The Long List of Ex-Lovers [ChanBaek/BaekYeol]

Epílogo: Park ChanYeol

"¿Están todos listos?" Byun le preguntó, a lo que ChanYeol asintió y con BaekYeol que incluso ladró, lo que hizo que el sonido rebotara por todos los pisos de su edificio, juntos rieron al volver a verse.

"Traemos con nosotros llaves, carteras, juguetes para aventarle a BaekYeol en el parque, las bolsas para cuando se deban recoger sus necesidades," enumeró, a lo que Byun asintió, por lo que pudo cerrar su puerta con seguridad y finalmente se colgó del brazo de ChanYeol que lo esperaba a unos pasos ya con la correa controlada de BaekYeol en su otra mano.

"Y un novio muy apuesto para sacar a pasear, entonces, sí, estamos listos."

"¿Ahora soy yo al que sacan a pasear y no al perro?" se quejó, aunque Byun se rio y puso la marcha para salir del edificio.

"Pues, si la bota te queda," dijo al imitar la voz del famoso personaje, ante lo que ChanYeol pudo golpearlo con su cadera, lo que casi le hizo tropezar, pero al regresar al brazo de su novio, entre otro par de risas, fue capaz de añadir: "Y si algo tienes que admitir es que casi no te has dejado ver estos últimos días. Yo nunca dije qué novio había que sacar a pasear, pero con eso de que ya tenemos dos semanas enteras sin vernos..."

"¿Y de quién es la culpa?"

Byun quiso protestar, pero lo cierto era que no se trataba de ninguno de los dos. Al final tanto él como ChanYeol tenían sus trabajos que atender, y aunque las cosas estaban más estables ahora de lo que antes cuando el proyecto de Byun apenas estaba iniciando, el negocio y la estrategia que estaban llevando para sacar en físico el libro de Byun lo estaba dejando más atrapado en sus cuatro paredes de lo que le hubiera gustado, sobre todo, con su novio que llegaba cada noche a su casa luego de otro día normal de trabajo.

Dentro del trabajo no era que hubiera muchos cambios, si bien JongDae había conseguido una afiliación con otros de los refugios grandes de Seúl, cosa que a veces les traía más clientes, más animales que tomar para dar asilo o más material por poner a la venta, la vida de ChanYeol seguía siendo tan común como se esperaba.

Y claro, Byun no era que se hubiera vuelto famoso de un día para otro. Sí, su libro en digital había atraído la atención de cierto público, pero seguía sin darle toda una fortuna. No realmente consideraba que su alcance era solo para la población coreana—y quizá uno que otro conocedor del idioma fuera del país que hubiera encontrado la historia de casualidad— y no a muchos les llamaba o gustaba leer literatura que involucrara una relación homosexual, porque, bueno, cultura tradicionalista.

Sí le trajo un poco de dinero extra a sus bolsillos, pero Byun decía que eso probablemente lo hubiera ganado con otros dos o tres trabajos que había rechazado de editar cuando estaba ocupado en su propio proyecto. Y no era que se encontrara frustrado, ChanYeol pudo verlo, a lo largo de todo el proceso que trajo a Byun hasta ahí, sí, hubo desesperaciones, frustraciones, molestias y bajones de primera, pero una vez que el trabajo estuvo hecho y a la venta, Byun no podía sentirse más que orgulloso.

De cualquier modo, su personaje principal estaba ahí, postrado hermosamente en su portada bajo su título y solo un poco sobre su nombre.

Y con el siguiente proyecto a la vuelta de la esquina, Byun había vuelto a lo de antes, a escapar de sus cuatro paredes solo cuando necesitaba reunirse con su editor, con los ejecutivos de la editorial que habían recibido interesados su trabajo y con la posibilidad de impresión en distintas traducciones o cuando se le acababa la comida y buscaba en el apartamento de ChanYeol por la rapidez con la que necesitaba regresar a sus cosas.

Claro, ChanYeol nunca se quejó de eso, a veces hablaban por teléfono, se mensajeaban o ChanYeol iba al apartamento de Byun para ver que el hombre hubiera al menos tomado una apropiada ducha y comida en ese día. Su convivencia se había vuelto tan natural, y para las 'emergencias', Byun incluso había exigido que se intercambiaran unas copias de sus llaves.