Después de un largo tiempo de exámenes, volví a la buhardilla con más curiosidad que antes. Anteriormente le había pedido permiso a mi abuelo para leer sus cartas. Aceptó sin problemas. Pero ese acontecimiento no fue lo que más tocó mi corazón, porque durante ese tiempo también pasaron muchas cosas entre Nina y yo. No hacía tanto habíamos asistido a una fiesta juntos: la del cumpleaños de Donna. Todos estábamos invitados, estaba claro, pero nosotros en ningún momento nos separamos. Nos llegamos a contar muchísimas cosas de nuestra vida. Nunca había sentido que podía confiar tanto en alguien. Durante demasiado tiempo hice de un escudo mi corazón y rehuí cualquier persona que quisiera acercarse demasiado a mí. Siempre tuve la sensación de que si alguien me seguía sólo iba a acabar perdiéndose, así que, cuanto ellos más se acercaban, más me alejaba yo. Sé que la gente notaba mi miedo. La verdad es que ya nunca le contaba nada a nadie por miedo a que, en cuanto me conocieran, me abandonaran.
Sin embargo, tal vez solo por su mirada confié en ella. Aquella noche le conté muchas cosas. El cómo se siente al perder a tus propios padres, al no tener amigos, al andar por la calle y presenciar miradas furtivas, comentarios y risas al verte. La necesidad de una caricia por dentro y el frío interno.
Ella también me contó cosas. Era visible que todavía se torturaba a si misma por sus problemas.
Según me contó, su padre pasó de ser un empresario de gran éxito con una familia perfectamente estructurada a ser un borracho convencional y depresivo. Por lo visto, su empresa quebró y se vieron en la calle: su madre y su padre cayeron en depresión, pero su madre a duras penas lo superó. Sin embargo, él ahogó su soledad en botellas cada noche. Podía pasarse días sin aparecer por casa y cuando lo hacía todos pasaban miedo. Vivían una pobre vida. Y por si eso no fuera suficiente, ella iba a una escuela de baile donde sufría acoso por su cuerpo, ya que de pequeña estaba un poco rellenita. Fui al colegio con ella, y nunca me pareció todo aquello que ella me contó. Siempre andaba sonriente. Al hablar de sus problemas de autoestima su rostro pareció enmudecer. Pensé que seguía teniendo esos remordimientos internos. Pasamos un rato en silencio mirando al cielo hasta que volvimos a dirijirnos la palabra.
- No debería haberte contado esto... - dijo con la voz quebrada.
- ¿Qué? ¿Por qué no?
- Verás, tú... Podrás no considerar nada el hecho de contarle tu vida a alguien, pero para mí significa mucho, ¿sabes?
- No se lo contaré a nadie, Nina. Lo sabes.
- Ese no es el problema. No me gusta esto, de verdad. No deberías haber descubierto tanto.¡Pero Nina! - grité aun sin respuesta, mientras la veía marchar. - ¿Dónde vas?
No volvimos a hablar hasta dos semanas después. Evitaba mi mirada en el comedor, donde se sentaba aparte mío, y en clase. De tanto en tanto me la encontraba por los pasillos y le pedía de hablar anhelando una respuesta. No la obtuve. No verbalmente. Esa fue la peor parte.
Fue cuando se apartó un mechón de pelo cuando lo vi.
Nina tenía cortes en las muñecas.
Me vio anonadado mirándolas. Fue entonces cuando se fue corriendo al baño.
Entonces me di cuenta de cuan espeluznante era el hecho de que las calles estuvieran llenas de sonrisas que escondían ruinas. En ese momento sentí que debí haberme enamorado de ella muchísimo tiempo atrás. Hubiera echo tanto como estuviera en mis manos para aflorar su sonrisa.
Recuerdo que al llegar a casa un sobre aguardaba la puerta de la nevera. Dentro había una nota y una foto. La nota así decía: 'Hoy he encontrado esta foto. Nunca la había visto, y estoy casi seguro de que tú tampoco. Debías tener unos 4 años cuando se hizo. Aquello fue en vuestra antigua casa de campo.Te querían mucho. Deberías tenerlo claro siempre.
Espero que lo hayas pasado bien. Buenas noches.'
Era una foto mía con mis padres.
***
Podéis preguntarme lo que queráis sobre la historia en mi ask:
http://ask.fm/eplacebo
ESTÁS LEYENDO
Afterlight [PAUSADA]
Romansa''Silencio. Al final es lo único que queda. Toda una vida completamente sumida en silencio.'' El profesor de filosofía me miró extrañado como si aquella no fuera la respuesta que esperaba a su pregunta. Cuestionó cómo resumiríamos el curso de nuestr...