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Jaejae
¿Quieres almorzar conmigo mañana?
Junjun
Me encantaría pero le prometí a Jisoo que iríamos por pizza! Otro día tal vez?
Jaejae
Claro, no hay problema. Es sólo que... me gustaría verte de nuevo.
Junjun
Awww, eres todo un cariñosito. Hoy tengo la tarde libre, si te interesa
Jaejae
¿Y la noche?
Junjun
Mientras no hayan homicidios involucrados, por supuesto! Qué tienes en mente?
Jaejae
Un amigo me contó de un nuevo bar en el centro. ¿Qué dices? ¿Quieres ir por unos tragos?
Junjun
Debo informarte que soy un muy mal bebedor y te verás arriesgado a acabar con mi vómito encima
Jaejae
La vida es un riesgo.
— ¿Con quién hablas?
Yeonjun brincó del susto, causando que el teléfono se resbalase de sus manos y acabara chocando contra las baldosas bajo la mesa. Se petrificó por un instante en su sitio, antes de reaccionar.
—Dios, Soobin. ¡No vuelvas a sorprenderme así!— lo regañó, agachándose para recoger el artefacto y verificar que estuviese en buenas condiciones. El pelinegro arqueó ambas cejas y tomó asiento frente a él.
—Vaya, estás... bastante alterado. ¿Está todo bien?
—C-Claro que sí— titubeó, un poco (muy) consciente de lo que Soobin provocaba en su sistema. Sobre todo vistiendo esa jodida camisa. ¿Por qué se había comprado esa camisa? ¿Acaso no notaba que se adhería demasiado bien a sus músculos?
La cita en el parque de atracciones había terminado bien. Comieron algodón de azúcar, Yeonjun ganó un peluche de felpa, hicieron el famoso recorrido de la casa embrujada. Una cita doble estándar con un final feliz.
O medianamente feliz. Porque lamentablemente en toda historia existen malas noticias ¿no?
Para clarificar, Yeonjun nunca había tenido la intención de enamorarse de Soobin. Eso había sido un accidente, del que desgraciadamente no podía retractarse. Los sentimientos ya estaban ahí, propagándose por la sangre y llenando su corazón; no había una forma instantánea de eliminarlos. Por lo que, se veía obligado a aprender a vivir con ellos.
Querer a Soobin de manera romántica era, honestamente, un asco. Una pesadilla. El pelinegro parecía ignorar por completo los sentimientos de Yeonjun, lo que dificultaba las cosas considerablemente. Que le llamase "bebé", que lo tratase como un jodido príncipe azul, que lo fuese a visitar a la universidad y que se reuniesen a comer juntos... No ayudaba, para nada, en su miserable intento de comportarse con normalidad.
Y tampoco lo hacía esa camisa, arremangada, permitiéndole una mejor vista de sus brazos. Dios... ¿Por qué hacía tanto calor de repente?
— ¿Tienes algo que hacer después de clases?— preguntó Soobin, para luego darle un sorbo a su café.
Era viernes. Y por algún motivo que desconocía, Soobin le había pedido que desayunaran juntos. Quizá debió haberse negado pero... pero era débil ¿de acuerdo? No iba a rechazar un desayuno con el chico que le gustaba.
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Rent a boyfriend ›› Soojun
Hayran Kurgu𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 | ❝Oh, por Dios... Seré como tu prostituto❞ ❝Jesucristo, Yeonjun, ¡no lo digas así!❞ adaptación autorizada. créditos correspondientes a ; @myonlyway-