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Ｄｉａｒｉｏ

Mi cabeza daba vueltas. El mareo se intensificaba, y era incapaz de controlarlo, especialmente cuando me encontraba en situaciones como esta. Tal vez me estaba imaginando a tu lado, dejando que mi mente divagara sin control.

También puede ser que estuviera pensando en mi ex.

Ji-eun y yo terminamos nuestra relación.

Sí, definitivamente rompimos.

— No puedo seguir así, Ji-eun — mi confesión pareció dejarla petrificada, apenas respirando.

— Lo sé — susurró después de unos segundos, evitando mi mirada. Sus labios temblaban bajo su mordisco constante, y yo solo pude suspirar.

— Nosotros... — no sabía cómo continuar, las palabras de ánimo se habían desvanecido de mi mente —, de verdad ya no puedo más con esta maldita farsa.

— Lo sé — repitió con un suspiro, como si esto ya lo esperara.

¿Por qué fue tan fácil?

— Terminemos.

Fue como si un peso se hubiera levantado de mis hombros, liberándome de una carga emocional que había estado llevando durante mucho tiempo. Las lágrimas en sus ojos reflejaban la tristeza y la decepción, pero también sentí una sensación de alivio en mi interior.

— ¿Por qué me haces esto? — preguntó, su voz entrecortada por los sollozos.

— Ji-eun, joder, yo... siempre supiste que nada de esto fue real — admití, sintiendo que el peso de la culpa volvía a mis hombros.

— Yo sí te amaba, yo sí fui real contigo — sus palabras resonaron en mi cabeza, y cerré los ojos, sintiéndome culpable por haber lastimado a alguien que realmente me había entregado su amor —. ¿Por qué no pudiste quererme? Yo... Yo...

— No fue tu culpa — la interrumpí, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar mi falta de reciprocidad —. Perdóname... solo puedo pedirte perdón. No puedo seguir forzando sentimientos que no están ahí.

— Terminemos.

Ambos quedamos en silencio. Sabía que mis palabras no podrían borrar el dolor que le había causado, pero esperaba que con el tiempo pudiera sanar y encontrar esa felicidad que ella merecía. Me alejé lentamente y evité mirar a atrás.

...

Al día siguiente, me levanté con una sensación de renovación. Sorprendentemente, no recordaba del lugar donde habíamos terminado nuestra relación o cómo Ji-eun había reaccionado ante mis palabras. Toda esa situación había quedado borrosa en mi mente, como un recuerdo distante de hace ya tres largos días. Lo único que permanecía claro en mi memoria era el contundente "Terminemos" que puso fin a nuestra absurda relación.

A mis espaldas, escuché las voces de Namjoon y Jin, quienes comentaban sobre el estado de Ji-eun.

— Ella se ve mal, Jungkook — dijo Namjoon con preocupación —. Deberías hacer algo, tal vez darle más explicaciones.

Miré de reojo a Ji-eun mientras continuaban hablando. No pude evitar notar que su expresión era neutra, ni triste ni feliz. Supongo que en el fondo, ella también sabía que nuestra relación siempre había sido falsa. 

Ambos seguimos este juego con un estúpido fin.

A pesar de que nunca tuvimos una conversación directa sobre ello, siempre supimos en lo más profundo de nuestros corazones que lo nuestro era puramente superficial, una relación basada en la falsedad y la conveniencia. Yo estuve con ella para tratar de olvidar a mi mejor amigo, mientras que ella buscaba comodidad y seguridad a mi lado.

Entre nosotros nos utilizamos. 

Ninguno era lo que aparentaba. 

Aunque traten de hacerme pensar en ella, es lo que menos me importa en estos momentos y, posiblemente, en el futuro. Mi preocupación se centra completamente en él. Solo en él.

Cada día, con tanta esperanza, le enviaba esas notas tan tontas pero importantes. Anhelaba ver su sonrisa al recibirlas, deseaba ver su rostro lleno de sorpresa ante cada mensaje entregado. Suspiraba ilusionado cada vez que lo veía de reojo, esperando ansiosamente su respuesta. Pero, lamentablemente, nunca llegó. Una vez más, mi esperanza se cayó.