XIV

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El sol se hacia presente en la ventana, dispuesto a despertar a todas las personas posibles. Louis gruño al despertar, odiaba tener esa alarma mental que lo hacia despertar todos los días a las 7a.m.

Miró a aquel rizado que descansaba a su lado, dudando de despertarlo o dormir un poco mas.

—Deja de mirarme —murmuró el menor

—Es inevitable —se disculpo el mayor

Harry dio vuelta, quedando cara a cara con Louis pero sin dejar de ser la cuchara pequeña, Louis aún lo mantenía abrazado por la cintura.

Éste sonrió ante la escena, ver al pequeño Harry enojado es encantador.

—¿Qué quieres para desayunar? —Preguntó el ojiazul

—Nada —murmuró Harry—. Voy a dormir cinco minutos más —Harry se dio vuelta, dándole la espalda a Louis

Este lo abrazó con más fuerza para poder sentir su calor.

Afuera el día era terrible, el frío se colaba por las ventanas haciendo que el interior se volviera helado. Harry se movió para estar más pegado a Louis y al instante se arrepintió. Un bulto creció de entre las piernas del ojiazul y Harry lo sintió en su trasero.

—Mm Louis, tienes un problema, ahí abajo —mencionó Harry rojo de la vergüenza

Louis se dio vuelta y salió a paso veloz directo al baño.

Entró a la ducha sin importar que siguiera en pijama y dejó caer el agua helada por su cuerpo.

(...)

—Buenos días dormilón —habló un Louis sonriente mientras cocinaba

—¿Qué harás para comer hoy? —Preguntó el menor

—Hazz, ¿Estás listo para probar el mejor desayuno de tu vida? —Habló Louis entusiasmado

El menor asintió.

Louis le entregó un plato con panqueques quemados, sim importarle nada, sonrió feliz ante su creación.

—Wow, están perfectos —Harry habló luego de unos segundos

Sea como sea Harry era feliz aunque Louis lo hiciera sufrir, lo que le importaba era ver al demonio sonreír.

Irónico porque se estaba enamorando del demonio, un ser que no sabía del amor, solo odio. Que podría destruir todo a su paso, que no creaba, solo eliminaba todo a su paso.

Así como iba a destruir a Harry aunque esa no fuera su intención.

Desayunaron en paz entre risas, Harry estaba feliz de tener algo bueno en su vida, aunque un leve dolor aparecía en su pecho, extrañaba a su mamá.

—¿Qué haremos hoy? —Preguntó el ojiazul

—No se, ¿Qué quieres hacer tú? —Preguntó Harry, pidiendo la opinión de Louis, como la mayoría de las veces

—¿Te parece salir? Quiero aprovechar mi estadía siendo totalmente un humano —sonrió, haciendo notar sus arruguitas que habitaban al rededor de sus ojos

Harry asintió.

Los minutos pasaron y a Louis se le prendió el foco de la mente.

—¿Vamos al centro? Así pasamos a almorzar a otro lugar y luego vamos a caminar por ahí, pasamos a ver a mi mamá, como tú quieras —opinó

Harry dejó su plato y su vaso en el lavaplatos, miró a Louis.

—¿Vamos?

—Vamos —confirmó el mayor

El Diablo Me Visita [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora