Cielo ²

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Caminé a paso lento hasta quedar frente a ti, llamé tú atención luego de dar unos toques en tu hombro y te sonreí.

— ¿Ocurre algo contigo? — No debía empezar con esa pregunta. La idea que tenía en mi mente era primero saludarte, abrazarte, luego investigar sobre tu bienestar. Y quise golpear mi cabeza al ser tan directo y confiado. Me reprendí a mí mismo al ver tu rostro fruncido. Casi me voy corriendo al darme cuenta lo idiota que fui al no ir lento contigo.

Por mi mente pasaron muchas cosas por las cuál reprenderme y reflexionar, sin embargo, eso no evitó que yo creyera que me dirías lo que ocurría, todo lo que sentías, todo lo que pasaba por esa alocada cabeza tuya. Esperaba que te desahogaras conmigo como hace tanto no lo hacías.

Pero se me había olvidado que en poco tiempo ya habíamos cambiado.

Se me había olvidado que nosotros ya no estábamos juntos como antes. Se me había olvidado que en tiempos como estos, yo me iba por un lado y tú por el otro.

— No pasa nada — Respondiste sin prestarme atención.

«Esa indiferencia está matándome. Por lo que más quieras, Jimin, no lo hagas»

Quise replicar, quise buscar respuestas, quise decir algo más, pero apareció ella.

— ¡Jungkook! — Chilló tomándome del brazo.

Y me fui con ella, dejándote de lado, haciendo eso que no me gustaría que hicieras conmigo, provocando esa opresión en mi pecho, lamentando de inmediato mi maldita decisión.

«Siendo un hipócrita de nuevo, ¿No, Jungkook?»

Ella me hablaba, tal vez de su juventud, tal vez de su futuro, no presté atención.

No te miraba a ti. No la escuchaba. Solo me quedé en blanco. Quizás mirándola. Quizás fingiendo. Solo estaba ahí. Mi cuerpo estaba ahí. Y sonreía. Era mi mecanismo, no podía faltar.

Tragué en seco. Suspiré.

— ¿Puedo besarte? — Mis oídos se agudizaron inconscientemente. Mis ojos no pudieron evitar mirarte fijamente. Ahí estaban los dos. Taemin y tú. A unos pasos de mí. Conversando como si nadie existiera.

Me sentía confundido. Esa pregunta que salió de los labios del chico que ahora te acompañaba, me descolocó por completo hasta el punto de pellizcarme, es decir: ¿Besarte? ¿Frente a mí?

«Dile que no» Repetía mi cabeza.

«Sé feliz» Se contradecía.

«Yo también quiero besarte» Pensaba.

— Bésame — Dijiste envolviendo lentamente tus brazos en sus hombros.

Lo odié. Odié esa sensación. Esa sonrisa. Esa felicidad. Tú mirada. Mis mentiras. La realidad. Ella. Yo.

Y ahí fue donde mi dolor se volvió más fuerte y esas lágrimas que alguna vez creí estaban bien ocultas, salieron a la luz.

〣El〣 [ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿ/ᴶⁱᵏᵒᵒᵏ] T°²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora