C A P Í T U L O 42

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El regreso a su hogar había sido en completo silencio. Thomas había decidido ir con ella en el asiento trasero a lo cual Samantha no protesto, solo fijó su mirada a la ventana para no desviarla en todo el trayecto. Phelps por su parte solo la observa preocupado sin saber que hacer, más que tomarla de la mano y apretarla suavemente indicándole que estaría ahí para ella.

Mia observaba aquello con una pequeña sonrisa y siguió conduciendo en completo silencio. Lo que había sucedido, para cualquier persona habría sido difícil de asimilar.

Brown estacionó el automóvil fuera de la casa de Smith. Samantha fue la primera en bajar y agradecerle por todo, luego se dirigió a Thomas sonriéndole débilmente, a lo cual el respondió de la misma forma.

—Si necesitas algo, sabes que puedes contar conmigo—habló Mia abrazando a Samantha

—Si, gracias, Mia.

—Samantha—la voz de Thomas sonó preocupada—llámame, a la hora que sea.

Samantha asintió y lo abrazó por largos segundos a la vez que soltaba un largo suspiro. Le besó la mejilla y se dirigió a su hogar, pensando en Steven y en la forma en que tuvieron que terminar la relación. Al entrar a su casa, sus padres se encontraban en la sala esperándola ansiosos, pero Samantha solo respondió quiero estar sola y se dirigió a su cuarto. No tenía ánimos de hablar más con nadie, solo quería estar en su cama y llorar.

Se odió por haber tenido la convicción de que las personas podían cambiar para mejor, pero por sobre todo, se odiaba a si misma por siempre tener esa manía de querer ayudar a las personas, aunque estas no quisieran. Y es que ella era de esas personas que sin importar cuan mal la tratasen, podía seguir de pie junto al agresor, sin importarle su propio bien estar. Y eso a pesar de todo lo vivido con Steven, era algo que siempre seguiría igual.

Se recostó de espaldas en su cama y miró al techo. El rostro de Steven McFadden la observaba con su característica sonrisa egocéntrica. Cerró los ojos y los recuerdos de cuando estaban en Oxford la invadieron. Recordó al primer partido de rugby que visitó y en donde a pesar del tumulto de personas, Steven hizo contacto visual con ella por unos segundos. Luego la imagen de cuando estudiaban en la biblioteca, cuando conversaban sentados sobre el césped cercano a uno de los árboles favoritos de él...Las miradas silenciosas en los pasillos, o simplemente cuando se quedaba a ver alguna película y hablaban del futuro.

Las lagrimas se acumularon en sus ojos y no duraron en salir. Ese futuro del cual alguna vez hablaron con Steven se veía tan brillante y prometedor, que no soportaba la idea de que en su presente, solo fuera una total oscuridad entre ellos. Sintió como las lágrimas salían de forma aun mas agresiva. Abrazó su almohada y reprimió un grito de dolor. En ese momento, Samantha sintió que una parte de ella desaparecía y con ello, el capítulo de Steven McFadden comenzaba a cerrarse por ese momento.

[1°Libro]Love Is A Drug [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora