The loud House La ciudad del Pecado Cap 4

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En el capítulo anterior, nuestro joven albino, junto con su hermana Luna, nos hicieron un leve despliegue de sus habilidades al combatir a un caza recompensas enemigo que, si bien les había dado problemas, ahora no era más que un cadáver del cual ambos chicos estaban deshaciéndose al echar en una zanja que encontraron para disponer del cuerpo.
Una vez que los restos de su muerto enemigo se hallaron escondidos, el chico no pudo evitar soltar un ligero suspiro de cansancio, poco antes de perderse en sus propios pensamientos.
-Les doy la bienvenida a otro típico día de mi vida.- Anunció el muchacho, comenzando así a monologar y hablar con el público.

–Sé lo que probablemente estarán pensando, "¿Cómo fue que llegamos a esto?" Pues bien, la historia es

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–Sé lo que probablemente estarán pensando, "¿Cómo fue que llegamos a esto?" Pues bien, la historia es...algo larga. Empecemos por lo más básico y sencillo de aprender. En el infierno existen dos tipos de demonios poco comunes y distintos a todos los demas, Los Centinelas y Los Virales.

Según las leyendas más antiguas del infierno, estas dos razas fueron consideradas las más poderosas y volátiles de todas, razón por la cual Satanás se vio obligado a confinar a ambas a un pozo en las profundidades más recónditas del inframundo, donde no podrían suponer una amenaza para él. Y bueno, si algo deben de tener en claro respecto de estos dos es que se odian a muerte, al punto al que la expresión "Como perros y gatos", queda corta para describirlos.- Continuó relatando el albino, momentos antes de perder el interés de la conversación y decir lo siguiente... -Saben que, en realidad ahora no estoy de humor para contarles más detalles, así que van a tener que mantenerse al tanto de la historia para así descubrir más.- Se limitó a decir él, poco antes de voltearse para ver a su hermana e indicarle que ya era momento de regresar a su hogar.
...
Al ser ya de noche y al haberse quedado casi sin nada de magia tras su pelea, ambos chicos no tuvieron más remedio que caminar hasta la estación de trenes más cercana y abordar el vehículo para así regresar al Casino que era de su propiedad.
-¡Tch! Mira nada más la hora. Perdimos mucho tiempo enterrando el cuerpo de ese bastardo. Por culpa de eso vamos a llegar bastante tarde.- Se quejó Lincoln, al mirar el reloj en su muñeca mientras él y su hermana caminaban por una mugrosa calle cercana a la estación a la que se dirigían.
-Lo sé, pero no había de otra. No podíamos dejarlo tirado ni llevar su cuerpo con nosotros.- Acotó Luna, segundos antes de hacer una pregunta que desde hace tiempo estuvo rondándole por la cabeza. –¿A qué se debe tu mal humor del día de hoy, Bro? Normalmente estás feliz luego de una pelea, y mucho más si es con un Viral, pero te ves mucho más gruñón que de costumbre.-
Ante esa duda, el chico quedó en silencio por unos segundos, llegando a la conclusión de que su hermana tenía razón, cosa que lo llevo a preguntar el "Porque" detrás de su disgusto. Tras un momento de reflexión, su mente le hizo recordar fugazmente la sonrisa de Maggie, a la cual había dejado sola en medio de su casi-cita, un hecho que, si bien él quiso pensar que le resultaba indiferente, por algún motivo más allá de su comprensión, no pudo acabar de aceptar como tal.
-¿Y bien? ¿Qué es lo que...?- Estuvo a punto de volver a decir la castaña, poco antes de ser interrumpida por la llegada de 5 sujetos de aspecto peligroso y cara de pocos amigos.
-¡Oh-ho-ho! ¡Vaya, vaya! Miren nada más lo que tenemos por aquí. Déjenme decirles que ambos se ven sumamente bien, muchachos. Díganme, ¿Qué tal la están pasando en su visita a Las Vegas?- Preguntó uno de los sujetos, el cual parecía ser el líder del grupo, poco antes de que él y sus amigos cerrarán la distancia entre ellos y los Louds, bloqueándoles el paso y rodeándolos poco a poco. –Dime, ¿Ese cabello blanco es natural? Porque de ser así, déjame decirte que deberías teñirte, ya que te queda francamente fatal. ¿No, chicos?- Acotó el sujeto, haciendo así que sus amigos se rieran ligeramente, antes de que él posase su mirada en Luna. -¿Por qué estás con alguien con tal mal gusto, preciosa? Con lo hermosa que eres y las curvas que tienes podrías conseguirte algo mucho mejor.- Continuó diciendo él, esta vez mientras observaba de reojo a la muchacha, centrando su vista en sus pechos, casi como si no le importase el hecho de ser tan obvio.
-Ambos están bastante bien vestidos también, jefe. Tienen varias cosas de oro consigo.- Mencionó uno de los matones que se encontraba a espaldas del albino.
-Eso veo. Oye, chico, ¿No crees que esas ropas se verían mejor en mí? ¿Por qué no me las das por las buenas? Si lo haces, quizá dejemos que tú y tu novia se vayan...claro, solo después de que hallamos acabado de "Divertirnos" con ella.- Terminó de decir el tipo, al momento de sacar una pistola de su chaqueta y ordenarle a uno de sus matones que sujetase a Luna por detrás mientras él le sujetaba uno de sus pechos.
-Oh vaya. ¿Eso es acaso una amenaza?- Preguntó Lincoln, con una expresión divertida.
-Yo no le veo la gracia, hermano.- Dijo Luna, con una mirada molesta, pero carente de cualquier clase de miedo.

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