Jimin habló casi de inmediato con Taehyung, este estuvo a punto de asesinar al Hanyô por lo que había insinuado, pero Jimin lo detuvo de inmediato. No quería causar más peleas ni nada por el estilo. Ya le bastaba con que Yoongi lo ignorara por completo.
Por otro lado, Jimin decidió darle su tiempo a Shinzo, al fin y al cabo cuando decidió darle una oportunidad pensó en las consecuencias que esto traería también. Por tanto aceptó esperar un poco a que él mismo se acercara para decirle que era exactamente lo que le estaba ocultando.
Así habían pasado semanas, concretamente dos. Su búsqueda había avanzado relativamente poco y todos comenzaban a frustrarse. Luchar con demonios, salvar aldeas y conseguir algún beneficio en su viaje se había vuelto rápidamente una costumbre. Ese día habían matado a un monstruo que tenía la habilidad de lanzar veneno, Jimin casi sale herido de no ser porque Yoongi lo impidió cargándolo y sacándolo del área de peligro. Sin embargo cuando intento agradecerle, el Hanyô siguió con la ley del hielo.
—Te noto preocupado—Dijo Shinzo sentándose al lado de Jimin, quien miraba el cielo.
—Creo que fui muy duro con Yoongi aquella noche, aún no me habla—El nipón suspiró.
—Ya te hablará, solo dale algo de tiempo. Los Hanyô son orgullosos por naturaleza y Yoongi lo es el doble por ser mitad felino—Jimin se relajó un poco con las palabras de su novio-no-novio (nombre dado por Taehyung)
—Gracias por animarme—Dijo Jimin apoyando su cabeza en el hombro de Shinzo mientras éste le acariciaba el cabello.
El cielo estaba oscuro. La luna en cuarto menguante se observaba en lo más alto del firmamento deslumbrando a Jimin y haciendo que sus ojos le brillaran. Salió de su ensoñación cuando sintió un leve beso en sus labios propiciado por Shinzo. Su sonrisa se hizo presente y abrazó al chico. Aquella muestra de cariño fue interrumpida por un ruido dentro del cuarto donde dormían Jungkook y Yoongi. Como si la madera se hubiera roto. De repente el Hanyô sale rompiendo la puerta. Jimin y Shinzo se incorporan rápidamente al ver lo que pasaba. El peli azul ahogó un grito al ver el aspecto de Yoongi. Sus dientes y colmillo habían crecido al igual que sus uñas, dos marcas negras en forma de rayas estaban sobre su rostro, su pelo había crecido un poco más haciendo que se le despeinara y soltaba bufidos que al contrario de ser tierno eran terribles.
—¿Yoongi?—Preguntó Jimin pensando que quizás era otra persona. Se intentó acercar pero la voz de Jungkook lo interrumpió.
—¡No te acerques Jimin, se ha convertido en Yōkai¡—gritó el chico lobo y Jimin miró a Yoongi sorprendido. Se suponía que eso no debía pasar, a menos que alguien lo hiciera, alguien con ese poder.
—¡Naraku!—Gritó Jimin—¡Esto lo hizo él!
—Quedate detrás de mí Jimin—Dijo Shinzo poniendo al chico tras de sí. En ese momento Yoongi se abalanzó sobre él mientras Shinzo sacaba se espada, pero no le dió tiempo y Yoongi clavó sus uñas en los brazos del azabache haciendo que gritara. Las gemelas y Taehyung habían salido y estaban observando aquello con perplejidad. Entonces Jimin empuja con todas sus fuerzas y con ayuda de Jungkook al ahora Yōkai haciendo que diera un brinco y soltara a Shinzo para fijar la vista en el peli azul.
—¡Quieto!—gritó en cuanto vio que el felino se lanzaba a por ellos ahora. Yoongi calló al suelo y Jimin repitió aquella palabra dos veces más haciendo que hiciera presión contra la tierra.
Segundos de silencio y Jimin fue hacia donde estaba Yoongi. Este había vuelto a la normalidad, su cabello negro, sus uñas, no tenía marcas en la cara y sus ojos ya no reflejaban rabia como antes, más bien confusión.
—¿Estás bien?—preguntó Jimin y ante la sorpresa de todos Yoongi abrazó a Jimin contra su pecho con fuerza.
—Pense que te había hecho daño—Dijo con una mano en la cabeza de Jimin y la otra en su espalda abrazándolo aún más fuerte contra si mismo—No me lo hubiera perdonado.
Jimin no pudo evitar comenzar a llorar en el pecho de Yoongi. Se sentía cálido entre sus brazos, pero el hecho de que el chico haya dicho que no soportaría haberle lastimado lo hacía sentir culpable por haberle hablado mal aquella noche y por no haber sido insistente para poder disculparse. También se sentía cansado de la situación que estaban viviendo y de la fuerza con la que estaban pasando las cosas. No había podido evitar pensar que ahora ninguno estaba a salvo con el regreso de Naraku y eso lo ponía más mal. Se sentía oprimido por un peso que no podría quitarse, que estaría ahí hasta que las cosas las solucionara él.
Cuando se separó de Yoongi, las chicas se habían llevado a Shinzo dentro para curarle las heridas. Jimin no pudo evitar sentirse culpable por haberse preocupado más por Yoongi que por el azabache, así que corrió rápidamente hacia el cuarto de Shinzo. Las gemelas salían con lo que sobró de vendas y el peli azul entró mirando al chico recostado. Se sentó a su lado y vio como abría los ojos.
—Jimin—Acarició la mano de este—¿Estás bien?
—S-si—dijo aún con la voz entrecortada por el llanto—Shinzo, t-tengo que hablarte d-de algo—Agregó.
—Se lo que me vas a decir y lo acepto—Dijo—De todas maneras sabía desde un principio que esto no funcionaria—Sonrió—Solo te advierto que siempre confía desconfiando. Los Hanyô no son buenos del todo y se demostró hoy—Dijo y con dificultad se sentó solo para unir sus labios con los de Jimin por última vez. Era un beso de despedida, amargo—Te mereces ser feliz con quien quieras—Dijo y volvió a recostarse.
Jimin salió y fue a la habitación que compartía con Taehyung. Allí lloró una vez más, pero ahora en el hombro de su amigo que lo intentaba animar con palmaditas en la espalda. Aún faltaba mucho por soportar.
🌱🌿☘️🍀🍃🌱🌿☘️🍀🍃🌱🌿☘️🍀

ESTÁS LEYENDO
Be my Hanyô (Yoonmin)
De TodoJimin nunca creyó en las historias de demonios de Japón. Así que cuando se mudó a este país, jamás se imaginó encontrarse con aquello. No pensó que su abuela tuviera que ver con eso, tampoco pensó que viajaría a la época sengoku mediante un pozo en...