Dos pasos atrás, Shawn

Capítulo 23. Rómpete una pierna, literalmente.

CAPÍTULO VEINTITRES
ded. @nosoymaya

Alzo la vista cuando alguien me quita el enorme tocador de utilería de encima, alivianando mi carga y permitiéndome volver a respirar con normalidad.

—Para ser tan lista, no entiendes las palabras 'capacidad física' —comenta Quentin, mirándome con diversión, mientras carga la escenografía como si se tratase de una pluma. El pelinegro tiene puesta una chaqueta color vino, encima de un top negro que deja a la vista su obligo. Eso, junto con el sombrero de copa negro y los pantalones, del mismo color, conforman su disfraz—. ¿Cómo luzco?

Increíblemente bien.

—Fatal.

Quentin sonríe.

—¿No me queda el crop top? —cuestiona, mientras comienza a caminar con la utilería hasta el auditorio. Adentro, todos están corriendo de un lado a otro, emocionados y asustados por el gran estreno de la obra escolar. En su lugar, yo estaría vomitando.

—Te queda mejor de lo que me quedaría a mí —asumo.

—Ahora que lo pienso, nunca te he visto con uno —comenta, deteniéndose frente al escenario y dejando el tocador de papel maché encima de el. Mi vista se dirige inmediatamente a su torso, cuando al estirar sus brazos, el pantalón se desliza, dejándome ver una marcada V en el abdomen bajo del pelinegro. Aparto la vista cuando escucho su risa—. Puedes mirar, skippy. Ahora, si quieres tocar, tendrías que invitarme un trago primero.

—No estaba mirando.

—Ya —responde, dedicándome una mirada burlona—. ¿Necesitas ayuda con algo más?

—¿Desde cuándo eres tan solidario? —cuestiono.

—Puedo volver a ser un hijo de puta, si así lo prefieres —responde, encogiéndose de hombros.

Estoy a punto de responderle, cuando somos interrumpidos por un grito horrorizado, que proviene de detrás del escenario. Todas las personas presentes en el auditorio acuden, rápidamente, como la turba de chismosos que son. Quentin me mira, y yo respondo encogiéndome de hombros, antes de seguir a la multitud para averiguar que ha sucedido.

Si esto fuese Riverdale, alguien estaría colgado del techo y un mensaje con sangre estaría escrito en la pared.

Al llegar al backstage, nos encontramos con un montón de gente alrededor de una chica que está en el suelo. El señor Pemberton está junto a ella, tratando de ayudarla, pero al parecer se ha torcido el tobillo, porque lanza chillidos dignos de una puerca en celo, cada vez que intenta ponerse de pie.

—¿Qué pasó? —cuestiono, cuando Raegan se acerca a nosotros.

—Allison se tropezó con un skate —responde mi amiga, mirando la escena con preocupación. El accidente de nuestra protagonista llega en el momento menos indicado, ya que en exactamente cuarenta minutos, el telón se abrirá—. Y Sophie está con gripa.

—¿Sophie? —cuestiono, confundida.

—La suplente —aclara Rae, girándose hacia mi. La morena, al igual que Quentin, ya está vestida con su primer vestuario. Un vestido rosa, ceñido al cuerpo, junto con un extravagante sombrero rosa con listón.