saludaban en los pasillos y con simples miradas. Nada más.

"No sé ni cómo tratar con chicas normales. Tabby es una fiera, es demasiado para mi... Suena estúpido rendirme con solo una chica cuando pude mantener a raya a 10. ¿Podría intentarlo...?" pensó él curioso de si tendría alguna oportunidad.

Estando ya en el pórtico, se acerca a la puerta, la abre y pasa por esta. Adentro, él se percata que la estaba solitaria, siendo el primerio en llegar, supuso. Pasa brevemente por el sofá dejando allí su mochila. Luego cambia la dirección a la cocina en busca de almuerzo, pensando si su papa les dejo algo hecho o si él mismo tendría que prepararse algo. No era complicado ya sea porque heredo los buenos genes culinarios de su padre o por tener buena suerte. Llega hasta la nevera, la abre y...

-¡Bingo! Esto me bastara para mí solo.- Dijo Lincoln aliviado y sonriente. Enfrente de él había una cacerola con un poco de pasta y carne molida, estando con unos leves toques de salsa roja aguada. Lincoln saca la cacerola y la coloca a un lado del fregadero; después, busca un plato y se sirve una porción mediante un cucharon de plástico, midiendo la cantidad para no acabarse todo, aunque se viese tentando de hacerlo debía de aguantarse, sus hermanas menores llegaran en un rato. Toma la tapa de la microonda, al abrirla introduce dicho plato, poniendo a que se descongele la comida por 2 minutos.

En lo que ese tiempo transcurre, Lincoln se queda de brazos cruzados mirando al microondas, en una postura pensativa. Ideaba planes sobre como enamorar a la joven rockera. Sin importar que tan infantil suene, hoy en día seguía considerándose a sí mismo el "hombre con el plan", así que algo se le tendría que ocurrir. Y más que nunca dependía de su propia capacidad para idear planes; sus 3 hermanas mayores Lori, Leni y Luna se independizaron hace algún tiempo, así que no podía contar con sus consejos y en pocos años Luan y Lynn irían por el mismo camino. Por alguna razón, pensar en ellas hacia que se sintiese un tanto... Fastidiado, cuando sabía que tenía que ser lo contrario, feliz porque estaban realizándose, construyendo sus vidas.

Agito la cabeza de un lado a otro, volviendo a concentrarse. Tarde o temprano le llegaría algo por intentar; ¿entregarle un ramo de rosas como todo un caballero, al más puro estilo de romántico empedernido? ¿Dedicarle una canción de amor, desamor y melancolía que todos advierten que no debes dedicar pero que igualmente la dedicas? ¿Intentar parecer sexy y disimular robarle un beso como el típico adolescente enamorado, rozando los absurdos clichés? Entre otras. Honestamente, todas le parecían opciones interesantes, alocadas y absurdas, claro que algunas las tendría en cuenta y otras las mandaría al cuerno, por ahora probaría con ser el mismo, natural y sincero, ¿Qué mejor que eso...? Probaría con la táctica que todos los jóvenes utilizan; volver a ser cercano a ella, mostrarle su mejor parte, darle tiempo y a ver si responde bien o mal, en caso de que sea para bien lo sellaría todo con broche de oro; besarla en última instancia. En caso de que vaya mal y no sea suficiente, él lo seguiría intentando, al menos por un tiempo, si todavía no funciona entonces... Desistiría de sus intentos y se iría en paz, no se arrastraría más.

"Espero no terminar como clyde... Maldición... Pobre de él. Está atado a un futuro que sabe no podrá tener" pensó algo triste el joven albino.

After the LoudsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora