Just a Dream? | Jack Sparrow |

El beso

—Estoy esperando a que quites tu asquerosa mano de ahí- Gruñó molesto

—Sparrow- El hombre se alejo de mí para mirarlo- ¿No sabía que estabas aquí?

Comencé a respirar aceleradamente después de haber retenido mi respiración por tanto tiempo.

Miré a Jack el cual miraba al hombre en forma asesina. No dejaba de matarlo con la mirada y su ceño fruncido no se iba.

Desde que lo conocí jamás lo había visto de esa forma. Parecía un tigre apunto de atacar.

—No tengo la menor idea de quien eres- Dijo con seriedad- Pero no te le vuelvas a acercar

De un rápido movimiento me jaló hacia él, apretándome contra su pecho.

—Lo siento Sparrow, no sabía que la conejita venia contigo- Rió pero se detuvo al ver que Jack no dejaba su ceño fruncido

—Ahora lo sabes- Gruñó- Largo de aquí

No hizo falta que se lo repitieran pues se alejo de inmediato. Solo estábamos Jack y yo, en silencio.

Sin decir nada tomó mi brazo y me jaló hasta llegar al Perla negra.

Abrió la puerta del cuarto con brusquedad haciéndome entrar. Con enojo la volvió a cerrar y dirigió a un mueble del cual saco una botella de Ron llevándola a su boca.

—J-Jack....

—¡Te dije que no salieras Mérida!- Gritó, haciendo que me encogiera en mi lugar- ¡Te lo dije!

—E-es que no llegaban y, estaba nerviosa- Aclaré mi garganta- Fue tu culpa

Sus orbes oscuros se enfocaron en mí, brillando con furia. Con la misma furia tiro la botella hasta dar contra la pared.

Si antes estaba enojado ahora lo estaba aun más, y la responsable era yo. Nadie más que yo.

—¿¡Yo tuve la culpa!?- Exclamó molesto

—¡No venias rápido!- Dije en el mismo tono que él

—Sí veías que no llegaba te hubieras quedado esperando aun- Paso sus manos por su rostro- ¿Qué hubiera pasado si no llegaba en ese momento?

Abrí y cerré mi boca sin saber que decir. Era claro que si el no hubiera llegado habrían abusado de mí.

—¿Qué hubiera pasado Mérida?- Se acercó a mí, tomando mi cintura y apegandome a su anatomía— ¿Qué hubiera hecho yo Mérida?

Lo miré sin saber que decir. ¿Qué hubiera hecho él? ¿Tanto le importaba?

Mérida tonta. Me abofeteé mentalmente al pensar que podría estar preocupado por mi, cuando lo que le preocupaba era perder el collar.

—En esta isla los hombres no respetan a las mujeres- Acercó sus labios a los míos- Por eso te pedí claramente que te quedaras aquí, ¿Lo entiendes? Solo quería protegerte

Me tense al sentir sus labios contra los míos. Me quede inmóvil sintiendo como sus labios se movían contra los míos.

Sus brazos se aferraron más a mi cintura y por impulso rodeé su cuello con mis brazos, cerrando los ojos, siguiendo aquel beso.

Acaricié su cabello sin separarnos aun, hasta que él lo hizo.

—No puedo perderte Mérida

Solo dijo aquello para volver a unir nuestros labios, en un nuevo
beso