-¡Lo siento mucho, _____! -espetó, con cierta malicia en su tono de voz, desde luego con el fantasma de una sonrisa burlona en su cara. La ira me invadió, mas me contuve.
-No es nada. -mencioné expresándole una sonrisa totalmente falsa, que al parecer solamente ella entendió. Miré a Justin, aún con la sonrisa falsa en mi rostro y mi vestido empapado. Él seguía sonriendo.
-Pues parece que es hora de abrir los presentes. -Sonrió Justin.
-Ni si quiera hemos servido la cena, cariño. -musitó Pattie.
-Ven conmigo _____. Ya volvemos. -Justin se levantó rodeando la mesa. Tomó mi mano y me sacó de la habitación. -Quería dártelo más tarde, pero me parece que es la ocación perfecta. -incrementó su sonrisa aún más. Tomó una caja rectangular con un moño color púrpura y me la dió. Un vestido, del mism color que el mío, igual al que Chaz me había comprado para su funeral. Hermoso. De mangas largas de encaje, el vestido estaba forrado el mismo. Corto por supuesto. -Espero que te guste. -sonrió.
-Es hermoso, Just. -lo abracé y besé un par de veces.
-Ve y cambiate rápido. Y tira ese a la basura, ya se arruinó. -dijo riendo mientras me guiaba al baño.
Me quité el vestido manchado rápidamente y lo reemplacé por el que Justin me había regalado. Me quedaba como si fuera hecho a la medida.
-Se te ve mejor de lo que pensé. -me abrazó por la cintura sonriendo.
-¿Por qué estás tan sonriente? -cuestioné. La curiosidad me estaba matando.
-Es una sorpresa. -me besó cortamente y tomó mi mano para guiarme de nuevo hasta la habitación de comedor.
-Valla, no sabía que traías un vestido de repuesto. -cuestionó Ryan.
-No lo hice. Este me lo acaba de regalar Justin. -sonreí.
-¡Felíz día de Acción de Gracias! -exclamó Just, quien seguía sonriendo.
La cena transcurrió con sonrisas hipócritas y miradas asesinas entre Janice y yo. No quería odiarla, pero ella en serio me sacaba de mis casillas. No había cruzado palabra con ella en una conversación desde que la conocí, pero no podía soportarla. Tal vez era por el hecho de saber que le gustaba Justin, aunque también sabía que eran primos y no podía -aunque quisiera- tener nada con él. Me comporté cariñosa durante la cena con Justin. Pareció notar que Janice quería matarme, y saber que lo del vino había sido a porpósito.
-"No me molesta, Justin" -susurró para nosotros, haciéndome recordar aquella primera vez que conocí a su familia.
-De acuerdo, puede que al final tuvieras razón. Es que me saca de quisio. ¿Si notaste que me tiró el vino encima a propósito, verdad?
-Lo sé, por eso te dí el vestido. Saber que yo te lo regalé fue un golpe bajo para ella. -dijo con un total tono de chica chismosa.
-Eres toda una diva. -reí. -Te amo. -besé su mejilla sonoramente, atrayendo levemente la atención de todos en la mesa, asegurándome de tener la de Janice. Me sentía un tanto mal por querer restregarle en la cara a Janice que yo tenía a Justin y ella no. Pero de todas maneras era algo imposible. Él nunca la vería como algo más que una prima.
-Ahora sí, ¡hora de los presentes! -exclamó Pattie.
-¿Donde están Jazzy y Jaxon? -le pregunté a Justin cuando ví de fondo de pantalla en su celular un collage de los dos pequeños y yo, mientras caminábamos a la sala.
-Vendrán más tarde, papá tiene una pequeña cena con ellos y su esposa, luego los trae un rato. -asentí con mi cabeza y tomé del sofá la bolsa con los presentes, imaginándome que no habría uno para Janice. Si es que Caitlin me conocía tan bien como decía hacerlo.
Comencé a repartirlos. Jess, Bruce, Diane, Pattie, Papá, Ryan, Jordan, Jason, Jerry y Joey. Desde luego tenía uno para Jazzy y Jaxon, pero ellos no estaban presentes. Todos parecían estar encantados con "mis elecciones" para ellos, y ese era el momento donde agradecía tener a Caitlin en mi vida. Tomé una caja pequeña color blanco que formaba un cubo. Estaba rodeada por una cinta de tela roja con un moño de la misma en la parte de arriba. "Para Justin" se leía escrito con pluma en uno de las esquinas inferiores de la tapa de la caja. Caminé hacia él y le extendí la caja sonriendo. Le quitó la tapa y dejó ver un hermoso reloj plateado y grande, con mucha clase y parecía ser fino. Dirigió su mirada a mí y me abrazó sin pensarlo. "-Es hermoso." musitó. Me hizo ponerselo y lo hice torpemente. Aún no me acostumbraba a su cercanía, que me ponía nerviosa.
-Yo te tengo una sorpresa. -sonrió, de nuevo. Sacó de su bolsillo un anillo plateado que tenía un corazón relleno por piedras brillantes de color negro, que parecían ser diamantes. No me iba a pedir que me casara con él. ¿O sí? Y si así era, parecía ser un anillo un poco peculiar para las circunstancias. -_______, ya no puedo estar así, ¿sabes? no puedo tener una incertidumbre de este tamaño. Es decir, nos damos la mano, nos besamos, somos felices juntos, pero no somos novios. Y necesito sentirte mía. Necesito saber y estar seguro de que ningun tipo aprecerá y te endulzará el oído y te alejará de mí, por que no me he movido. Es por eso que quiero acabar con esto. -mencionó, y por un momento pensé que quería estar lejos de mí. - ¿Quisieras ser mi novia? De nuevo. Ahora formalmente. -me relajé al saber que no era lo que pensaba.
Faltaba poco para que las clases en Washington comenzaran, y mis planes de esperar a que decidiera qué hacer se truncaron con esa pregunta.
Al diablo con todo. De una u otra manera terminaría aceptando ¿no?
-¡Sí! -Lo abracé fuerte. Me encontraba felíz de haber formalizado un noviazgo con él, aunque parte de mí seguía preocupada por si decidía ir a Washington. De todas formas lo apoyaría, fuera cual fuera su decisión.
Me puso el anillo en el penúltimo dedo de la mano izquierda, era bastante hermoso a decir verdad. Aunque seguía siendo algo peculiar para la ocasión.
¡Gracias por leeeerrrrr! Disculpen en serio por tardar tanto :ccc en fin, en el Vínculo Externo encontrarán el outfit y el anillo de rayita. ¡Síganme en Polyvore! Así podrán ver todos los outfits de rayita antes de que los postee por acá c: recuerden que ya estamos en los últimos capítulos. :D
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Still Remember (Do You Remember Me?) ~Terminado~
FanfictionLa historia entre la chica ordinaria que pierde su memoria, y el chico de novela que la ama profundamente, pero que también la juzga. ¿Quién es el culpable? ¿Podrán estar juntos?