Brillo

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Hoy me sentí feliz como hace tiempo no me sentía, me levanté motivado, alegre, incluso creo que hasta mis ojos se iluminaron.

Tuve esa sensación de gozo en mi interior, quería llegar y abrazarte, hablarte y contarte el sueño que tuve hace unas horas de un zombie y una flor. También quise regalarte un helado, comer algo y salir juntos como hace mucho no hacemos.

Bufé divertido al imaginarnos dentro de una heladería, cenando en un restaurante o solo caminando a la par hacía el atardecer.

Asimismo, me acordé de cuando nos conocimos, el momento en el que nuestros ojos se cruzaron, la primera vez que nuestras manos se entrelazaron, y nuestras pieles chocaron.

Nuestro encuentro fue hace bastantes años, aún lo mantengo bien presente en mi memoria, tú eras tímido, y yo demasiado popular. La secundaria fue mucho mejor desde esa vez que te encontré en esa solitaria enfermería. Siempre creí que fue el destino el que se encargó de juntarnos, tal vez soy en demasía romántico, más no puedo evitar pensar en ese día que tus ojos perdidos se conectaron con los míos, cuando tus manos nerviosas me tocaron el cuidadosamente el rostro lleno de tierra y tu cara se acercó lo suficiente a la mía por las heridas en mis mejillas, el ambiente era perfecto, silencioso y tranquilo, me sentía cálido a tu lado, y eso para mí fue mágico.

Luego descubrí que no lo recordabas.

Pero, haya sido así o no, estoy seguro que las mentiras se encargaron de separarnos.

Te conozco demasiado bien para saber cuando mientes, Jimin. Como para saber cuándo quieres escalar de mí.

Nuestra amistad era poderosa, totalmente inquebrantable, hermosa. Lo suficientemente duradera como para llegar a conocerte a fondo.

Hubo varios altos, pocos bajos, nuestras peleas no eran algo de qué preocuparse, prometimos siempre hablarlo. Siempre estar ahí.

Prometimos estar el uno para el otro sin importar nada. Y he de admitir que fui yo quien rompió esa promesa, porque comencé a estar con ella, dejándote de lado, olvidándome de ti, de nuestras promesas y de nuestra amistad.

Mi excusa era olvidarte. Me decía: "Si pasó más tiempo con Lee Ji-eun podré olvidar a mí mejor amigo"

Solo que también era un cobarde que no sabía afrontar sus problemas. Y que no sabía sobrellevar ese amor que sentía por ti. Mis intentos de utilizarla para olvidarte a ti fueron en vano.

No funcionaba. Porque más te recordaba. Los comparaba. Te extrañaba. Me odiaba.

«Maldita sea, olvídalo»

Pero no fue fácil. Nunca lo será.

Ahora, volviendo a la universidad, sin quererlo apareció ella.

Y eso que en algún momento motivó mi día, se fue a la mierda, cuando nuestros labios chocaron, nuestras pieles se rozaron y nuestras manos se entrelazaron.

No sentí nada. Y mi error fue fingir que sí. Mi error es no admitir.

La persona sufre, finge y sorprende con las decisiones que toma en su vida, ¿No?

Yo sufro, finjo y me sorprendo de lo estúpido que puedo llegar a ser.

Hice un sonido abstracto con mi boca, mis ojos vagaron por el campus, buscándote disimuladamente. Y a lejos te vi junto a ese chico.

No lo niego, mis celos quisieron salir a la luz por lo cariñosos que se veían.

Tragué en seco. Suspiré.

Mi mirada seguía ahí. Contigo.

Me sentí cabreado, cansado, exasperado, más aún, sabiendo de que te estás alejando.

«Me doy cuenta que ahora eres tú quien me quiere lejos»

Él tenía su cabeza recostada en tus piernas, mientras tu le acariciabas su cabello con tus manos. Ambos estaban sonriendo. Ambos estaban disfrutando la compañía del otro.

«Se ven como una pareja» Inmediatamente creí esa frase.

Parecía que ambos se estaban enamorando.

«Sé feliz» Nuevamente pensé.

La sonrisa de ambos era pura. No había mentiras en sus rostros. No había actuación. Todo era original. Perfectos. El uno para el otro. Como una auténtica pareja.

«Pero yo también quiero parecer tu pareja» Me contradecía.

¿Me sonreirás de esa forma si me convierto en tu pareja?

〣El〣 [ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿ/ᴶⁱᵏᵒᵒᵏ] T°²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora