Capítulo 9. Nuevos Amigos

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Uta vio que Senku cargaba algunas cosas y junto a él y Chrome fueron a donde estaban los guardias para instalarse cerca del puente para empezar a hacer algo, la pelinegra le pregunto curiosa que era lo que tenía en las manos, Senku le respondió que era Cinabrio, también conocida como piedra filosofal y que salía mucho en Dragon Quest, Uta agregó que también salía en Harry Potter, luego Senku puso manos a la obra con los materiales que tenía.

—Otra vez con su hechicería extraña. —Se oyó decir al guardia rubio.

—Hagan lo que quieran fuera de la aldea. Pero si dan un paso en el puente, los matare. Son las reglas. —El guardia castaño tenía toda su atención en la chica.

—Entiendo que no nos deje pasar pero eso de matarnos ¿no es algo excesivo? —La chica se aferro a un brazo de su amigo científico asustada.

Pese a la advertencia, Senku no borro su gran sonrisa explicando lo que hacía. Derrite polvo oro en el mercurio, dijo a la vez que metió una parte de la lanza de Kinro, después lo puso en el fuego, el guardia lo miro extrañado y luego se asusto cuando Senku le dijo que no inhale ese humo pues lo matará. No paso mucho cuando la lanza estaba cubierta de oro, Chrome grito entusiasmado lo genial que era al igual que Kohaku y Uta, Kinro pregunto para que servía esa hechicería a lo que el científico respondió que de nada, pero su nombre era oro y que una lanza dorada le venia bien, con esa confesión Kinro espero que no intentara comprarlo con esa tontería. Senku maldijo en voz baja cuando Chrome le informo que no serviría con él ya que solo habla de las reglas y lo rígido que era.

—Esa cualidad es perfecta para un guardia, digno de admirar. —Alagó Uta provocando que Kinro desviara la mirada apenado.

—No es momento de admirarlo, Musa, a menos que eso ayude a entrar a la aldea. —Le regaño su amigo mintiendo con lo ultimo, no le gustaba que lo alagara pero tampoco es que tenga derecho de obligarla a no hablarle o algo, eso no era lógico.

—Si. Las reglas son las reglas, pero no veo por qué habría de quitarlo. —Se fue sin despegar su mirada de su arma.

—¡Solo un empujón más! —Celebró Senku con Chrome.

—En sus ojos se refleja su felicidad, esta tan feliz como un niño pequeño. —Le dio ternura a Uta.

—¿Estas segura? Es seguro que le gusto pero no tanto... yo lo vi con su misma expresión seria de siempre. —Dijo Chrome—. Por cierto, ¿Uta, cierto? tu rostro es raro, tiene algo extraño pero no se que es. Aunque no te ves mal, aún así... ¿Qué será?

—Hacía mucho no escuchaba eso. —Sonrió nerviosa, no solo porque estaba hablando con él chico, también porque cada vez que conocía a alguien no faltaban las preguntas sobre su cara.

—¿Tu no eres un científico? Creo que Senku dijo que eras una Musa pero no entiendo, ¿es eso posible?

—¿No hay lanzas de plata? —Les preguntó Ginro metiéndose en la conversación.

Ya que la chica comenzó a titubear pues ambos chicos se acercaron a ella y por reflejo se puso detrás de Senku, el científico respondió por ella diciendo que luego se lo explicaría pero se podría decir que es lo opuesto pero a la vez igual que la ciencia dejando a Chrome más confundido.

—Eres como uno de esos que pasa semanas reuniendo materiales en Monster Hunter. —Le dijo Senku a Chrome que no comprendía nada a que se refería. Volvieron a la choza.

Uta hizo un comentario sobre unas plantas, al escucharla, Senku busco con la mirada las plantas notando que tenía Manojo, Anís, Hilo de oro y más plantas que eran medicinales, le preguntaron la razón por el por que las tenía. Mientras el sol se ocultaba les narro sincero y desanimado que no sabía si funcionaban o no hasta que las probó en su propio cuerpo y reunió las que eran buenas, esto con el fin de ayudar a Ruri, estaba tan decidido a ayudarla que se volvió hechicero.
Y en ese momento Uta no pudo evitar simpatizar con él, le recordó a alguien muy especial para ella. Ante sus palabras se acerco al castaño extrañando a los dos jóvenes, en especial a Senku al ver que no estaba nerviosa ni asustada como normalmente se ponía al conocer a una persona nueva; tomó a Chrome de sus mejillas con delicadeza y le dedico una de sus sonrisas más cálidas mientras lo miraba a los ojos.

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