IV

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Un nuevo día comenzó al momento en que Harry despertó, pero no sabía si era porque estaba acostumbrado a despertar a las siete de la mañana o porque escuchó gritos de aquel ser de las tinieblas.

Puso sus ojos en blanco, cansado de solo estar menos de 24 horas en ese lugar. ¿No había forma de volver a casa? Pensaba que sus padres debían de estar preocupados pero no es así, Des sentía que tenía un peso menos, pero Anne estaba casi al borde de la muerte, su bebé ya no estaba.

Y Gemma, bueno, Gemma estaba triste porque ya no tendría con quien pelear pero estaba contenta porque tendría su lugar feliz, ya planeaba remodelar la habitación de Harry y hacer ese espacio como su lugar feliz.

Harry detalló la habitación de Louis, se veía normal. Como si fuera de un adolescente.

-¿Quieres desayunar? -Preguntó Louis a Harry

Harry lo miró con el ceño fruncido. Louis no se veía como un ser aterrador y horrible, exceptuando por sus ojos rojos que le daban un aire espantoso. A los pocos segundos este asintió. Sus tripas crujían.

Louis abrió la jaula y llevó a Harry al comedor, como si esa acción fuera normal en el.

-¿Qué quieres comer? - Le preguntó al rizado mientras este se sentaba en algún puesto de la mesa

¿Cómo es posible que tenga un comedor normal? Harry se quejaba internamente

-Unos hot cakes con huevos fritos, tocino y una taza de té - contestó Harry y le sonrió

¿En serio pediste eso? Harry se quiso golpear. Estaba en el infierno junto al hijo del diablo y todavía no lo asimilaba, ¿Cómo era posible eso?

Louis asintió y tronó sus dedos, haciendo aparecer en la mesa, todo lo que pidió.

El rizado abrió los ojos claramente sorprendido. ¿Cómo pudo hacer eso?

-¿Tú no comes? - preguntó Harry mientras lo miraba, los ojos de Louis ya no poseían ese rojo profundo, ahora el azul hacía presencia en su mirada

-Si como, pero no es muy necesario, soy mitad demonio - Louis mencionó con indiferencia

Harry asintió sin entender.

En silencio comió todo lo que le había servido, sin dejar restos, porque ¿Quién sabe si comerá después? Quizás este sea su último desayuno.

-¿Quieres dar un paseo? - propuso Louis

No sabía como entablar una conversación con el, siempre le pedían piedad o que los dejara vivir, pero el estaba actuando con indiferencia, como si nada importara y eso era raro para el.

Harry asintió sin mirarlo, pero una idea cruzó por su mente, no podía perder la oportunidad de saber por donde puede escapar. 

Salieron de la casa y Louis fue indicando cada lugar y cada ser que había a su alrededor, aunque no era demasiado, todo era llamas y rojo fuego.

-Oye asocial, aunque intentes mirar cada rincón no podrás escapar, literalmente arderás en el infierno - dijo Louis riendo

Por unos segundos se le había olvidado que estaba en el infierno.

-Idiota- murmuró Harry

Louis ignoró eso y siguió caminando. ¿En serio se había atrevido de llamarlo así?

-Mira ese esqueleto - indicó Louis y Harry obedeció aunque no le gustó lo que vio

La alucinación de una espada gigante hecha de llamas partía en pedacitos los huesos del esqueleto y luego estos eran quemados.

Harry miró horrorizado la escena, ¿En serio él era capaz de eso? Si lucía como un gatito indefenso.

Louis reía a carcajadas pero una voz lo interrumpió.

-WILLIAM, COMPÓRTATE - y entre las llamas apareció el diablo

¿El diablo regañaba a su hijo? ¿Sigue siendo posible que este ser tuviera un hijo? Harry no podía creer eso. Su cerebro no era capaz de procesarlo y no entendía el por qué.

-Hola papá - le sonrió Louis

-¿Por qué no estás en tu forma de demonio? - el diablo lucía muy molesto

-Es incómodo, aún no me acostumbro - se quejó Louis, sintiéndose inferior a su padre aunque tengan quizás el mismo poder

-Tienes que acostumbrarte ¿Cómo vas a dominar el mundo siendo un patético humano? - espetó el diablo

Louis solo bajó la cabeza. ¿Era posible que tuviera sentimientos?

A los segundos ya no estaba en su forma humana

Ahora era un demonio, idéntico a su padre, solo que Louis era un poco más pequeño.

Lo que a Harry sorprendió fue que sus ojos cambiaron de color, ya no eran ese celeste bonito, ahora eran rojos y un puntito negro hacía poca presencia en su mirada.

¿Cómo una criatura que luce tan indefenso y a la vez rudo puede convertirse en eso? Pensó Harry.

-Mucho mejor - habló el diablo y desapareció

-Sigamos con el tour - mencionó el demonio Louis animadamente

Harry asintió y lo siguió con algo de temor.

Pero cada vez que pasaba más tiempo con él, mas miedo le daba estar junto a Louis. Era un obsesivo del poder.

¿Lo más triste?

Es que Louis solo quería impresionarlo, tener un amigo, ya que en el infierno todos le tienen miedo y hay algunos que no lo toman en cuenta, para los demás Louis sigue teniendo cinco años.

-Louis, ¿Cuántos años tienes? - Preguntó Harry

-Mh, no recuerdo, creo que diecinueve años humanos

Harry asintió.

-Y años demoníacos

-No lo entenderías - respondió fríamente Louis

Harry asintió dudoso.

Volvieron a casa en un incómodo silencio.

Harry ya creía que no iba a salir nunca de ahí.

La hora en el inframundo pasa muy rápido, no se dieron cuenta que ya era de noche.

Louis encerró a Harry en la jaula para luego acostarse en su casa.

Harry solo miraba todo lo que el hijo del diablo hacía.

Ya cuando este estaba durmiendo Harry pudo soltar un suspiro y permitirse llorar.

Un día y ya extrañaba su casa.

Claramente extrañaba a su mamá, cada vez que no podía dormir ella le cantaba y le hacía mimos. Ahora deseaba que le cantara.

Harry soltaba uno que otro sollozo, esperando a no ser escuchado.

El creyó que no lo había escuchado y que estaba en completo silencio, pero Louis escuchó los sollozos y los lamentos apretándole el corazón, y no sabía que hacer para que Harry parara de estar así.

¿Desde cuándo sentía preocupación por un ser humano? No tenía corazón, entonces ¿Por qué sentía una presión en el pecho? Pensaba Louis una y otra vez.

Claramente Harry era pequeño y quería cuidarlo pero no sabía como.

Louis nunca se había relacionado con seres de sentimientos, con suerte creía que su padre tenía sentimientos.

¿Pero su madre? Ella es una persona, con sentimientos, podría ayudarlo.

Mañana la visitará y llevaré a Harry pensó el ojiazul.

Pero este esperaba no encariñarse con el, su padre se lo regaló para que en algún momento lo matara, lo sabía porque ya había pasado pero con animales.

El Diablo Me Visita [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora