jjba oneshots ♡

XII

'dibuja un libro de mis labios'

Fue una tarde fresca de otoño. El sol había comenzado a caer en el horizonte, tiñendo el cielo de un rosa granada, mientras una ráfaga de otoño recogía las hojas bronceadas que cubrían el suelo. Si mirase por la ventana, más allá de los rayos del sol de la tarde, podría ver el viento bailar con tonos de naranja y rojo fuego, con cada hoja cobrando vida en espiral.

Sin embargo, estabas concentrado en algo completamente diferente. Te habías estado sumergiendo en las páginas de tu libro, asimilando cada palabra en un éxtasis sin aliento. Tumbado en el sofá, no habías notado la puesta de sol, y mucho menos cuánto tiempo pasaste leyendo.

Habías empezado con una sola novela, pero el número de páginas parecía interminable cuando empezaste a recorrer el libro. En el fondo de tu mente, todavía era la tarde, ya que aún podías sentir la leve presión de los labios de Giorno contra tu mejilla como un beso de despedida, pero el dolor sordo en tu estómago decía lo contrario.

Estabas absorto, absorto y casi en trance con lo que tu libro tenía para ofrecer. Lamentablemente, todavía no se había dado cuenta de que han pasado más de unas páginas desde que se fue. Al escuchar la puerta principal abrirse, su libro todavía tenía un agarre como un vicio en su mente, su retorcida realidad ya distorsionaba la suya.

"Parece que has tenido un día tranquilo en casa, ¿eh?"

La voz tranquila de Giorno resonó en el aire mientras sus zapatos golpeaban contra el suelo de baldosas. No habías mirado hacia arriba ni respondiste.

"La puesta de sol es simplemente impresionante, ¿no? Oye, ¿por qué no respondes ...? "

Se acercó más y sus pasos ganaron volumen solo para detenerse abruptamente delante de ti. Sigues leyendo en vano.

"¿Has estado sentado en este sofá todo el día? Estabas así cuando me fui ". el empezó. "Vamos, vamos a limpiarnos antes de acomodarnos para pasar la noche".

Estabas demasiado inmerso en tu nuevo y bullicioso reino para haber prestado atención a lo que sucedía a tu alrededor. Después de que pasó un minuto de silencio, exhaló por la nariz en un suspiro.

"¿Debes hacerme repetirme, tesoro ?"

Antes de que puedas pasar a la página siguiente, él te arrebató la novela. Cuando extendiste tu brazo para recuperarlo, rápidamente agarró tu mano con la suya libre antes de rozar sus labios contra el dorso de tu palma. Su beso había sido lento y suave, provocando que tu sentido de ti mismo finalmente regresara. Sintiendo el repentino escozor de sus ojos, frotó sus dedos suavemente contra sus párpados, a lo que Giorno se rió entre dientes.

"No solo no has comido, sino que también te has cansado", comenzó. "¿No quieres tomar un descanso?"

A pesar de tus ojos enrojecidos, te enfrentaste al rubio con el ceño fruncido.

"No entiendo cuál es el problema", dices, moviendo tu mano para soltarla de su agarre ligero. "No he leído mucho".

Tomando el libro en sus dos manos, tuvo cuidado de poner su dedo entre las páginas donde lo dejó. Al abrirlo, miró hacia abajo a su número de página actual.

"Ya empezaste este libro cuando me fui, y te las arreglaste para llegar a la página 300 cuando te detuve", se detuvo solo para saltar a la última página del libro. "Lo que significa que ha leído 300 páginas de 400 en solo un par de horas".

Cerrando el libro una vez más, lo sostuvo por el lomo en una mano mientras cruzaba los brazos con un pequeño ceño fruncido. Parecía como si fuera un padre a punto de regañar a su hijo por su mal comportamiento.

"Creo que has leído lo suficiente por hoy".

No se podía saber si había sido un destello de celos o preocupación lo que apareció en sus ojos. No queriendo que tu libro se convierta en un animal a través del trabajo de su puesto, te mordiste la lengua para no burlarte de su comportamiento repentinamente serio. Te viste obligado a estar de acuerdo con él.

"Bien, bien", admitiste con un suspiro. "Quizás me excedí un poco cuando te fuiste".

Una leve sonrisa apareció en sus labios mientras se acercaba a ti, envolviendo un brazo alrededor de tu cintura mientras arrojaba el libro al sofá detrás de ti. Inclinándose más cerca, sus labios se encontraron con los tuyos, sintiéndose cálidos cuando presionaron contra tu piel. Retrocediendo, sonrió.

"Me alegra que lo veas a mi manera". dijo simplemente.

Alejándose de ti por completo, giró sobre sus talones antes de dirigirse hacia el baño.

"Nos prepararé un baño", gritó. "¡Y espero que no vuelvas a ese libro hasta después!"

Al verlo salir de la habitación, esperaste hasta escuchar el fuerte sonido del agua corriendo, al que te dejaste caer en el sofá antes de agarrar apresuradamente tu libro, yendo a tu último punto de parada. Tu mente no se había rebelado en contra de digerir más información, ni las palabras impresas en las páginas habían comenzado a difuminarse a pesar de lo cansados ​​que se sentían tus ojos, así que ¿por qué detenerte entonces pero no en tu punto de agotamiento? Sintiendo que tu sentido de la realidad se aflojaba de nuevo, lo único que te trajo al mundo real fue el sonido de los gritos de Giorno.

"¡Si no vienes aquí en este instante, te sugiero que no te sorprendas si mañana encuentras un gato en el lugar de tu libro!"

Manteniendo el libro en tus manos, gritas con la misma ferocidad.

"¡No te atreverías!"

"¡Convertiré cada página en un reptil si es necesario! ¡No me tientes!

Miras las páginas, encogiéndote al pensar en el papel entre tus dedos reemplazado por piel áspera y escamosa. Cerrando el libro con un bufido, sacaste tu cuerpo del sofá y saliste lentamente de la sala de estar.

"Está bien, está bien, ¡ya voy!"

Al menos te bañas con tu amante fuera de esto.

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