La onirica Búsqueda de los Caballeros.

gohuls

Los chicos no eran partidarios de los perros, bastaba con aguantar a ese par de pastor alemán que se la vivían molestando, por lo que recibir ayuda de unos humanoides con aspecto canino era muy raro y algo espeluznante, en especial si se tenía en cuenta su alimentación.

-como que ya me está dando miedito

-te entiendo, a mi también.

-creo que voy a vomitar

-no sean gallinas, ya casi llegamos

-Pickman está aquí, estoy seguro de que el debe conocer algún atajo a Kadath.

-andando, entre más rápido lo encuentren más rápido recuperan al cachorro.

Los jóvenes avanzaban temerosos, los Gules les veían cual bicho raro y con un poco de ¿Enojo? Esperaban que fuera eso y no hambre, ya que...

¡Ahu!

¡Cuidado!

La cabra alcanzo a sujetar a Krest, casi se va de cara por pisar los restos de una pierna.

Caminaban por esa montaña, llena de cuevas y pequeños escondrijos, en las madrigueras se podían apreciar antorchas de fuego gris las cuales iluminaban el lugar de una forma lúgubre y misteriosa, había un poco de neblina rodeando el lugar, más eso no era impedimento para que los lugareños apreciaran a sus "invitados".

El vigía caminaba al frente "hablando" con los dos Canes, entre gruñidos y sonidos guturales.

Según lo que les habían dicho Alfa y Omega, ese tal Pickman era uno de los soñadores con más experiencia en el lugar, posiblemente el sabría cómo llegar a la ciudad prohibida.

Bajaron unas escalinatas, pasaron por los restos de árboles muertos y llegaron a una especie de cueva.

La entrada estaba adornada cual mausoleo, incluso se podía leer Pickman en el arco. Dos goules más grandes y curtidos se posicionaron frente a ellos, gruñendo feroces.

Alfa se acercó y comenzó a "hablar", tras unos minutos estos aceptaron, se hicieron a un lado y los dejaron pasar.

-vamos, Richi nos espera.

Alfa y Omega se adentraron, los chicos decidieron seguir, antes de entrar los Gules les dieron un par de antorchas para iluminar el lugar.

Se adentraron a una cueva y bajaron unos cuantos pisos, se sorprendieron mucho al llegar y salir a una especie de cementerio, una gran cantidad de lapidas adornaban el lugar, los Canes caminaban entre las tumbas y ellos los seguían, tras unos minutos encontraron a la persona que buscaban...o eso parecía.

Un caballero se encontraba de espalda, sosteniendo un pincel en una mano y una paleta en la otra, tenía el cabello negro hasta los hombros, vestía una bata manchada de colores y...

La sorpresa los invadió al ver sus pies, pues estos eran parecidos a las patas de los Canes, incluso tenía garras.

-hola Pickman.

Cuando se giro lograron ver su rostro, su boca era grande, con algunos colmillo, orejas puntiagudas y la nariz afilada, no era un necrofago como tal pero si compartía algunos razgos.

¡Grrrrrr!

Un gruñido los puso alerta, Pickman se encontraba pintando el retrato de uno de esos goules, el necrofago les gruño enojado, más el pintor logró calmarlo, curioso se acercó a sus visitantes.

-que facciones tan bellas, tu piel es suave y tu cabello tiene unos risos muy lindos...mmm, ojos azules y profundos.

Krest se sonrojo y asqueo al mismo tiempo, pikman sostenía su barbilla con su mano, la cual poseia unas bonitas garras, pero no era todo, también desprendía un aroma a humedad y muerte.