Without Her; LISOO

𝐽𝑒𝑛𝑛𝑖𝑒

Hace cinco años atrás Lisa y Jisoo conocieron a Jennie en una fiesta en algún lugar de Seúl, una chica joven y muy hiperactiva, siempre las hacía reír con sus estupideces y siempre las hacía sentir mejor cuando podía. Sin embargo, Jisoo siempre tuvo una intuición acerca de la morena, Jennie siempre estaba feliz, nunca la había visto llorar o enojarse y eso siempre la hizo creer que escondía algo, seguramente algo que quería ocultar a través de su sonrisa.

La morena se despertó de mala gana, se levantó, ducho y preparo para ir al trabajo. Al salir de su habitación se encontró con Nayeon en la cocina preparando el desayuno.

-¿Tu cocinando?- pregunto, la chica que parecía estar cocinando en una sartén se volteo a la morena incrédula.

-¿Tanto te extraña que tu mejor amiga quiera cocinarte?- pregunto, Jennie soltó una risa.

-No, es solo que me sorprende comer algo que no este medio congelado.- argumento.

-Eso es porque tu no cocinas cuando estás sola- respondió la chica, Jennie soltó un quejido.

-Ninguna de las dos cocina porque nos da pereza- alego. Nayeon soltó una risa preparando un plato para colocarlo en el comedor.

Nayeon y Jennie son mejores amigas desde que tienen uso de razón, saben absolutamente todo la una de la otra, es por eso que decidieron vivir juntas. Sus vidas de alguna forma se parecían por lo que tomaron la decisión de estar juntas pase lo que pase, Nayeon es la única persona que conoce a Jennie realmente, sabe lo que ha pasado, sufrido y vivido.

-La cena la cocinas tu- dijo la mayor tomando unos papeles de la barra.-Por cierto, llego el correo.

-¿Algo para mí?- pregunto la menor mientras comía unas tostadas con huevo. Nayeon le dio un leve asentimiento entregándole un sobre.

-Carta de tu madre- dijo sentándose en frente de Jennie. La morena se quedó estática al recibir la carta, todos los meses le llegaban cartas de su madre pero aún le daba un sentimiento de dolor dentro de ella. Con lentitud abrió el sobre extrayendo el papel dentro y una cantidad considerable de dinero que venía con este.

"De: Kim Hye Sun

Para: Jennie Kim

Espero que con este dinero puedas comprar tus cosas cariño, te extraño y te amo."

-Corto y preciso- dijo Jennie rodando sus ojos.

-¿No te dice en dónde está?- preguntó Nayeon, Jennie negó desinteresada.

-La ciudad de emisión dice que es de Busan- dijo.-Supongo que ahí está ahora- tiro la hoja con violencia a la mesa.

Hace tres años que su madre desapareció sin dejar rastro, Jennie era una adolescente que aún no salía de la escuela cuando tuvo que aprender a estar sola. No tenía padre, su madre la había dejado por lo que la única persona que tenía incondicionalmente era Nayeon, quien no tenía una vida menos complicada pero ayudaba a Jennie a no culparse todo el tiempo de porque sus padres no querían estar con ella. Luego de un año y medio, comenzaron a llegarle cartas de su madre, todos los meses sin falta, con una cantidad de dinero enorme y una hoja con palabras cortas y sin mucho sentimiento lo que no mejoraba la situación. Siempre con una ciudad de emisión distinta, la morena siempre atribuyo la falta de palabras en sus cartas a la vergüenza que debe sentir su madre por haberla dejado, aun así, el dinero no mejora mucho la situación, a su vez se sentía vulnerable pues pese a haber vivido en tres partes distintas de Seúl las cartas siempre llegaban a su dirección.

–Con todo el dinero que te envía tu madre no necesitas trabajo- dijo Nayeon para aligerar el ambiente pero la menor siempre quedaba extraña cuando recibía cartas de su madre. Jennie la miro negando.