FAMA ;; Inazuma Eleven ✓

03.

- Nathan… - Jordan le miró sonriendo antes de aceptar la mano que el mayor le ofrecía para que se levantase.

Si había alguien con quien había hecho muy buenas migas en su tiempo dentro de Inazuma Japón era sin duda con el peliazul.

- ¿Y esa venda? – Los ojos del defensa se posaron preocupados sobre la mano del peliverde.

- No te preocupes, no es nada… Un simple corte – De pronto, alguien tiró de las manos de ambos chicos hasta un callejón, Jordan podía sentir su corazón acelerado por el susto.

- ¿Pero qué estás…? – El desconocido cubrió con su mano la boca de Nathan, justo después un grupo de estudiantes pasó corriendo.

- Por fin… Perdonad por el ‘’secuestro’’ – Los dos chicos miraron al pelician frente a ellos.

- David, al final voy a tener un infarto por tu culpa – El chico rió divertido ante las palabras de Nathan.

- Lo siento, pero es que esas chicas llevaban un buen rato persiguiéndome, y si os viesen sería aún peor – A pesar de que sonrió divertido, Jordan sabía que eso no era verdad.

- ¿Debería preguntarme qué hacéis los tres en un callejón? – Las miradas de los tres se fijaron en el chico que les observaba divertido.

- Byron, no sabía que habías vuelto de Corea – El rubio sonrió antes de mirar a ambos lados e indicarles que podían salir.

- Vamos, sé de un sitio donde no habrá nadie – Los tres asintieron antes de seguir a Byron.

No pasó mucho tiempo hasta que terminaron en la Torre Inazuma. No había estado nunca en ese lugar, pero sabía que Mark le tenía mucho aprecio.

- Te ves agotado, David – El pelician suspiró mientras se tumbaba sobre el césped.

- Y que lo digas, Caleb y yo llevamos toda la mañana huyendo de los demás estudiantes, no nos dejan respirar un solo segundo – Hizo un pequeño puchero – Llevo aquí casi un día entero y todavía no he podido ver a Joe.

- En el Raimon todo es igual, no hay forma de caminar tranquilamente sin que te atosiguen a preguntas – Byron rió ante las palabras de los dos chicos.

- Bueno, yo me he librado de ese peso, o al menos por ahora. ¿Qué hay de ti, Jordan? – El peliverde le miró antes de desviar la mirada al suelo – Oye, ¿estás bien?

-Sí, no te preocupes. Es solo que apenas he podido pasar tiempo con Xavier y los demás esta mañana, los demás ni siquiera me dejan acercarme a ellos – Los tres chicos se miraron entre ellos con cierta pena, todos sabían lo importante que era Xavier para él.

- ¡Ey Jordan! – El peliverde tuvo el tiempo exacto de reaccionar antes de que el balón que David había chutado le diese en la cara - ¡Venga, pásalo de vuelta!

Terminó por hacer caso y devolverle el balón mientras se ponía de pie, Nathan y Byron también se unieron al juego. Poco a poco comenzaba a olvidar lo que había pasado horas atrás, justo lo que David y los demás intentaban.

Cuanto más tiempo pasaba con ellos, más se daba cuenta de que eran personas increíbles. Hasta ese momento los únicos amigos que tenía eran Claude, Bryce, Xavier y Nathan, pero quizás tener un pequeño grupo junto a David y Byron no era una mala idea.

- Pronto va a anochecer, creo que lo mejor será volver a casa – Todos coincidieron con lo que Nathan decía, si no se daban prisa terminarían perdidos en medio de la noche.

Se despidió de los demás y empezó a caminar, no tardó mucho en llega al orfanato. En cuanto abrió la puerta, pudo sentir como alguien se lanzaba sobre el mientras lo zarandeaba.

- ¡Claude, para! – La voz firme de Bryce logró que el pelirrojo soltase al menor, quien se sentía algo mareado después de tanto zarandeo.

- ¿Se puede saber dónde estabas? – No hacía falta ser muy inteligente para saber que Claude estaba enfadado.

- Estaba con unos amigos en la Torre Inazuma, eso es todo -  El pelirrojo le miró furioso antes de irse a su cuarto y dar un portazo, Bryce solo suspiró.

- Este chico… - Su mirada se centró en Jordan – No te tomes a pecho su enfado, simplemente estaba preocupado. Por cierto, Xavier te estaba buscando, creo que está en el jardín.

Jordan asintió antes de dirigirse al lugar indicado, Xavier estaba allí sentado mirando al cielo, poco a poco se empezaban a ver las estrellas.

- Xavier – Al escuchar la voz del peliverde, el nombrado no pudo evitar levantarse de golpe y mirarle sorprendido, pronto suspiró aliviado.

- Menos mal que estás bien. Ven, voy a cambiarte el vendaje – El menor asintió algo confuso, justo después el pelirrojo sostuvo su muñeca con cuidado mientras tiraba de él.

Cuando llegaron al baño, Xavier comenzó a quitar con cuidado la venda que le había puesto a Jordan horas atrás, pero de pronto se detuvo en seco.

- ¿Xavier? ¿Sucede algo? – Antes de que pudiese obtener una respuesta coherente, los brazos del mayor habían rodeado su cuerpo dejándole bastante sorprendido.

- Por favor, no vuelvas a desaparecer sin avisar… - Poco a poco terminó por corresponder el abrazo, podía sentir los latidos acelerados de Xavier contra su pecho.

No entendía por qué, pero un tono rojizo se apoderó de sus mejillas mientras correspondía, era la primera vez que se sentía tan nervioso.