13. No Es Un Adiós

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- ¿Estas nervioso? - le pregunta Samantha a Flavio dándole la mano y entrelazando sus dedos con los de él.

Había llegado el día, un día a mediados de Abril Flavio iba a hacer la audición. Y si, estaba nervioso, pero Samantha estaba ahí para calmarle, y darle todo el apoyo que necesite.

- Si, estoy un poco nervioso no quiero que me salga mal.

- Y no te va a salir mal, llevo dos semanas escuchándote ensayar, has trabajado muchísimo y te va a salir bien.

- Gracias - sonríe - por estar aquí aguantando mis inseguridades, a veces sueno pesado creyendo que me va a salir mal...

- No pasa nada, yo te quiero así - le mira a los ojos - con tus inseguridades y con todo, tu también tienes que aguantar las mías, y eso es así.

- No se como agradecerte todo lo que haces por mi de verdad

- No me lo tienes que agradecer, tú también haces mucho por mi

Sellaron ese momento con un dulce beso, y siguieron viendo todas las audiciones en silencio.

El lugar era un teatro, en el escenario había un gran piano de cola negro y en la segunda fila de butacas había una fila entera de jueces, que eran los que se ponían de acuerdo en quien entraba y quien no.

Mientras Flavio y Samantha estaban sentados en dos butacas juntas en las últimas filas.

Llego el momento, le tocaba hacer la audición.

- Flavio Augusto Nicolás es su turno - dijo una jueza a través del micrófono.

- Te va a salir genial - le anima Samantha. Flavio asiente un poco nervioso y le da un beso rápido, como si eso le diera buena suerte, y es que tenerla allí, para él eso ya era buena suerte.

Camino hasta llegar a las escaleras para subir al escenario, subió y caminó hacia el piano.

A algunos jueces les sorprendió un poco que el chico no llevara una partitura y la colocara en el atril de piano como la mayoría de personas había hecho, pero él no, la melodía que iba a tocar era una que lleva tocando mucho tiempo y que con el tiempo cada vez la toca mejor y se la sabia de memoria.

Se sentó en el taburete, colocó las manos en el piano formando el primer acorde, se aseguró de que su espalda estuviera recta y comenzó a tocar la melodía.

Sus dedos bailaban por las teclas de una manera increíble, eso era maravillosamente perfecto, la rapidez en que se movían sus dedos era realmente asombrosa.

Termino de tocar y todas las personas presentes allí quedaron impresionadas, hasta los jueces, jamas habían visto algo así. Flavio parecía otra persona tocando el piano, cualquiera que no lo conociera creería que es un chico seguro de sí mismo, que no tiene inseguridades y la realidad es que si tenia, y muchas.

Bajo del escenario después de una ola de aplausos y se dirigió hasta un rubia que tenía un sonría de oreja a oreja.

- ¡Flavio, ha sido una pasada!- le abraza emocionada.

- ¿De verdad?

- Pues claro que si, nunca te había visto tocar así, con tanta fuerza, de verdad me ha encantado.

- Muchas gracias - dejó un beso en su mejilla - ahora solo falta saber si entro...

- Seguro que si entras, ya verás - le dice ella y él sonríe.

   
    
   
Pues si, Flavio entro y no podía estar más feliz, por fin su sueño se iba a hacer realidad, y Samantha también estaba súper contenta por el.

Pasaron el verano sin problemas desconectando de todo, pasando unos días en el pueblo de Samantha conociendo a todo su familia, como sus abuelos, sus tíos, sus primos, su hermana y hasta a su sobrina recién nacida. Luego también pasaron unos días en Murcia, conociendo a los abuelos y tíos de él.

Para ellos, sin duda, fue uno de los mejores veranos de sus vidas. Decidieron no pensar en que en septiembre tenían que separarse, decidieron disfrutar de lo que les quedaba y así fue, hasta que llegó ese dichoso día de septiembre en el que tenían que despedirse.

Iban de camino al aeropuerto en el coche del chofer de él, Flavio ya se había despedido de su madre unas horas antes ya que tenía que irse a trabajar y no podía estar, así que Samantha decidió acompañarle, quedaban apenas unos treinta minutos para que Flavio cogiera el vuelo cuando llegaron al aeropuerto.

Caminaban dados de la mano en silencio hasta llegar a la puerta de embarque, ninguno decía nada, sabían que tenían que despedirse en unos minutos y ninguno quería.

Y llegó el momento.

Tenían que despedirse.

- Te voy a echar muchísimo de menos - comenzó a decir ella abrazándole

- Yo también - dice en su cuello - te llamaré todos los días que pueda, te quiero mucho ¿vale?

- Yo también te quiero mucho Flavio - ella estaba ya llorando y él apuntó estaba. - intentare ir a verte cuando pueda - Flavio asintió.

No dijeron nada más, estuvieron un rato largo abrazados, sin decir nada, tampoco hacía falta, los dos se iban a echar de menos, estaba claro.

Se dieron un beso largo y pausado sabiendo que iba a ser el último hasta dentro de unos meses, Flavio agarro su maleta, y se fue separando lentamente de Samantha dándole la espalda a aquel lugar donde tendría que estar en cuestión de segundos para poder mírarle por última vez.

Ella formó las palabras "te quiero" con sus labios, Flavio la vio e hizo lo mismo con sus labios antes de darse la vuelta y entrar por aquella puerta.

Cuando los dos se perdieron de vista algo sintieron los dos, sintieron lo mismo en el mismo momento que sus ojos se separaron.

Y es que ese no era un adiós.

Era un hasta luego.

✨✨✨✨✨✨✨

Bueno se acerca el final, aún no ha terminado eh jajaja pero tristemente quedan dos capitulos, sé que no ha sido muy larga pero mañana empiezo las clases y no tendré mucho tiempo de escribir

Lo que llevamos de novela ¿os ha gustado?🥺

Os leo.

✨✨✨✨✨✨✨

Lo apuesto todo al amor ~ Flamantha ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora