The Darkness Hidden Within [SoRiku]

Capítulo 4. Lo que oculta el corazón.

Sora gritó en su almohada. Debía ser más de medianoche, ¡pero no podía dormir en absoluto! Sus pensamientos todavía corrían, contando todos los eventos del día. Simplemente no podía manejarlo; normalmente rechazaba las emociones, ponía una sonrisa en su rostro, pero aparentemente eso era malo porque alimentaba la oscuridad interior o algo así, y definitivamente no quería alimentar la oscuridad de Riku. Y ahora se habían enterado de su propia oscuridad ... sabía que Riku se lo había dicho porque estaba preocupado, pero aún así era perturbador. ¡Lo estaba manejando bien! Sí, mató indiscriminadamente a todo lo que intentó atacar, pero mientras sus amigos no salieran lastimados, estaba bien, Donald y Goofy lo sabían (aunque en realidad no sabían que Sora no tenía absolutamente ningún control, dijo una pequeña voz de culpa) . Para poder alejar sus emociones y liberarlas periódicamente de esa manera, eso estuvo bien. Excepto que realmente no lo fue; eso no había sido una novedad para él. Pero, ¿de qué otra manera podría lidiar con todas sus emociones? ¡Todos esperaban que él fuera una luz feliz para apoyarlos! No era útil para nada más. Su fuerza provenía principalmente de sus amigos (aunque una pequeña voz en el fondo de su mente le recordó que Mickey lo había felicitado genuinamente por su habilidad para correr por la pared. Pero eso era solo una cosa, y no algo para lo que nadie realmente lo necesitaba). No era nada por sí mismo, menos que inútil. Casi había caído ante Xehanort por eso. Si fuera más fuerte, eso no habría sucedido. Si sus amigos estuvieran con él, eso no habría sucedido. Pero él no era fuerte y ellos no estaban con él. Cayó directamente en la trampa. ¿No era prueba suficiente de que no era digno de nada? Sin embargo, insistieron, siempre insistieron, que sigue adelante. ¿No podían ver que él era solo un obstáculo? Tenía que recuperar su fuerza perdida, de nuevo. ¿Qué sentido tenía hacerse más fuerte si lo perdía cada vez? Quizás sería mejor si simplemente se fuera. Una vez que estuvo en su propio cuerpo, por supuesto. Sí, podía hacer eso. Podría huir; ellos no lo extrañarían. Estarían mejor sin tener que lidiar con toda su mierda, su peso muerto. Después de todo, ahora sabían que él no era la luz feliz en la que todos decían que supuestamente confiaban. Lo cual, ahora que lo pensaba, probablemente fue solo una tontería para hacerlo sentir mejor, de todos modos. En realidad, no lo necesitaban. Aunque quizás correr no funcionaría; podrían decidir compadecerse más de él y venir a buscarlo. Quizás tendría que ir más lejos que eso. Hundirse en la oscuridad empezó a sonar realmente bien. 

La puerta crujió y la luz se encendió. Sora se congeló brevemente, luego suspiró, reconociendo la presencia. 

-¿Qué quieres, Riku?- murmuró en la almohada.

La cama se hundió junto a él cuando Riku se sentó. Puso una mano en la espalda de Sora. 

-¿Quieres decirme qué pasa?- preguntó gentilmente.

-¿Quién dice que algo anda mal?

-La oscuridad que se filtra fuera de ti lo dice; estaba saliendo por debajo de la puerta.

Sora se incorporó sobre sus codos y se volvió para ver que todo el piso estaba cubierto de nubes oscuras. 

-Oh...

-Si. ¿Quieres hablar de eso?

Sora se dejó caer, enterrando su rostro en la almohada nuevamente. 

-Realmente no.- Puso sus manos debajo de la almohada, tirando de ella para envolverlo más.

-Detén eso, te sofocarás.- dijo Riku, intentando detenerlo, pero la fuerza que tenia Sora en su cuerpo era mucho mayor, no pudo lograr nada. Hizo un sonido frustrado.

Sora sonrió. 

-No es tan divertido ser pequeño y débil, ¿verdad?- Había estado intentando bromear, pero sonaba amargo.