RAZONES

CAPÍTULO 7

Tomó de sus manos y trató de calmarla, pero era imposible, se encontraba en estado de shock; fue necesario cargarla en sus brazos y cuan caballero andante, la subió a su habitación. Ella, intranquila, le susurró al oído que no la dejara sola, que se quedara...

– << ¡Vaya lío en el que me metí! >> – Pensó Tachibana al escuchar las suplicas de Tomoyo.

Al llegar a la habitación, la descargó suavemente sobre su cama, tomó las cobijas y cubrió su cuerpo. Para él, era imposible dejar de verla, recordaba la forma como la había tratado y sentía punzadas en su corazón, pues no entendía como Tomoyo soportó su detestable comportamiento.

<< Es muy hermosa >> – Pensó Tachibana – Se quedó observándola por horas, las cuales parecieron segundos. Respiró profundo, acarició su rostro y acto seguido, le dio un tierno beso. Tomoyo despertó, sus mejillas se sonrojaron, pero no pudo contenerse a la escena. Se sentía en las nubes.

– << Aquel chico, ¿Cómo era posible? >> – Pensó ella.

Pensaba que la odiaba y a su vez, ella creía lo mismo. Era como un sueño, sus labios eran tan cálidos que no podía dejar de acariciarlos. En cuestión de segundos, reaccionaron a lo que estaba pasando. Sus miradas se unieron en una, mojaron sus labios y continuaron.

Poco a poco acariciaba su cuerpo, hacía movimientos torpes, los nervios se apoderaron de él, pero, era imposible no estarlo. Estaba cerca de ella, sentía su respiración, estaba total, completa e irrevocablemente a sus pies.

La observó detenidamente, una sonrisa tenue se desprendió de sus labios, tomó a la chica de sus caderas y acarició su cabello. Besó lentamente su cuello y escuchó un pequeño gemido escapar de su boca.

– << ¡Vaya que estoy excitado!>> – Pensó Tachibana.

La despojó de sus ropas; ella, cómo acto reflejo, realizó la misma acción. El silencio se apoderó del lugar, sólo había espacio para las dos almas que estaban a punto de consumar un amor que fue comprendido en ese momento.