Diario ²

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Hoy era el día. Sentía mi cuerpo tembloroso, incapaz de quedarse quieto. No podía evitar moverme de un lado a otro, la ansiedad me consumía por completo.

Me enamoré de ti, como nunca me enamoré de nadie, como nunca me podre enamorar nunca jamás.

Sabía que llegarías, que estarías a mi lado después de tanto tiempo. Y finalmente tendríamos la oportunidad de hablar, de arreglar las cosas. Sería sincero contigo, te contaría todo lo que he guardado en mi interior. Haría lo posible por evitar que te alejes de nuevo, por evitar que me dejes. Anhelaba escuchar de nuevo el sonido de tu risa.

Respiré profundamente, tratando de calmar los latidos acelerados de mi corazón. Observé a mi alrededor, intentando encontrar un poco de tranquilidad. Exhalé lentamente, dejando escapar la tensión que había acumulado en mi cuerpo.

Pero la ansiedad seguía presente, implacable. Cada minuto que pasaba, sentía cómo aumentaba la presión en mi pecho. Hoy era nuestro último día como universitarios, un día que debería estar lleno de alegría y celebración. Sin embargo, esa alegría fue eclipsada por la incertidumbre de lo que sucedería en las próximas horas.

No puedo esperar más tiempo para decirte que te amo.

Durante la ceremonia de graduación, cada vez que nuestras miradas se encontraban, podía sentir los nervios palpables en Jimin. Sus ojos reflejaban la curiosidad y la incertidumbre, cuestionándose qué era lo que yo estaba haciendo al fijar mi atención en él. Sabía que se preguntaba por qué mis ojos se posaban con tanta insistencia en su figura.

Sin embargo, era evidente que esos encuentros visuales lo hacían sentir incómodo. Inmediatamente desviaba la mirada y me ignoraba, notando cómo su rostro se teñía de un sutil rubor.

En medio de todo el bullicio y la emoción de la graduación, me resultaba casi imposible concentrarme en cualquier otra cosa. Mientras los diplomas eran entregados uno por uno, mi atención siempre volvía a él. Ansiaba mirarlo una vez más, buscando encontrar en sus ojos el brillo del orgullo y el aprecio hacia mis logros. Deseaba que supiera que este día era especial no solo por el diploma en mis manos, sino también porque anhelaba compartirlo contigo, porque mi corazón latía más fuerte cada vez que estabas cerca. 

Que me perdone el tiempo... por querer detenerlo cuando te miro

Cuando la ceremonia finalmente llegó a su fin, no pasó mucho para cuando Jimin llegó al lugar que habíamos acordado encontrarnos. Mi corazón latía con fuerza mientras lo observaba acercarse. 

Mi garganta se tensó y un nudo se formó en mi estómago. Había una expresión seria en tu rostro, con los labios apretados y una mirada penetrante. Tus manos temblaban ligeramente, revelando la agitación que te invadía. Yo no me encontraba en un estado muy diferente; mis nervios estaban a flor de piel, mi confianza tambaleante y un miedo inexplicable se apoderaba de mí.

— Habla — dijo con una voz fuerte, resonando en el ambiente y exigiendo una respuesta.

Por qué se me ocurre quererte si sé que no puedo tenerte...

Mis manos jugueteaban entre sí mientras barría con la mirada el entorno, tratando de encontrar el coraje necesario para dar inicio a esta conversación crucial. Un nudo se formó en mi garganta y tragué saliva con dificultad antes de finalmente reunir el valor para hablar.

— Nos hemos distanciado... y hasta ahora, no logro entenderlo del todo. No entiendo cómo de repente dejamos de hablar, cómo te volviste esquivo, evitando cada encuentro. Pero... maldita sea, Jimin, hay tantas cosas que necesito decirte, tantas confesiones que se acumulan dentro de mí. Si comenzara a decirlas, temo que estaríamos aquí durante horas, pero necesito que las sepas — esbocé una sonrisa nerviosa y finalmente, después de tanto tiempo, dirigí mi mirada hacia tu rostro, buscando alguna señal de comprensión, pero parecías perdido —. Yo... hice que nos juntáramos porque no podía soportarlo más, no podía seguir ocultando esto que siento...

Un suspiro entrecortado escapó de mis labios y, en un susurro apenas audible, continué:

— Me gustas, Jimin. Desde hace mucho tiempo, yo... 

— ¿Qué dijiste? — preguntó con incredulidad en tu voz, como si no pudieras creer lo que acababas de escuchar.

Humedecí mis labios, sintiendo la tensión crecer en el ambiente. Tu reacción me hacía dudar si habías escuchado realmente mis palabras. Sin embargo, tras un suspiro, repetí:

— Me gustas, Jimin. 

Me gustas mucho... como nunca, como nadie, como nunca pensaba que alguien me pudiera gustar

Nunca intentaré olvidarte porque, si lo hiciera, no lo conseguiría.

Por favor, créeme.


〣El〣 [ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿ/ᴶⁱᵏᵒᵒᵏ] T°²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora